martes, 30 de septiembre de 2008

LA MANIFESTACIÓN DEL CUERPO DE LUZ

Vosotros pensáis que estáis hechos de carne y hueso, pero la verdad es que sois una combinación de señales electromagnéticas inteligentes.
El proceso de evolución por el que estáis pasando actualmente, incluye la construcción e integración de un cuerpo de luz. Vuestro cuerpo de luz se tiene que afinar, ejercitar y estirar para que despierte suavemente a su propia conciencia. Una de las claves primordiales para la construcción de vuestro cuerpo de luz es saber con toda claridad quién queréis ser en vuestra propia realidad.

Vuestro cuerpo de luz sabe que se crea mediante el pensamiento y os conecta con el material del cual está hecha la creación. Gracias a vuestro cuerpo de luz se abren los túneles del tiempo y tenéis acceso a los dramas multidimensionales. El reto al que os enfrentáis se hace más grande cuando lo hacéis sobre un territorio que aparentemente no está marcado, pero os parece familiar. Estáis conectados a toda la existencia y vuestro salto evolutivo consiste en darle sentido a esta nueva conciencia y darle un uso en vuestro «ahora».

Podéis estar tranquilos, queridos amigos, porque detrás de todo esto hay un propósito. Vuestra tarea consiste en trasladar vuestro propósito a vuestro cuerpo y a la Tierra. Este propósito activa una reordenación a muchos niveles de la existencia —compartiendo todos el mismo «ahora»—. La exploración detallada de los diversos aspectos de la realidad es un componente esencial en la comprensión más profunda de este vehículo: el cuerpo físico.

Vuestro cuerpo de luz contiene la esencia de vuestra identidad multidimensional y éste es accesible para vosotros gracias a este deseo de unión con una identidad mayor y que presentís. Todo el cuerpo de luz será capaz de saltar de una realidad a otra gracias a vuestro deseo conciente de cambio; es como cambiar de canal en el televisor. Vuestro cuerpo de luz contiene datos codificados. Os traduce comunicaciones y realidades corporales de otros mundos a través de vuestro cuerpo físico. La gran tarea consiste en daros cuenta de las señales de sutilezas y sincronicidades.

Para comprenderos mejor, debéis visualizaros como seres multidimensionales con cada parte teniendo su propio cuerpo que respira y está conectado a los otros cuerpos. Sois seres físicos, mentales, emocionales y espirituales que están entrelazados por medio de un cuerpo de luz que, a su vez, irradia energía y os conecta con una progresión infinita de seres de luz.

La materia no es más que luz atrapada.

Cuando construís vuestro cuerpo de luz tiene lugar una reorganización de vuestra estructura molecular abriendo la mano que sujeta al materialismo y permitiendo que vuestra comprensión espiritual tome el mando de vuestra vida cotidiana. Sólo a través del espíritu podéis aprehender lo que está sucediendo en vuestro mundo. La construcción de todo el cuerpo de luz permite que la materia atrapada se convierta en luz y en vuestro verdadero Ser. Esto os ofrece una expresión más libre y os permite buscar vuestra fuente.

Observaréis auténticos cambios en vuestro cuerpo. Se volverá más vital, más bonito, más fuerte y más capaz de hacer cosas. Se convertirá en un procesador de una enorme cantidad de información.

Vuestro cuerpo tiene que ser capaz de trabajar con una corriente eléctrica más alta. Si conseguís esto, seréis capaces de enfrentaros a los retos que se os están acumulando. La mayor energía dentro de vosotros activará los talentos escondidos y disparará el renacimiento de algunas capacidades psíquicas, como son la clarividencia, la clariaudiencia, la telepatía y una conciencia perceptiva de «saber», mucho más allá de lo que ahora podéis imaginar.

Cuando la corriente eléctrica se fusiona con vuestro cuerpo, se crea un desviación de vuestras estructuras tradicionales que hace que actualmente os comuniquéis e intercambiéis información de una forma muy limitada. Vais a subir por una escalera y desde ahí arriba podréis ver e interpretar la realidad de una manera muy diferente.

Durante los próximos años, esta corriente eléctrica afectará a todo el mundo, inclusive a los niños, a los bebés y a la gente mayor. Uno de los beneficios de todo esto es que vuestro cuerpo físico rejuvenecerá porque os ayudara a sanar cualquier separación que todavía pueda existir. Cuánto más entendáis y viváis el concepto de crear vida mediante el pensamiento, más libres seréis porque el estrés de una vida llena de impotencia desaparece. Quedaréis con esta visión y permitiréis que vuestro cuerpo de luz añada un propósito lleno de sentido a todo lo que hacéis.

Para prepararse para esta energía lo único que debéis hacer es sentaros tranquilamente, cerrar los ojos y visualizar cómo vuestro cuerpo se llena de luz y como esta luz limpia y renueva vuestras células. Después pedís a las diferentes partes de vuestro cuerpo que trabajen armoniosamente las unas con las otras. Si vuestro cuerpo trabaja en su interior de forma armoniosa es mucho más fácil para vosotros trabajar con otros en el exterior. Aquellos que están enfermos en su interior no suelen trabajar muy bien en el exterior. Atended a vuestros cuerpos y visualizad aquello que deseáis.

Vuestro cuerpo físico es un mecanismo de frecuencias. Pensáis que estáis hechos de carne y hueso cuando realmente sois una combinación de señales electromagnéticas inteligentes. Traducís estas señales a vida sensitiva, a través de vuestro cuerpo físico, al comer, experimentar, utilizar vuestros sentidos y al hacer el amor —todas estas cosas—. Así es cómo interpretáis el significado de estas señales electro- magnéticas que, realmente, experimentáis como impulsos. Desde fuera de vuestros sistema se os puede ver de diferentes maneras.

Algunos seres os interpretan sólo como frecuencias, una colección de inteligencias que emite datos y ciertas frecuencias basadas en emociones. Otros utilizan las frecuencias psíquico-emocionales que emitís para muchas cosas. Igual que se hace uso de la frecuencia del oro para transformar vuestra conciencia o la del agua para lavaros o calmar vuestra sed, la frecuencia de los humanos tiene muchísimos usos y esto es algo que estáis descubriendo ahora.

Como ya hemos dicho anteriormente, en vuestro cuerpo reside una fuerza que se llama kundalini, una energía que está representada en forma de serpiente y que mora en la base de vuestra columna vertebral. Reconocer y reclamar esta fuerza facilita la fusión y construcción de vuestro cuerpo de luz. Esta fuerza os ayuda también a mantener la estabilidad y el enraizamiento a pesar de los, cada vez más frecuentes, cambios electromagnéticos.

Tradicionalmente, se dice que la kundalini se desenrosca y electriza vuestro cuerpo cuando estáis cerca de los cuarenta años de edad. Se considera que a esta edad sois lo suficientemente maduros para albergar este tipo de fuerza. Para mucha gente esta fuerza es tan poderosa que empiezan a ir cuesta abajo y comienzan a envejecer en lugar de rejuvenecerse y poner a esta enorme fuerza eléctrica a trabajar.

Cuando tengáis una «experiencia kundalini», puede que sintáis una gran concentración de energía en la zona del sacro, en la base de vuestra columna vertebral. A veces, cuando la gente tiene una «experiencia kundalini», nota la sensación de tener que hacer el amor porque no sabe qué hacer con toda esta energía. Todo en el planeta utiliza la energía kundalini para reproducirse. La gente está como loca con los temas sexuales y no entiende en absoluto que la energía kundalini pueda moverse por todo el cuerpo hasta la cabeza y alrededor de ella. Si vosotros permitís que esto suceda, podréis llegar a obtener un entendimiento completo de todo vuestro ser. Comprenderéis que todas vuestras creaciones, sanaciones, manifestaciones —todo—, proceden de la fuente natural de la Diosa que hay en vosotros.

La raza humana tiene una gran resistencia a cambiar, crecer y aceptar información nueva. Gran parte de esta resistencia, por supuesto, no es natural. Habéis sido programados a temer lo nuevo, a no atreveros a pedir más y a no desobedecer a los dioses; no os atrevéis a pedir la igualdad divina. Cuando la raza humana busca información, se acerca a lo que podríamos llamar la Diosa.

Os recreáis en el pasado, recordando detalles nostálgicos y los ancláis en el presente. Las células de vuestro cuerpo son bastante libres de ir y venir; se reproducen continuamente ¿De dónde sacan las instrucciones? Vuestra heliografía y vuestro sistema de creencias, además de vuestros patrones energéticos, aportan esta información. Al ampliar vuestros conceptos, se modifican estos patrones y vuestra estructura molecular les sigue. En cada uno de vosotros existe el potencial de obtener el cuerpo que desea. Podéis regenerar las células de vuestro cuerpo, reordenándolas —enviándoles otro plano o patrones alternativos—. Vuestro cuerpo y todas las vivencias obedecerán.

Cada uno de vosotros posee una vitalidad natural. Habéis sido influenciados por la gente que respetáis y que os parece legitimada y habéis aceptado ideas temerosas y negativas. A lo mejor había un individuo que tuvo una mala experiencia, lo interpretó a su manera y creó una imagen para todos los demás.

Tradicionalmente había que aprender muchas disciplinas y preparar vuestro cuerpo para poder experimentar la energía kundalini de forma satisfactoria. Y la verdad es que había muy pocas personas que tenían acceso a la kundalini, debido a varias razones. La Tierra estaba rodeada por una valla de control de frecuencia. Cuando la kundalini despierta, en el cuerpo, se une con las fuerzas cósmicas del exterior y el cuerpo se revitaliza y energetiza.

Es igual que cuando atraéis la columna de luz a vuestro cuerpo. Las fronteras de aquellos que os querían mantener separados del conocimiento han sido penetradas y la valla de control de frecuencia se parece ahora a un queso gruyere. En otras palabras, ahora existen agujeros y pueden pasar por ellos otras formas de luz.

La entrada de energía cósmica al plano terrestre brinda ahora a millones de personas la oportunidad de enterarse de qué puede hacer la energía kundalini.

Es la fuerza de vuestra vida y vosotros pulsáis con ella. Si se utiliza apropiadamente solucionará un montón de cosas. Esta energía os conecta con una fuente cósmica y os une a un propósito mucho mayor, haciéndoos entender todo aquello de lo que sois capaces.

Se puede utilizar esta energía para sanar porque cuando se concentra en vuestras manos, tendréis manos de sanador. Muchos de vosotros se sorprenderían si pudiesen echar una ojeada a su futuro, a lo desconocido, y pudiesen ver lo que vais a poder hacer con la energía que sale de vuestras manos. Ya existen personas que pueden juntar las manos y hacer que un trozo de papel se queme. La energía en vuestras manos aumentará en cada uno de vosotros. Podréis usarla para purificar la comida, sanar, limpiar océanos y eliminar la polución de los ríos y los campos. Seréis capaces de transmutar la polución tóxica que planea alrededor del planeta.

La capacidad de hacer todas estas cosas será de aquellos que estén dispuestos a creer. Se os recompensará si tenéis fe, practicáis y buscáis. Después, lo podréis enseñar a otros. Estos son los regalos que producirán una diferencia cualitativa en el camino hacia la cooperación masiva a nivel planetario. Vais a trabajar de forma colectiva con estas aptitudes. Los que no están sanos y los enfermos también pueden aprender a activar esta energía y dirigirla a sus cuerpos.

La esencia de lo que tiene que manifestar cada uno es el valor de sí mismo:


«Bien, si mi cuerpo puede manifestar enfermedad también podrá gozar de buena salud. ¿De quién voy a aceptar la sentencia de enfermedad y limitación?»


En vuestro interior está almacenada una gran cantidad de conocimientos absolutamente magnífica. Vosotros tenéis la clave para entrar en la Biblioteca Viviente y, hasta cierto punto, representáis aquello que muchos quieren obtener. El proceso de los humanos es verdaderamente interesante. Usando vuestra imaginación podéis enviar un mensaje a vuestro cerebro y pedir que las neuronas de la zona donde reside la imaginación se unifiquen más sutilmente.

También hay que decir que los dedos que forman los pies tienen la misma capacidad de transmitir señales de imaginación que vuestro cerebro porque cada célula de vuestro cuerpo está compuesta de exactamente la misma sustancia, sin importar en qué parte del cuerpo se encuentre. Cada célula tiene el mismo potencial de producir conocimiento y vuestras células sólo están esperando recibir una orden. Cuando permitís que la sociedad, la familia y la educación dirijan vuestras creencias y que las culpas y los «deberías» ocupen vuestros pensamientos, así serán los programas a los que responderá vuestro cuerpo.

Todo el planeta sobrevivirá a su proceso de transmutación en la medida en que os deis cuenta de vuestro poder de imaginación, un poder que está estrechamente relacionado con la memoria. La imaginación actúa en vuestra mente como una pantalla cinematográfica que muestra imágenes y crea heliografías de la conciencia. Vuestro cuerpo se encuentra lleno de memorias de diferentes mundos y marcos temporales muy distintos a los que reconocéis en el «ahora».

Durante la evolución de la Tierra aprenderéis a comprender estos conceptos y heliografías y os daréis cuenta de las enseñanzas que contienen, y también reconoceréis el significado que tienen para vuestro «ahora», basado en lo que sabéis. El hecho de recordar otros tiempos y otros lugares e integrarlos en vuestra actual realidad, unificará el sentido de vuestra vida. Os sana porque os ayuda a comprender el sentido de las heridas que os habéis producido.

Una de las claves más importantes que os podemos transmitir es la siguiente: Amaos a vosotros mismos, honrad el vehículo que ocupáis y actuad como si fuerais lo más valioso del mundo. Actuad como si os hubiera tocado la lotería y hubierais recibido el mejor regalo posible: vuestro cuerpo.

Honrad también a la Tierra con vuestro amor porque es en la Tierra donde creáis las escenografías de vuestros fantásticos dramas. Amaos y amad a la Tierra en vuestra cabalgata por el universo, y el viaje será más ligero.

Vuestro cuerpo mostrará unas capacidades absolutamente milagrosas. Vuestra sensibilidad aumentará de tal modo que los olores y aromas tendrán un mayor impacto sobre vuestro humor, vuestras emociones y vuestra sensación de bienestar. Diréis:


«Me doy cuenta de que cuando pongo tales especias en mi comida o cuando hay este aroma en mi casa, tengo más energía, y cuando añado estas otras me tranquilizo».


Debéis aprender a utilizar las plantas de vuestro entorno pues ellas son el regalo que os hace la Biblioteca Viviente.

En vuestro cuerpo está teniendo lugar un cambio tremendo y radical, no nos cansamos de repetirlo. Os están guiando para evitar que os queméis, escuchad la voz en vuestro interior. Demasiada información, acumulada con demasiada rapidez y sin el tiempo necesario para integrarlo, podría suponer una sobrecarga para el ajuste de vuestra psique. Cuando conducís un coche tampoco vais siempre rápidos. Aceleráis, frenáis, paráis en un semáforo, dobláis una esquina —utilizáis marchas diferentes—. Hay momentos para acelerar y otros indicados para descansar.

De esta manera, el cuerpo puede fortalecerse.

Imaginad que fuerais un secador de pelo metido, con el cable enrollado, en una pequeña bolsa sobre una estantería. Y ahí va la experiencia más excitante de vuestra vida: os enchufan y os utilizan todos los días. Si fueseis secadores de pelo pensaríais que ya no ibais a estar solos.

Diríais:


«¡Algo me ha pasado! ¡Qué bien! Estoy «enchufado».


A los humanos os pasa algo similar. Os enchufan y, de repente, pasan cosas y tenéis que incorporar aquello que pasa. Comparamos la energía que pasa por vuestro cuerpo a la corriente eléctrica que lo hace por el cable del secador para demostrar que es más que un simple objeto —es un objeto útil—. Esto es un ejemplo muy sencillo y os puede dar una imagen de lo que sois. Se os puede enchufar para que la corriente de la vida os muestre vuestro propósito.

Es fundamental que entendáis vuestro organismo y que no os avergoncéis de lo que hace vuestro cuerpo. Sin embargo, la cosa cambia cuando hablamos de lo que hacéis con vuestro cuerpo. La forma física tiene una gran dignidad. Sed generosos con la gracia de vuestro cuerpo. Si os sentís incómodos con lo que estamos diciendo deberíais examinar si realmente os amáis y de dónde proceden las vergüenzas y los malestares con respecto a vuestro cuerpo físico.

No hay nada malo en vuestro cuerpo. La muñeca moderna «Barbie» ha sido presentada como la forma femenina perfecta y sólo ha provocado odio al cuerpo cuando éste no cumplía con aquel modelo. Todas las imágenes, desde el juguete más simple hasta el ordenador más complejo, afectan la percepción de vosotros mismos.

Muchas mujeres que quieren cumplir con el modelo «Barbie» tienen que hacer un esfuerzo y se imponen grandes restricciones para imitar aquella forma deseada y aprobada, limitando así su libertad de elección. El cuerpo humano tiene todo tipo de formas y tamaños y todo tipo de expresiones. Podéis apreciar la importancia que tiene la variedad en el planeta cuando observáis las caras de la gente. Si estuvierais cortados todos por el mismo patrón, sólo habría un limitado número de caras disponibles para hacer de modelo.

Los humanos habéis olvidado desde eones quiénes sois. Os avergonzáis de vuestros cuerpos y sus funciones. Os han animado poco a apreciar las funciones de vuestros cuerpos. Comparamos muchas veces vuestro uso del cuerpo a un coche del que alguien dice:


«No abras el maletero, no lo utilices, no metas nada. Está ahí, pero no lo toques».


¿Veis la analogía? Es absolutamente ridículo.

En la tercera dimensión, la sexualidad puede aportar la energía que hace falta para entrar en un estado de mayor conciencia. Puede conduciros a una parte esencial de vuestro desarrollo multidimensional. A veces es muy difícil oír hablar de la sexualidad porque os aferráis a juicios provocados por sucesos traumáticos de los que os avergonzáis o que os hacen sentiros mal. Todo el mundo tiene algo escondido con respecto a sus sentimientos sexuales. Ha habido, en gran medida, un plan para que os avergoncéis de vuestra sexualidad y de vuestro cuerpo; esto os ha alejado de vuestro poder, de vuestra felicidad y libertad.

Conforme vuestro cuerpo evolucione e integre la nueva energía, la memoria despertará en vosotros. Tanto la memoria cósmica como la memoria de esta vida os ofrecerán vuestro desarrollo en la historia galáctica. Es importante que tengáis un espacio para recordar.

Algunos de vosotros pensáis:


«Bueno, pondré música en el coche y me iré a algún sitio y practicaré "recordar"».


Dejad un espacio para la memoria. Una de las mejores maneras de ponerse en contacto con la memoria es utilizar la naturaleza: sentaos en el campo, observad la naturaleza y dejad que la mente descanse; quedaos en el presente y dejad que el presente se convierta en un momento continuo, espontáneo y sincronizado.

La naturaleza os enseña gracias al canto de los pájaros, al aleteo de una mariposa, a la sinfonía de los grillos y ranas, al rebuzno del camello, al olor del polvo del desierto y a la refrescante lluvia de primavera. Todas estas cosas hacen que se disparen memorias si os tomáis el tiempo para que los sonidos y olores penetren en vuestro ser físico.

Activar la memoria implica desengancharos de todos los «deberías» que tenéis amontonados delante de vosotros. ¿Estáis muy ocupados en ir a ninguna parte? ¿Lleváis una vida verdaderamente significativa? ¿Estáis siempre esperando la aprobación de los demás y sólo sois la sombra del poder de vuestra radiante verdad? ¡Vivid!

¿Por qué os estamos contando esto?

Estamos intentando activar la memoria celular que hay en vosotros. Antes de entrar en el cuerpo, se pone a vuestra disposición cierto tipo de memorias que luego se almacenan a nivel genético. Algún día sabréis cómo se hace esto y comprenderéis que trabaja con vosotros mientras dormís. Muchas veces sentís estas aceleraciones —o zumbidos— de las pulsaciones eléctricas que recorren vuestro cuerpo. Esto son las insertaciones de memoria que se efectúan para prepararos de cara a vuestra próxima aventura.

Por favor, comprended que hay una pequeña diferencia entre una insertación de memoria y una experiencia cualquiera de la vida cotidiana porque la realidad es fácilmente construida. La realidad no se diseña para que luego desaparezca. Las realidades y culturas se pueden reconstruir una y otra vez. Si sois un alma muy joven y pensáis que os habéis perdido los sucesos más jugosos del universo, podéis obtener insertaciones de memoria.

Podéis crearos un lugar dentro de una cultura sin provocar una superpoblación. Por ejemplo, todos quieren haber sido egipcios o mayas, pero sólo había sitio para unos cuantos. Sin embargo, para todo el mundo es posible construir memorias de estas culturas. Podéis convertiros en parte de ellas porque se os ha construido una memoria, y vosotros podéis construir otra cultura maya encima de la auténtica. Este concepto os debería aclarar lo flexible que es la realidad.

La memoria es como un estanque o un espejo dentro de vuestro cuerpo y hay que rellenarla y refrescarla con el reflejo que produce el agua. El agua es lo que mejora la memoria del cuerpo físico, la kundalini dispara los códigos activando los filamentos de luz. Estas finísimas fibras están llenas de información y cuando la energía kundalini se mueve en vuestro cuerpo, se os presenta la oportunidad de poseer vuestras memorias.

Muchos de vosotros estáis experimentando memorias muy profundas de manipulación, tal vez habéis sido devorados por reptiles o hay recuerdos de haberse emparejado con reptiles o hay memoria de experimentos genéticos.

Incluso si no habéis sentido nada específico, los filamentos que hay en vuestra sangre contienen la historia completa de todas las cosas. Cómo se consigue que estos filamentos se ensarten para mostraros una película viable, es otra historia. ¿Sabéis cómo se hace una película? Está hecha de muchos pequeños cuadradillos. Vosotros sois como una gran película, cortados y separados en pequeños cuadradillos y, de esta manera, cada parte de vosotros está desconectada de las demás partes. Cuando nosotros trabajamos con vosotros todos estos pedacitos de película se reorganizan gracias a la energía que aportamos. Esto hace que se construya dentro de vosotros una historia que es personal pero, a la vez, planetaria y galáctica.

Estáis aquí para daros cuenta de la oscuridad porque es en la oscuridad donde encontraréis tanto la luz como la razón del retorno de la luz. No podéis ir por las buenas a la luz y decir: «¡Qué mala es la oscuridad! ¡Qué negativa! ¡No quiero verla!» Debéis estar alerta ante lo que no queréis ver.

Mantened abiertos vuestros corazones y confiad en que el dolor que experimentáis debe ser explorado para que, después de haber sido procesado a un nivel de memoria, pueda ser eliminado. Vivís en un momento en el cual las memorias suben a la superficie procedentes de las profundas reclusiones. Estas memorias pueden provocar respuestas emocionales. Sea lo que sea, lo que veis necesita ser visto. Sois vosotros.

Aceptadlo y decid:


«¡Ah! Basado en lo que sé y en la preparación de mi conciencia puedo mirarlo y darme cuenta de que ha sido un mal uso de la energía. Está bien. Lo transmutaré. Lo convertiré en algo alegre».


¿Sabéis cuánta gente está dispuesta a mirar lo negativo y oscuro? No demasiada. ¿Sabéis cuánta gente vive en la oscuridad? No huyáis de las sombras de la vida porque hay muchas cosas que sanar y completar una vez que se haya sentido, aceptado y entendido la parte oscura de la vida.

Las emociones son la suma total de vuestro valor como humanos. Son las emociones las que hacen que se dispare vuestra farmacopea interna, la farmacia personal de vuestro cuerpo. Y en la farmacia de vuestro cuerpo, vosotros sois los farmacéuticos. Vosotros hacéis las recetas según vuestra respuesta y reacción emocional ante los acontecimientos. Vuestras emociones provocan reacciones químicas en vuestra forma física.

El sistema endocrino, responsable de la reacción química a vuestra elección emocional, evolucionará. Se producirán nuevas reacciones químicas dentro de vuestro cuerpo para ayudaros a cambiar. Al elegir un camino distinto de ver y aceptar la realidad, se abrirá una puerta interna y se producirán sustancias que os transporten a reinos más elevados.

Estáis siendo reorganizados a nivel subatómico. Los filamentos codificados de luz —fibras tan finas como hilos— que hay en vuestro cuerpo son formas sutiles de energía que conectan todo con todo. Estos finísimos hilos se activan gracias a la estimulación que producen los rayos y fotones que llegan al planeta cargados de energía cósmica. Los hilos se reorganizan para rejuveneceros cuando bebéis agua pura y limpia.

Se activan especialmente gracias al proceso de oxigenación y respiración profunda. También os podéis oxigenar ingiriendo hierbas que purifiquen la sangre. Cuando purifiquéis vuestra sangre, ésta será capaz de transportar una mayor cantidad de oxígeno. La reorganización a nivel celular aumentará y las fibras vigorizarán vuestro cuerpo de muchas maneras. Todo esto supone la activación de vuestro cerebro. Tenéis las claves y los códigos para abrir estas áreas dormidas.

El plan para los seres humanos basado en el aumento de luz consiste en convertirse en seres de múltiples talentos. Hay gente que opera con el 6 o el 8 por ciento de su capacidad cerebral. Los que son capaces de usar más, un Einstein por ejemplo, llegan a un 15 o 20 por ciento.

Preguntaos lo siguiente: ¿qué pasa con el otro 80 por ciento de mi cerebro? ¿Por qué está dormido? ¿Por qué no está enganchado?

El sistema endocrino evolucionará conforme evolucione el ADN, produciendo sustancias químicas que serán una combinación de formas geométricas inteligentes. Estas formas existirán en todo el cuerpo y no sólo estarán localizadas en el cerebro. Todo sucederá de forma simultánea.

El sistema endocrino puede segregar sustancias químicas similares a las drogas psicodélicas, y puede catapultaros hacia nuevas formas de inteligencia. Hay un gran conflicto en vuestra sociedad en lo que respecta a las drogas. Todo lo que tiene que ver con la expansión de la mente ha sido tachado como algo muy malo y temible.

Sin embargo, un gran número de personas es adicta a las drogas que se pueden comprar con recetas y que mantienen a la gente sedada. En vuestra sociedad está bien visto que se prescriban sustancias que suprimen el proceso natural químico mientras que las drogas que activan la mente y os abren a otras realidades, son tachadas de malas. El control de lo que debéis ingerir o no, está en vosotros. Tened esto en cuenta.

Vuestro sistema endocrino pasará por una revolución bastante importante. En este momento está sólo en su primera fase. Pensad en una pequeña tienda de ultramarinos vieja y desfasada y que ha vendido los mismos productos a lo largo de los últimos veinte años; es una tienda que ya no está preparada para servir a los hábitos y gustos modernos. Y allá va alguien y dice:


«Esta tienda es demasiado vieja. Voy a reformarla y adecuarla a las necesidades de la sociedad. Voy a cambiar los productos que vende esta tienda».


Los supermercados cubren ciertas necesidades y cuando las necesidades y gustos de los seres humanos cambian, los productos que hay en las estanterías deben adecuarse a las nuevas calidades y requerimientos.

Vuestro sistema endocrino está haciendo lo mismo. ¿Qué hace que el sistema endocrino decida que haya que servir otro tipo de comida? Vosotros —el hecho de amaros a vosotros mismos, el ejercicio de atraer la columna de luz hacia vuestro cuerpo y la reorganización de la estructura genética básica de lo que sois—. Cuando los filamentos del ADN comiencen a descubrir su identidad y empiecen a vivir, el sistema endocrino cambiará.

Vuestra decisión de vivir en el momento, de amaros a vosotros mismos y de trabajar amorosamente con vosotros mismos y con los demás en este planeta, cambiará completamente todo lo que sucede dentro de vuestro cuerpo. Esta es la clave definitiva para el rejuvenecimiento. Debéis estar dispuestos a vivenciaros vosotros mismos, a vuestra vida y a vuestro cuerpo al igual que a todas vuestras creaciones.

La energía acelerada creará una revolución en el planeta que conducirá a mucha confusión y, al mismo tiempo, a cambios radicales y repentinos. Nunca, en toda la historia, ha habido tanta energía sobre el planeta ni tampoco ha habido este tipo de conciencia, de modo que no tenéis nada en qué apoyaros. Nada. Estos movimientos provocarán cambios tan radicales que ni siquiera los podéis imaginar.

Centraos en lo mejor que podéis ser, sabiendo que podéis influenciar muchas probabilidades en vuestro entorno. Daos cuenta que ésta será la oportunidad de activar un profundo cambio. Gracias a la infusión de la energía de la luz, vuestra glándula pineal se activa y, con ello, una nueva visión de las posibilidades os permite sentir y reconocer la paz y libertad interior.

Vuestra glándula del timo es la encargada de enviar las señales a vuestro cuerpo para que mantenga el patrón de rejuvenecimiento. La glándula timo se empequeñece conforme envejecéis; se encoge. Es como si tuvieseis un portero situado en la base de vuestro cuello que regulase lo que viene desde arriba y lo que viene desde abajo.

Las glándulas superiores, la pituitaria y la pineal son «templos» inactivados en vuestro cráneo; básicamente están dormidos. La glándula timo se olvida de recordarle continuamente a vuestro cuerpo que debe seguir la heliografía, puesto que no recibe estas ordenes de los «templos» superiores. Esto es así porque los filamentos completos del ADN fueron desconectados de vuestros «templos».

La glándula timo recobrará su vitalidad en el momento en que reciba el mensaje de que vuestro cuerpo está preparado y que vuestra conciencia está dispuesta. Si pensáis en términos de expansión de la vida, algunos de vosotros apenas habéis empezado a trabajar. Otros han tenido un entrenamiento para que se produzca una implosión hacia el siguiente cambio; vuestro trabajo es un regalo para el planeta, un regalo para la civilización.

Si os estáis martirizando y estáis llenos de pensamientos negativos, debéis examinar vuestra doble lealtad. El hecho de que estéis aquí en este momento nos indica que tenéis interés, que estáis ilusionados y que hay una perseverancia para trascender las ideas que han sido el alimento de la especie humana.

Si estáis luchando contra eso y mirándoos al espejo diciendo: «Mira qué pinta tengo. ¡Qué horror!», entonces hay un doble juego, hay duda y conflicto. Si tenéis un conflicto de esta índole, este tipo de energía se va amontonando y os sentiréis cada vez más como una goma que se estira y que luego vuelve a su sitio; una y otra vez. Si éste es vuestro caso, deberíais trabajar las inconsistencias de vuestras creencias expresadas en silencio o de viva voz.

El hipotálamo regula la temperatura y el nivel de agua en vuestro cuerpo. Sois agua ¿entendéis? —agua electrificada—, El agua del océano está compuesta de elementos que están perfectamente equilibrados y la sangre en el cuerpo humano se le parece mucho.

Los humanos proceden del océano. Este es uno de los grandes secretos de la creación. Los dioses pleyadianos llegaron y utilizaron la energía de las moléculas de hidrógeno y oxígeno. Este es vuestro origen.

Esta es la clave básica. Se creó el firmamento y del firmamento salió la vida. Este es uno de los principios mediante el cual fuisteis construidos. Queremos que sepáis que hay muchas maneras de construir humanos. Habéis oído historias de que estáis hechos de polvo y barro. Algunas de estas historias no son verdad; os han sido contadas para alejaros de la verdad. Para vosotros tiene más sentido decir que estáis más cerca de los elementos sólidos que de los líquidos.

Recordad lo que os hemos dicho: muchas veces se han distorsionado las cosas para que no descubrieseis la verdad de vuestra identidad.

Vuestro hipotálamo hace las funciones de guardián entre vuestro cuerpo y los chakras que están fuera de vuestro cuerpo. Aún no ha llegado su ocasión. En este momento de vuestra evolución aún no sois capaces de comprender su función. Sí, es verdad que regula la temperatura corporal y el nivel de agua y también es verdad que el agua es la esencia de vuestra vida.

Siempre os animamos para estar cerca del agua, estar en el agua y para beber agua porque el agua aumenta el funcionamiento de vuestro hipotálamo. Lo mantiene a una temperatura templada hasta que necesita calentarse. Más adelante, llegará el tiempo de explorar el hipotálamo.

Mediante un trabajo de ajuste cráneo-sacral se puede estimular el hipotálamo. Esto se descubrirá y se compartirá cuando la conciencia de la gente se haya elevado hasta el grado de estar preparada para la gran erupción solar de energía que procederá de esta glándula. Hasta que no llegue este momento, toda información podría ser peligrosa. A veces, la gente no es capaz de moderarse, y cree que tiene que beber el elixir de toda experiencia sin haber preparado su conciencia.
Nunca más seréis los mismos una vez que vuestro hipotálamo comience a segregar sus sustancias.

¿Habéis ingerido alguna vez una droga psicodélica? ¿Que os parece si tuvierais que manejar este tipo de realidad durante veinticuatro horas al día? No funcionaría; sería demasiado confuso.

Está bien para un trip. Está bien para hacer un viaje de aprendizaje a los reinos chamánicos y misteriosos de la Biblioteca Viviente. Pero seguramente no es lo más idóneo para desayunar todos los días. El resto del sistema nervioso no está sincronizado para este tipo de conciencia. Cuando hacéis un trip es exactamente eso, una excursión, como ir al campo o a la playa durante un fin de semana. Os vais, lo disfrutáis y luego volvéis y lo contempláis.

Vuestros hipotálamos os conducirán a una orilla nueva del Ser, un dominio nuevo que será inducido químicamente. Esto es lo que hace el sistema endocrino. Infiltra diversas sustancias químicas en vuestro sistema, pero vosotros no ingerís nada. Las sustancias químicas serán simplemente segregadas y esto tendrá como resultado que vais a percibir e interpretar la realidad de otra manera.

El hipotálamo restaurado os llevará a un viaje y vosotros cambiaréis todo y seréis felices estando donde estaréis. No querréis seguir viviendo en el lugar antiguo. Será como si os cambiaseis de país o como si os fuerais a un nuevo planeta, pero sin salir de la Tierra. Supondrá una división de vuestro mundo. La Tierra y la realidad de la Tierra con respecto a la Biblioteca Viviente cambiarán delante de vuestros ojos porque las sustancias químicas que segregará el hipotálamo os proporcionarán una nueva interpretación de la realidad.

Para esto no estáis preparados. ¡Ni por asomo! Primero tenéis que aprender que se os ama y os tenéis que convencer que vosotros sois la fuente de este amor. Tenéis que conseguir una sensación constante de esto, antes de que podáis empezar con los cambios sutiles de vuestro sistema endocrino que os prepararán para el despertar de vuestro hipotálamo. En el caso de que todas las cosas sucedan colectivamente, ¿para cuándo puede la Familia de Luz esperar que se despierte su hipotálamo? Nosotros sugerimos que irá aumentando durante un período de diez años, desde 1990 hasta el año 2009.

Con todo el revuelo que hay en Estados Unidos con respecto al sistema del cuidado de la salud, queremos recordaros que la salud es gratis. El verdadero coste del cuidado de vuestra salud no supone más que unos cuantos minutos de vuestro tiempo para desarrollar una actitud correcta hacia vuestro cuerpo. Vosotros creáis vuestra salud o vuestra enfermedad y no necesitáis a nadie para que os cuente si estáis sanos o no.

Lo primero de todo es, cuando entráis en contacto con vuestro cuerpo —cuando os ducháis u os laváis podéis sentir el nivel de bienestar— vosotros mismos sabéis si estáis bien o no. Claro que podéis elegir preocuparos y desconfiar de vuestro cuerpo. Si estáis preocupados por vuestra salud, vais a crear algo. Vuestro cuerpo sigue los patrones que vosotros diseñáis.

Si os pasáis el tiempo pensando a ver qué enfermedad vais a coger o cómo va a crecer un cáncer o si tenéis el SIDA o una difteria o tuberculosis o cualquier otra cosa sobre la que os apetece preocuparos, hay grandes probabilidades de que si no lo tenéis, os lo vais a crear. Si sabéis que estáis sanos, lo sois. Es bastante sencillo.

El miedo es un asesino. Os recordamos que vuestro poder acaba donde comienza vuestro miedo. Si teméis algo, es como si pusieseis un cartel sobre vuestra cabeza que diga:


«Bienvenido, te estoy esperando».


La razón de ser del miedo es salvar vuestras vidas, catapultaros al «ahora» para actuar. Muchas veces sirve para apartaros de peligros y dirigiros hacia la mismísima esencia de vuestro Ser vital. Sin embargo, si hacéis del miedo vuestro estilo de vida y emitís la frecuencia de miedo a la vida, acabaréis con vuestro cuerpo y mataréis vuestra fuerza vital. Esto crea estrés, mala salud y envejecimiento.

Vuestros pensamientos crean vuestra realidad. Forma parte de la iniciación de la conciencia pasar por la toxicidad y vuestro cuerpo físico necesita pasar por mas preparación y purificación que simplemente por lo que podríamos llamar intento y valor. Si moráis en el miedo lo dispersáis todo. Dispersáis vuestro propio poder. De modo que, para encontraros con algo que es muy poco familiar a vuestra mente lógica, tenéis que mantener la claridad del intento y una tremenda cantidad de valor, seguridad y desparpajo.

Todo aquello que os aparta de conseguir algo es simplemente una idea. A lo largo de los próximos veinte años —el momento para el cual todo el mundo está comprándose una entrada de primera fila en el anfiteatro de la Tierra— ocurrirán muchos cambios.

¿Os acordáis cuando, de niños, os ibais al carnaval, participando por primera vez en una gran fiesta? ¿Pedisteis a vuestra madre o a vuestro padre o a vuestros hermanos mayores que os acompañaran porque parecía todo tan gigantesco y tan lleno de aventuras?

Los acontecimientos de la Tierra se parecerán a un inmenso carnaval. Todos participaréis en una fiesta tan grande que ahora mismo no os lo podéis ni imaginar y por eso debéis clarificar algunas cosas intencionadas. La mayoría de vosotros lo hará estupendamente bien. Haréis vuestro camino. No lloriqueéis, es una pérdida de energía. Aceptad todo lo que habéis creado y sabed que en todo hay una oportunidad.

Desde nuestro punto de vista, nos sorprende que invirtáis esfuerzo en el miedo a las cosas que en realidad son una oportunidad. En cierta manera, nosotros sabemos quiénes sois y lo que os ha costado llegar hasta aquí. Nosotros sabemos por qué estáis aquí en la Tierra y sabemos que no os han enviado para que hagáis las cosas en solitario. Las fuerzas que trabajan con vosotros, aunque no sois concientes de su existencia, tienen la capacidad de influenciar y afectar a vuestra realidad de tal manera que no lo podéis comprender. No entendéis cómo sus dedos empujan a ésta o a aquella persona: «Vete ahí. Haz esto. Oh, no hagas esto». Los eventos se están escenificando.

Comprended que se están sembrando ideas y pensamientos cancerosos en el planeta, de la misma manera que se está sembrando y alentando el tema del SIDA. La gente se cree que estas cosas están atadas a ella. Ahora mismo, la gente le tiene miedo al Sol. Tiene miedo de salir y se comporta como si hubiera habido un error en la naturaleza. La gente que cree semejantes opiniones verá cómo su miedo actuará más deprisa que cualquier rayo de sol que podría dañarles.

El miedo es un asesino. Es una idea que se atasca, igual que Paul Revère chillando y corriendo por las calles de la joven América. Cuando el miedo corre por vuestro cuerpo, éste recuerda a los elementos químicos que van con él a segregarse y llenar todo vuestro cuerpo. Estos elementos activan una espiral descendiente y la idea de la muerte. Básicamente, es así de simple.

Habéis oído hablar del SIDA y de que éste es causado por el virus VIH. Sin embargo, ahora hay SIDA pero el virus VIH no está presente. El SIDA se extiende ahora electromagnéticamente, de la misma manera que otros muchos trastornos pueden ser extendidos electromagnéticamente. Recordad que el electromagnetismo tiene que ver con las grandes corrientes eléctricas que se encuentran en vuestro entorno y que son generados por los humanos y por otras fuentes. En el magnetismo, por supuesto, es la fuerza que mantiene las cosas unidas. En vuestro cerebro también hay partículas magnéticas.

Podéis aprovechar esta idea para ayudar a otras personas a abrir su corazón. El SIDA se extiende electromagnéticamente, yéndose de un portador a otro que tenga un patrón o una vibración similar:


«Yo pienso como tú. Mándame tus pensamientos».


¿Nos seguís?


«Yo también tengo estas creencias de miedo. Estoy confundido y no sé qué pensar de mí mismo. No valgo nada. No tengo poder sobre mi cuerpo.»


Este tipo de pensamiento se magnifica de tal manera que es como si colocarais una señal, un póster o una pegatina encima de vuestro campo áurico proclamando aquello que creéis que sois.

Los virus se pueden distribuir electromagnéticamente y en un momento dado podéis llenar todo un área metropolitana con ellos. ¿Por qué? El karma y la vibración de la gente os atrae a vivir en cierta ciudad o en cierto lugar. Es una de las razones por la cual mucha gente está cambiando de residencia actualmente.

Este mismo principio es válido para el corazón. Si el SIDA se puede repartir electromagnéticamente, también se puede repartir la apertura del corazón y la idea de la Diosa. Quisiéramos que comprendieseis que siempre hay muchos planes en movimiento.

La gente dice:


«¿Por qué tienen que moverse vibraciones malas, negativas y bajas por ahí?»


Pues, la gente las espera. La gente no se sienta y espera que les sucedan cosas divertidas y buenas. Más bien permanecen tumbados en una mecedora, fumando y esperando a que irrumpa un coche en su sala de estar. ¿Por qué?

Porque ven la televisión. Vuestra mayor impresión procede de esta máquina controladora de la mente que, básicamente, os impregna de miedo. El miedo crónico será el asesino. Atraerá todas aquellas cosas que teméis y de las que estáis tan seguros de que os van a pasar. De todas las posibilidades que hay en el mundo ¿por qué elegís la que elegís?

Cuanta más compasión tenéis por otros, más rápidamente cambiará la conciencia de las masas. Os rogamos a todos vosotros que juguéis a este juego del corazón con más frecuencia y no solamente cuando tengáis un ratito libre.

Comprometeos a tener vuestro corazón abierto y vigilad que se mantenga abierto y que utilicéis la energía del corazón de la Diosa. Esto será lo que marque la diferencia, porque no sólo vuestro corazón está involucrado, también lo está el corazón de la Diosa. Pero la Diosa necesita que vuestros corazones estén abiertos para que su energía pueda pasar a través de ellos.

Hoy en día existen muy pocas áreas geográficas en vuestro planeta que emitan la frecuencia del amor. Cierto que esto está a punto de cambiar. La Tierra, como sabéis, está pasando por unos momentos difíciles —por decirlo de manera suave—. Sin embargo, si pensáis que esto es fuerte, esperad. Os aguarda un gran viaje. Dentro de poco tiempo habrá una erupción de energías a nivel global y va a parecer que os estáis acercando cada vez más a lo que parece la destrucción de vuestro planeta. Queremos que lo sepáis.

Queremos que comprendáis que, a veces, cuando la energía evoluciona, incluso cuando vosotros pasáis por un proceso evolutivo, aparecen la desorientación, el caos, la confusión y una falta de identidad. Puede que vuestro cuerpo despida toxinas que os pongan enfermos. Puede que tengáis las tripas o el estómago revueltos o que sufráis de estreñimiento. Muchas cosas diferentes están anunciando los cambios que vienen.

Podéis imaginar la Tierra como un espejo gigantesco que os muestra lo que se está cociendo entre los seres humanos. La Tierra, en estos momentos, huele que apesta de tantos tóxicos que existen. Los guardó mucho tiempo. Durante muchos años se ha llenado la Tierra de tóxicos y no sólo de residuos radiactivos y todo tipo de basura, sino también de ira colectiva de los humanos que son criaturas energéticas y vuestras emociones crean una fuerza colectiva que se va emitiendo. No sólo emitís caos y miedo, que son las frecuencias básicas de vuestras vidas desde hace mucho tiempo, sino también emitís ira. La ira está porque en vuestro fuero interno sabéis que se os está negando algo.

Hay casi seis billones de vosotros —a punto de duplicarse— echando su ira sobre el planeta. ¿Qué pensáis que produce esto?

Os muestra, como en un espejo, la ira del propio planeta debido a la falta de cuidado y a la falta de amor. Esto es lo que está siendo vomitado ahora, pero a la larga supondrá una limpieza. Todos estáis llegando a una nueva comprensión. Os están empujando, como seres humanos y como planeta, hasta vuestros límites. Os obligan a redefinir vuestras fronteras, a decidir qué vais a defender y qué no vais a tolerar. Nadie se va a quedar sentado en su casa y se va a perder esta historia. Tenéis que participar todos; si no lo hacéis vais a desaparecer de una manera u otra.

Os recordamos que vosotros creáis vuestra propia realidad y la ira colectiva que sentís tiene que ver con la desacreditación de la imaginación. Sentid esto por un momento. La imaginación es la clave de la brillantez, de la unificación de los conceptos y la manifestación de las ideas. ¿Cuándo fue la última vez que os han animado para que, de manera regular, utilizaseis vuestra propia imaginación? Os robáis a vosotros mismos las cualidades que os resultan consustanciales y a través de las cuales os podéis salvar, a la vez que cambiar y redefinir vuestra libertad. La imaginación es como un auténtico billete para participar en el carnaval vivo y dinámico de la Tierra.

La Tierra está habitada no sólo por humanos sino por una multitud de fuerzas inteligentes. Los cerrojos dimensionales mantienen las diferentes formas de vida separada y segregada. Debido al colapso del tiempo, los seres humanos se ven obligados a activar la red de la Tierra. Cuando la energía de luz del cosmos os impregne, vuestro sistema nervioso se alterará, ya que éste funciona como una «autovía» a través de la cual viajan los impulsos energéticos al cerebro.

Igual que en la construcción viaria, vuestro sistema nervioso está siendo reconstruido, ampliado y fortalecido para poder procesar más datos. Es como un tráfico que se mueve a través de vuestro cuerpo. Cuando os enfrentáis a una experiencia que está fuera de lo normal, que no puede ser catalogada, vuestro sistema nervioso tiende a cerrarse. Vuestro cuerpo entra en un estado de «shock» porque es incapaz de procesar una realidad fuera de lo ordinario.

Conforme se incrementa la energía en el planeta, se magnifican los bloqueos en vuestros cuerpos físicos, mentales, emocionales y espirituales. Los sentimientos e ideas no expresados obstaculizan el flujo de la energía cuyo propósito es el de conectaros. Tenéis que ayudar a este proceso haciéndoos responsables de quienes sois. Vuestras dificultades o prejuicios —«No quiero saber. Odio esto o aquello de mí mismo. Esto no me gusta»— serán amplificados mediante una lupa. Chillaréis y os retorceréis hasta que lo hayáis comprendido.

Y si no, manifestaréis este bloqueo en forma de un reto muy difícil. Todo se está intensificando para que la gente aprenda a aceptar sus responsabilidades y siga manteniendo con claridad su intención y propósito. Las claves para la supervivencia, hoy en día y en esta época, son los diferentes métodos de trabajo con el cuerpo. Los descubrimientos que se logran mediante el trabajo con el cuerpo, facilitan y aceleran el reconocimiento de vuestra identidad. Cuantas más partes de vuestra identidad se abran, más profundamente podréis entender vuestros dramas.

De este modo, se consigue liberarlos a nivel de patrones celulares ya que son precisamente éstos los que os llevan a las situaciones que no han sido resueltas ni perdonadas. Sois vosotros los que invitáis a todos los actores de vuestra vida. Sois los directores y, por lo tanto, elegís el elenco y dirigís el espectáculo. Si a estas alturas estáis cansados de vuestro guión, recordad que lo escribís vosotros mismos. Echar la culpa a los demás y jugar a ser víctima no hace otra cosa que atraparos aún más en un estado de impotencia.

Recordad que tenéis dramas que son antiguos dramas divinos y es sólo ahora que os dais cuenta de ellos. Todas las partes de la realidad están entrelazadas y necesitan ser sanadas y unificadas. Las energías altamente evolucionadas tienen un gran sentido del humor, especialmente aquellas que trabajan con la frecuencia del amor. Se les reconoce como se reconoce la marca de algo.

Cuando os encontráis con las energías, aseguraos de que haya un gran sentido del humor ya que la risa es la clave de la libertad. Hay mucho espacio para la alegría a lo largo y ancho de la existencia y esto es precisamente lo que estáis intentando entender.

Os animamos a trabajar desde vuestro centro de sentimiento —vuestro plexo solar o vuestras vísceras—. En la mucosa de vuestro estómago hay la misma capacidad y actividad que en las células de vuestro cerebro. Tenéis que miraros de nuevo. Podéis ver instantáneamente cómo cambian vuestras experiencias cuando tenéis fe y os dais cuenta de las oportunidades inherentes a las cosas que creáis. Queremos recordaros que muchas veces una oportunidad se presenta disfrazada como una pérdida.

La zona del plexo solar es la zona de vuestro poder personal y desde ahí lo podéis extender hacia el mundo. También es ahí donde vosotros percibís el mundo. Es vuestro centro de sentimiento. Ahí es donde recibís la información y en el plexo solar intuís hacia dónde hay que tirar cuando pasan cosas que no tienen sentido según vuestra mente lógica. Alejaos un paso y comprobadlo. Observad vuestro proceso de toma de decisiones y luego elaboradlo teniendo en cuenta las sensaciones de vuestro cuerpo. Observad cómo sí sois capaces de sentir y reconocer la sabiduría innata de vuestro cuerpo.

El os habla como un consejero fiel, pero tenéis que escuchar. Vuestro cuerpo quiere trabajar con vosotros —muchas veces sois vosotros y vuestros pensamientos los que trabajan en contra del cuerpo—. Os recordamos que vuestra mente lógica ha sido entrenada por aquellos que quieren que funcionéis dentro de un paradigma muy restringido y una cierta frecuencia limitada.

Queremos que aceptéis la idea de que sois muy significantes. Hay un gran valor en quienes sois, en lo que deseáis y en lo que os permitís experimentar. Queremos que os sintáis enormemente elevados y apreciéis vuestro valor personal porque sois capaces de tejer múltiples realidades de conciencia y os atrevéis a saltar a territorios que otros no soportarían. Os regalamos una estrella dorada por atreveros a ser tan arriesgados, porque liberáis alegremente la esclavitud de la percepción humana al explorar vuestros propios ciclos.

Hay muchos maestros dispuestos a enseñaros en qué espacio del tiempo habéis florecido y os habéis desarrollado y de qué manera habéis afectado a una realidad interconectada y qué tienen que ver estas épocas y lugares con vosotros ahora. Algún día comprenderéis que aquellas épocas son ahora. Todo ocurre en el «ahora». Este mismo momento en el que os encontráis, es el verdadero momento continuo, espontáneo y significante. Es el momento en el cual os podéis encontrar una y otra vez.

Prestad atención a la información simultánea que podéis recibir de otras civilizaciones. Tenedla en cuenta y mirad cómo la podéis ligar sincronizadamente. Muchas veces tenéis el conocimiento. Aunque ocurra con frecuencia, necesitáis un tiempo para convenceros que de verdad sabéis cosas. Sed pacientes y podréis ir a donde vosotros queráis. Una vez que tengáis claro qué es lo que queréis, soltadlo.

Los delfines no guardan sus secretos ante sus compañeros. Voluntariosamente comparten todo lo que saben. Se puede adivinar el grado de evolución de un individuo viendo hasta qué punto comparte lo que sabe. Cuanto más compartís lo que sabéis mas conocimiento recibiréis. Cuanto más os agarréis a la sabiduría que se os ha concedido, más rápidamente se escurrirá por vuestras manos y la perderéis. Abrid las manos y vuestra sabiduría saldrá volando como una mariposa; y nuevas mariposas acudirán.

Toda vida tiene un sistema de chakras. Una ciudad tiene calles a través de las cuales pasan los coches y dispone de una serie de lugares donde repostar, lugares donde se almacena la energía. Lo mismo sucede con el sistema de chakras. Son almacenes energéticos dentro y alrededor de las formas de vida. Los chakras conectan el trabajo interno —las operaciones fisiológicas de la tercera dimensión— con los sucesos de las capas etéricas a nivel multidimensional. Si se utilizan de manera apropiada, los chakras atraen energía desde los reinos no-físicos hacia los físicos.

Todas las formas de vida tienen estos portales energéticos y, además, son como entradas y lugares donde repostar. Lo que cada forma de vida hace con este «relleno» está inscrito en su propia heliografía o en su ADN. Dado el caso que vuestro ADN se está reordenando para conseguir una nueva expresión de sí mismo, vuestra frecuencia o identidad está comunicando algo a un nivel no-físico.

Vayáis a donde vayáis esta energía mutante se comunica. Vuestra conciencia se comunica a todas las formas de vida. Puede que los que estén a vuestro lado en unos grandes almacenes o en un restaurante no sean muy concientes de quiénes sois. Pero si dais un paseo por el bosque y el campo u os metéis en el mar, veréis que ahí sí hay formas de vida que saben quiénes sois. Ellas cambian su respuesta, y su ADN se transforma porque el vuestro está cambiando. Gracias a vosotros toda la naturaleza se hace más accesible para la Biblioteca Viviente.

Visto desde vuestra perspectiva, hay muy poca gente que vive miles de años, sin embargo, los Dioses Creadores son capaces de extender la longevidad del cuerpo celular. Alargar la vida y rejuvenecer la vida celular se está poniendo de moda otra vez. Esto forma parte de la construcción del cuerpo de luz, un cuerpo que no es tan denso y, por lo tanto, no se autodestruye —un cuerpo que se autorregenera—.

Esto es lo que estáis buscando.

Ya habríais llegado a este punto de convicción si vuestra mente lógica no estuviese tan ocupada en ver si esto es posible o no. No podemos subrayarlo lo suficiente, tenéis que dejar de escuchar a la sociedad y a las versiones oficiales de la realidad. Esto supone hacer una elección y no una falta de respeto. Esta es la tarea más difícil para vosotros y supone una auténtica rotura —es cruzar el puente entre vuestro ser social y vuestro ser espiritual—, ¿Cuál de ellos será sagrado? ¿Cuál de ellos será vuestra fuente de autoridad?

Cuanto antes deis el salto, antes os divertiréis.

Dejad que vuestro ser intuitivo sea el portador del estandarte de vuestra experiencia —una experiencia que nadie más va a valorizar, una experiencia que tiene que ver con la misión que conocéis pero no necesariamente recordáis.

Ejercicio energético

Ponte cómodo y serénate. Manda a tu cuerpo el mensaje de que se relaje, que suelte y que deje que las tensiones se vayan. Respira muy hondo. Una vez exhalado, siente cómo una ola de serenidad invade tu cuerpo. Continúa respirando concientemente y encuentra tu propio ritmo. Siente cómo se expande y se abre tu pecho. Siente cómo la zona de tu corazón se va calentando. Relaja tu garganta. Clarifica tu mente y centra tu visión. Concéntrate en tu respiración durante unos momentos. Visualiza una columna de luz tocando el centro de tu cabeza y luego penetrando en tu cuerpo. Inspira y exhala profundamente, céntrate en tu respiración. Haz que seas lo más ligero, lo más tranquilo que puedas y llénate de paz.

Una vez que hayas llegado a tu lugar de calma, focaliza tu energía en el tercer ojo y visualiza tu mundo, la Tierra. Sea lo que sea que te estás imaginando, está bien. Cuando ya tienes bien centrada la imagen del globo terráqueo, siente la existencia de una heliografía y un propósito individuales de cada uno de los habitantes de la Tierra. Puede que veas las heliografías como pequeñas chispas de luz o como formas geométricas.

Date cuenta de la unicidad y multitud de lecciones que hacen falta para que la conciencia evolucione. No sólo se está amplificando la conciencia de cada individuo sino que se está conectando la conciencia colectiva del globo de una manera muy especial. Siente la contribución de cada individuo al plan global y desde tu «ahora» envía una ola de intención a todos los seres humanos para que se llenen de amor y confianza.

Ahora, siendo tu conciencia como un imán que atrae todas las conciencias similares, siente cómo emerges de tu heliografía igual que una bola dorada de luz. Deja que tu heliografía comience a girar alrededor de la Tierra y busque a otras heliografías que estén codificadas para trabajar con la tuya, ya que el propósito final del plan es la activación de una nueva heliografía global para la raza humana.

Siente esta búsqueda a nivel global.

Tú, la esfera dorada de luz, giras y giras alrededor del planeta, yendo de un lugar a otro. Siente cómo vas creciendo conforme se van uniendo otras conciencias similares hasta que se forma un manto de luz y cómo éste activa la red de energías entretejidas, pues fue diseñada para que despertase en el momento en que se conectaran las conciencias. Siente cómo tu bola de luz dorada es atraída hacia lugares diferentes del globo. Observa cómo tu presencia se va modificando, cómo se abre y se expande, estés donde estés.

Imagínate cómo seis billones de personas se unen, desde el centro de sus cuerpos, a esta heliografía global. Saben que los cambios venideros son una oportunidad de vivir vidas más alegres y más expansivas, en las que habrá libertad de ver todas las cosas desde una perspectiva completamente diferente.

Centra tu conciencia de nuevo en tu cuerpo físico. Visualiza cómo la luz recorre tu cuerpo, te llena, te conecta. Observa cómo la energía fluye cada vez más rápida hasta que tu cuerpo empieza a vibrar. Siéntete más fuerte y lleno de nueva información, salud y vitalidad. Siente cómo la columna de luz está contigo permanentemente, inundándote y uniéndote con tu fuente. Mantén esta columna de luz siempre conectada a tu cuerpo físico. La columna de luz es tu tarjeta de entrada a los reinos más elevados.

El pensamiento es.

Estás aprendiendo a usar tus pensamientos de forma más productiva para que puedas cambiar vuestro mundo y crear un paradigma de realidad completamente nuevo. Confía en ti y escucha bien lo que estás descubriendo. Puede que el camino que se abre ante ti sea muy interesante.

Recuerda, tú lo creas siempre. Si no te gusta el escenario, sólo tienes que escoger un nuevo camino.

Buen viaje.

Pirámides en Canarias

 

Escrito por: Luis Alfonso Gámez pirámides, pirámides de güímar, difusionismo, pseudoarqueologia

03 Ago 2008

El explorador noruego Thor Heyerdahl descubrió en 1990 el nexo entre las pirámides egipcias y las americanas. Estaba en Güímar, un pueblo de la costa oriental de Tenerife. Era un conjunto de seis estructuras escalonadas, hechas con roca volcánica, que habían pasado desapercibidas para la ciencia hasta poco tiempo antes. Las habían descubierto en 1987 los miembros de la Confederación Internacional Atlántida, un grupo canario de aficionados a lo paranormal, y enseguida habían llamado la atención de los medios de comunicación. Fue así, por la prensa, como Heyerdahl se enteró de la existencia de las pirámides de Güímar.

"Siempre he mantenido que la civilización viajó de Oriente a Occidente, transportada por las corrientes marinas y los vientos alisios", explicaba el aventurero en 1999, tres años antes de su muerte. Heyerdahl era difusionista: creía que cada cosa se ha inventado sólo una vez en la Historia y después el conocimiento se ha irradiado desde el lugar del hallazgo al resto del mundo. Eso supone que, si hay pirámides a una y otra orilla del Atlántico, es porque la idea y la tecnología para levantarlas se le ocurrió a alguien en uno de los dos sitios y luego viajó hasta el otro. Las pirámides de Güímar, a medio camino, confirmaban, para el aventurero nórdico, esa visión de la evolución de las culturas.

Guanches en América

Heyerdahl organizó durante el siglo pasado varias expediciones para demostrar la posibilidad de contactos transoceánicos en la Antigüedad. Veía los mares como las autopistas por las cuales se había difundido el conocimiento a bordo de embarcaciones como la Kon-Tiki, una balsa de juncos con la que cubrió en 1947 los 7.000 kilómetros que separan Perú del archipiélago polinesio de Tuamotu. Cincuenta años después, las estructuras de Tenerife -que para los lugareños son majanos, meros montones de piedras- le llevaron a pensar que los navegantes que habían cruzado el Atlántico desde Eurasia con el conocimiento necesario para construir ese tipo de edificios pudieron no ser egipcios, sino guanches.

En su aventura canaria, tuvo el apoyo de su amigo el naviero Fred Olsen, cuyos ferries conectan el archipiélago. El multimillonario noruego financió en 1991 unas excavaciones en la plaza central del complejo, que ocupa en total unos 3.000 metros cuadrados. Las dirigieron los arqueólogos María de la Cruz Jiménez y Juan Francisco Navarro, de la Universidad de La Laguna, y no encontraron restos anteriores al siglo XIX. "La excavación arqueológica es contundente en el sentido de ubicarlas (las pirámides) en el siglo pasado", concluyeron. Los científicos creían que las estructuras eran simples amontonamientos de piedras hechos por los campesinos para liberar suelo cultivable.

Heyerdahl, sin embargo, sostuvo hasta su muerte otra cosa: "Seguramente, bajo ellas se encuentran tumbas guanches". El ingeniero egipcio Robert Bauval, quien visitó Tenerife en 2001, creía también que las edificaciones habían sido antiguos lugares de culto con conexiones astronómicas. Esta última explicación se agarraba, seguramente, a los estudios de Antonio Aparicio, Juan Antonio Belmonte y César Esteban. Estos tres investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias y la Universidad de La Laguna habían constatado a principios de los años 90 que el conjunto arquitectónico está orientado astronómicamente; aunque en ningún momento habían achacado las edificaciones ni a guanches, ni a atlantes, ni a nada parecido.

Orientación masónica

Bauval y otros autores sostienen que las pirámides de la meseta de Giza se construyeron hace 10.500 años. La misma edad se atribuye a las estructuras canarias en el Parque Etnográfico de las Pirámides de Güímar, que abrió sus puertas en 1998 por iniciativa de Olsen y Heyerdahl. Un vídeo explica al visitante que la pirámide surgió como estructura hace 10.000 años, simultáneamente, en Egipto, América y otros lugares, lo que demostraría una conexión transoceánica en la Prehistoria. Pero es que las pirámides egipcias, que eran tumbas, se remontan a hace sólo unos 4.500 años y las más antiguas americanas, que eran templos, a poco más de 2.000.

Quien únicamente las conoce de oídas puede pensar, además, en las estructuras de Güímar como equiparables a las levantadas por egipcios y mayas. La palabra pirámide evoca imágenes de construcciones gigantescas en el desierto y en mitad de la selva mesoamericana, colosales edificaciones de decenas de metros de alto formadas por grandes bloques de piedra. Frente a eso, el majano más grande de Tenerife mide 50 metros de largo por 16 de ancho, 5 metros de altura y está hecho de roca volcánica sin trabajar. Estructuras similares existen en isla Mauricio, otro archipiélago volcánico, y no se han achacado nunca a desconocidos contactos culturales en la Antigüedad, entre otras cosas porque ningún ser humano vivió allí antes de 1598.

No hacen falta ni atlantes, ni alienígenas, ni egipcios de viaje a América para explicar el origen de las pirámides de Güímar. Son amontonamientos de piedras hechos en el siglo XIX para limpiar un terreno y dedicarlo al cultivo de cochinilla, algo parecido a lo que han hecho los campesinos de isla Mauricio para la caña de azúcar, tal como explican los astrofísicos Antonio Aparicio y César Esteban en su libro Las pirámides de Güímar. Mito y realidad (2005), la única aproximación seria a la historia de los majanos. Lo que no está claro es el por qué de la orientación astronómica del complejo. Aparicio y Esteban sostienen que se debe a que en el siglo XIX el propietario de la finca, el masón Antonio Díaz Flores, habría orientado las estructuras para dotarlas de un significado simbólico ligado a la masonería.


El libro

Las pirámides de Güímar. Mito y realidad (2005): Los astrofísicos Antonio aparicio y César Esteban sacan a la luz la verdadera historia de este presunto misterio canario.

Lourdes: sentido de las apariciones

Tomado del libro
Lourdes, crónica de un misterio
del mariólogo René Laurentin
Planeta, 1997

Hemos llegado al final de la película de los acontecimientos que conmovieron a la ciudad de Lourdes en 1858. Hemos seguido a la pequeña Bernadette desde la cuna hasta el momento en que, desde la orilla del Gave, veía por última vez a Aquélla que por fin había dicho su nombre. "La historia de las apariciones" ha terminado. Bernadette se reintegró de por vida a la senda común.

Al término de esta narración que ha querido sin comentarios, el autor desearía ponerle punto final, retirarse de puntillas y dejar al lector a solas con el Acontecimiento. Quien haya sabido leer en transparencia ya no necesitará un pedagogo; y no se parlotea delante de un icono.

Pero esta deseada transparencia no puede ser más que un sueño de autor. Y más de un lector habrá tropezado al contrario con este relato realista, tan distinto de los que habrá leído hasta el momento. Seamos entonces explícitos. Retrocedamos un poco e intentemos captar el sentido de las Apariciones de Lourdes: el orden que se manifiesta y el mensaje expresado a través de ellas.

1. El problema consiste en desprender objetivamente este mensaje. Tarea difícil que exige un método y unas normas rigurosas, susceptibles de poner coto a la subjetividad. Dispenso al lector de unos preámbulos y precauciones que encontrará en Lourdes, Histoire authentique, volumen 6, pp. 253-259.

1. Orden de las apariciones

El acontecimiento de Lourdes ofrece un orden y UE armonía que se imponen más a medida que penetramos en él.

Ordenación estática

No insistiremos en la ordenación estática de las dieciocho apariciones, en las que se pueden destacar unos armoniosos paralelismos: dos series de tres apariciones imprevistas enmarcan las doce apariciones de la quincena, en cuyo centro se sitúa un acontecimiento mayor como es el descubrimiento de la fuente. Estos paralelismos se materializan en forma de gráfico, pero no insistiremos en ello, ya que no es más que un marco sobre el cual estaríamos insistiendo artificiosamente.

Ordenación dinámica

La progresión del acontecimiento es más importante, ya que revela con mayor claridad las intenciones.

A través de esa especie de incoherencia en la que se desenvolvía Bernadette, inmersa en las dificultades, y sin saber adonde se dirigía, una mano firme guiaba los acontecimientos.

Durante la primera fase, el cielo actúa con las resistencias que la tierra suele oponer a los acontecimientos insólitos. En efecto, en Lourdes todos las personas responsables de Bernadette, desde los parientes hasta el párroco, pasando por las hermanas del hospicio, cuya oposición fue especialmente ruda, intentaron poner fin a la aventura. Era lo prudente y razonable. La visitante celestial no actuaba con precipitación. No había obligaciones ni prodigios: ella puso el tiempo de su parte, la fructificación cotidiana de los acontecimientos, el sufrimiento y la paciencia de Bernadette.

La dama espaciaba las primeras apariciones. Primero la del 11 de febrero y luego la del 14 provocaron la prohibición de ir a la gruta (la segunda, de forma más enérgica). En cada ocasión, el obstáculo fue superado por el conjunto de las reacciones generales: la intervención de las "niñas" el 14 de febrero, luego la de las "personas mayores" el 18.

Aquel día, la Inmaculada habló por primera vez invitando a Bernadette a acudir al lugar "durante quince días". El contexto se sustenta en la vana esperanza de que esas visitas tendrán lugar en secreto. Era una discreción humanamente imposible y que no entraba en los designios de arriba.

El 21 de febrero, la afluencia de público empezó a inquietar a la policía. Bernadette sufrió su primer interrogatorio. El comisario le prohibió acudir a la gruta. Pero la situación ya no era la de los primeros momentos. La vidente ha prometido ir "durante quince días". La acción celestial era lo bastante comprometida como para que el cielo afirmase sus derechos.

El 22 de febrero, Bernadette, que desde la infancia había dado numerosas muestras de su obediencia, se ve arrastrada por una "fuerza irresistible" hasta la cita acordada, donde, sin embargo, no tiene lugar la aparición. Esta aparente contradicción tenía un sentido: así se ve cómo ésta resuelve armoniosamente una situación inextricable. En ese primer martes de la quincena, la violencia interior inflingida a la dócil Bernadette, que su pena y su desazón demuestran, hace comprender a los padres que no tienen derecho a mantener la prohibición. El camino hacia la gruta queda abierto de nuevo. La solución pasaba por el sufrimiento y el conflicto de la vidente.

Desde entonces, la afluencia y el entusiasmo suben en picado. Pero, a causa de esto, asoma otro peligro, esta vez desde el interior, el desarrollo espiritual de la peregrinación: el fervor llega a la efervescencia y el sentimiento suplanta a la fe. Al "milagro" de la gruta se le piden pruebas y demostraciones sensibles que no puede satisfacer. Se da una tendencia a decantarse por lo excepcional. La epidemia de los visionarios se encuentra en germen. El 23 de febrero se vislumbran los signos que lo anticipan. Ese día, Estrade, convertido y transtomado, comparó el éxtasis de Bernadette a las poses teatrales de Rachel, a la que la niña superaría. Era un camino peligroso, ya que no era por ahí por donde el cielo pretendía obrar sus maravillas. Si alguna muestra de belleza sensible había servido para abrir el apetito espiritual de las masas, ella no podía satisfacerla con autenticidad. Lo que podía hacer realmente era desviarlo. Más tarde, el mismo Estrade se deslizará por la pendiente de las admiraciones equívocas hasta llegar a extasiarse ante la visionaria Joséphine.

El 25 de febrero, desde lo alto se da un cambio de orientación. El estilo de las apariciones cambia para hacerse más austero. El éxtasis se vuelve más apagado. Bernadette realiza ejercicios repulsivos, como besar la tierra, cavar en el suelo embarrado y comer hierba. El entusiasmo se viene abajo. Estrade murmura: "No entiendo nada."

Ese mismo día la prueba se hace más pesada para Bernadette, ya que padece el más largo de los interrogatorios que se le hacen. Se le vuelve a prohibir acudir a la gruta. A la mañana siguiente, 26 de febrero, la aparición vuelve a fallar. Se retoma a la situación del día 22. Era una prueba útil más, ya que si el sentimiento de los espectadores sé vio decepcionado, la razón salió ganando, es decir, si Bernadette no ve según su voluntad es porque no está actuando, concluyeron algunos testigos.

Los espíritus, conducidos de nuevo a la austeridad de la fe mediante la ducha fría del 25 de febrero, esperaban prodigios para el 4 de marzo, el último día de la quincena. La fiebre sube, la imaginación colectiva se pone a trabajar. La decepción será muy dura. ¡Feliz desilusión! La excitación colectiva puede crear la ilusión con tanta veracidad que la efervescencia de ese día provocó, con el retomo de la aparición, el espejismo de un milagro: la falsa curación de la ciega de Baréges. Si en tales condiciones se hubiera producido un verdadero milagro o una verdadera revelación, ¡lo inermes que estaríamos para apreciar su autenticidad!

Tres semanas más tarde, cuando ya se habían disipado las ilusiones surgidas con la excitación del 4 de marzo, la mensajera anónima revela su nombre a Bernadette, pero aquí también, a contracorriente de la expectación general. Hemos visto ya hasta qué punto la fórmula «Yo soy la Inmaculada Concepción» confundió o desanimó a los más creyentes. Esta conclusión no obtuvo momentáneamente gran eco. Bernadette, reprendida por Peyramale, y sin explicación hasta la noche, padeció aquel día una última prueba. Fue necesario el paso de los años para que los espíritus se acostumbrasen a esa paradójica expresión: Yo soy la Inmaculada Concepción.

Finalmente, después del 7 de abril, en el momento en el que la efervescencia provocó la epidemia de visionarios, en una atmósfera favorable al prodigio, el carisma se acalla en Bernadette, ya que la visión no era un don natural de su persona, sino una gracia momentánea.

Ella sólo tendrá una aparición, discreta como deseaba y cuando la epidemia había acabado, el día 16 de julio. Un doble símbolo ilumina el significado de este silencioso adiós:

Por una parte, la fiesta del monte Carmelo. Antes de dejar a Bernadette, la Virgen insinúa que a partir de entonces su presencia y su protección, simbolizadas por el escapulario, permanecerán, pero mantenidas en la oscuridad de la fe.

Por otra parte, la distancia: entre la vidente y la Virgen, que, en otras ocasiones «se aproximaba» casi hasta tocarla, se encuentran esta vez las aguas del Gave y las barreras levantadas por los hombres:

¿Qué significan las olas? escribió san Gregorio, sino el mundo de aquí abajo... el flujo de la vida corruptible, ¿y qué representa la orilla, sino la integridad del eterno reposo?

El 16 de julio, Bernadette tuvo ante sí un icono de las vicisitudes que la separaban de la felicidad del «otro mundo»: la empalizada levantada por el comisario representaba las contradicciones de los hombres, y el río Gave las amargas aguas del sufrimiento y de agonía. 

Así, las apariciones acabaron tal como habían empezado: en la primera como en la última, el agua se interpone entre la vidente y la Virgen —un agua infranqueable... que, sin embargo, será franqueada mejor < lo que Bernadette se atrevió a esperar. El 16 de julio esta distancia simbólica desapareció un instante, con prueba de esperanza:

Yo no veía ni las tablas ni el Gave. Me parecía esta en la gruta a la misma distancia que en las otras ocasiones. Yo sólo veía a la Santa Virgen.

Es la última vez. Después de este episodio oscuro inadvertido, que casi estuvo a punto de caer para siempre en el olvido, Bernadette se reincorporó a la vida cotidiana. Ella se borró, mientras que la gruta, la fuente y los milagros pasaron a primer plano. Era preciso que Lourdes creciese y que ella menguase. Posteriormente las oposiciones, las necesidades del testimonio la vuelven a sacar a la, luz pública, pero por poco tiempo. El 4 de julio de 1866, la muchacha abandonó Lourdes «para esconderse», y desde entonces, el Espíritu Santo fue su guía por caminos ajenos a toda forma de prestigio y de boato extremo. Su santidad permanecerá misteriosamente velada para su entorno.

Ordenación del mensaje

Otro aspecto dinámico de las conductas de arriba: la progresión del mensaje.

Primero, la plegaria y la contemplación silenciosa (11-14 de febrero); luego, las palabras pronunciadas en varias etapas: la convocación, que actúa como un discreto prefacio (18 de febrero), seguida de una nueva fase de silencio contemplativo (19-23 de febrero). Inmediatamente después, la aparición va desarrollando progresivamente las consignas espirituales de plegaria, la invitación a la penitencia y el mensaje «a los sacer dotes» para la institución de la peregrinación (2 de marzo). Finalmente, el 25 de marzo, la misteriosa «Ahueró» revela su identidad. El acontecimiento se termina igual que como empezó, silenciosamente, en la oración y en la contemplación.

Así es la armonía de los grandes rasgos. Falta profundizar en el contenido objetivo del mensaje.

2. Objetivo del mensaje

El mensaje de Lourdes se puede resumir en cuatro puntos, propuestos como actos más que mediante discursos, y más que mediante discursos, según el estilo de la Biblia y en concreto el de los profetas: cuatro puntos que se apoyan en cuatro palabras muy sencillas, y que ordenan la vida de peregrinación.

A. pobreza

El primer punto estaba implícito. Se manifestó con una especie de pudor, pero con una coherencia impresionante, mediante una serie de actos significativos.

Principalmente reside en la elección de la mensajera, una elección a contracorriente de las consideraciones humanas, que extrañó y, hay que resaltarlo, chocó a la opinión general.

El testimonio de Bernadette

Bernadette Soubirous era sin duda una de las últimas personas a las que la razón humana habría acudido para que transmitiese un mensaje celestial. Todo aquello que se valora en el mundo (aunque se trate del mundo eclesiástico) estaba ausente en su persona. Era pobre en todo: dinero, salud, instrucción. Incluso su formación religiosa dejaba que desear: a los catorce años, «lo ignora todo sobre el misterio de la Trinidad», y no había recibido su primera comunión. La miseria la había apartado del catecismo y sumergido, en cambio, en una ignorancia que la hacía pasar por necia. Sabemos en qué medida la pobreza había hecho caer el desprecio sobre los Soubirous, hasta el punto de que la policía los tenía por sospechosos, tan grande era su desamparo.

No fue por casualidad por lo que la Virgen escogió a esos seres sospechosos, a esos miserables. Uno de los principales ejes del fenómeno de Lourdes se basa en esta frase clave del Evangelio: «Bienaventurados los pobres» (Mt. 5,3). La Virgen descubre la beatitud de estos últimos ante los ojos de los detractores de los Soubirous y de todos aquellos que, con más radicalismo, ignoran a «esa gente sin interés». La multitud acude a reverenciar a esa chiquilla rechazada. Le envidia su felicidad y desea alguna migaja de la misma. Luego se extrañará del estado de indigencia en el que la sociedad terrenal ha dejado sumida a la elegida del cielo. Bernadette no les permitirá que reparen por la vía fácil ese escándalo que ni siquiera cabía en sus mentes, porque sólo habría solucionado un caso individual, el suyo, dejando los demás en la misma situación, y sólo para satisfacer la buena conciencia general. Así, ella rechaza «el deshonesto dinero» (Le. 16,9). Y como las condiciones de trabajo de aquellos tiempos no permitían a los pobres cargados de familia el «remontarse», mientras Bernadette estuvo con ellos, los Soubirous siguieron ofreciendo el insoportable espectáculo de una miseria aceptada con dignidad.

Quienes volvían a sus hogares con el dinero que Bernadette había rechazado, devuelto o tirado, experimentaban en el acto el choque del mensaje evangélico acerca de la riqueza y la pobreza: ese mensaje que llamaba a cada uno a que tomara, según su condición, una forma personal en plena vida. El significado general se percibió y formuló de inmediato. Antoinette Tardhivail escribió el 29 de marzo de 1858:

Sus padres son muy pobres y sin embargo, no aceptan nada... Son pobres, tan pobres como lo era Nuestro Señor en la tierra, y es en esta criatura en quien María ha puesto los ojos con preferencia sobre tantas jóvenes ricas que, en este momento, envidian la suerte de ésa a la que habrían mirado con desprecio, y ahora se consideran afortunadas por poder abrazarla o tocarle la mano.

Cuatro años más tarde, el magisterio del obispo extraería la misma conclusión, citando a san Pablo:

¿Cuál es el instrumento que... el Todopoderoso... utilizará para comunicarnos sus intenciones de misericordia? Una vez más será lo que el mundo tiene por más débil (1 Cor. 1,27): una niña de catorce años... nacida... de una familia pobre.

La Virgen fue comprendida de inmediato y sin equívocos.

Pobreza, debilidad y humildad, todos estos rasgos evocados por monseñor Laurence componen la noción bíblica de pobreza. Esta pobreza espiritual, esta hambre y sed de Dios implican algunas raíces de indigencia material. Ésta no ha tardado en apagarse entre los ahitos de este mundo, entre los que se dejan encerrar en la dorada prisión de su felicidad egoísta, de su seguridad material.

Tratándose de un mensaje en varios actos, sería inútil indicar más detalladamente los indicios de esta intención del cielo.

«Los pobres acogen la buena nueva»

En la vida local de Lourdes, los pobres fueron los primeros en mostrar interés por el acontecimiento. Solamente las niñas de la «clase indigente» participaron en las primeras apariciones de los días 11 y 14 de febrero. Hasta el domingo 21 de febrero, sólo la clase popular estuvo presente en la gruta y seguiría siendo predominante a lo largo de todas las apariciones, hecho que acarrería el descrédito, cuando no el rechazo, de quienes habrían aceptado únicamente a Bernadette:

«Estoy escandalizada de ver a las mujeres que la acompañan», decía Dominiquette Cazenave, y otras como ella. De hecho, a partir de un cierto nivel de miseria, la apariencia de moralidad, cuando no la misma moralidad, se convierte en un lujo casi inaccesible. El escándalo de Dominiquette englobaba, en primer lugar, a las dos tías maternas de Bernadette, cuyo matrimonio a destiempo había hecho correr las habladurías. También los fariseos se escandalizaban del entorno de Cristo, quien respondió con un matiz paradójico: «...Las mujeres de mala vida os precederán en el reino de Dios» (Mt. 21, 31), afirmación que se cumplió al pie de la letra en Massabielle.

Los pobres fueron los primeros en captar el verdadero significado del mensaje, los primeros en ser generosos. Una vieja indigente fue la primera en depositar en la bandeja de la gruta, en abril de 1858, una moneda de cinco francos (y rechazó la calderilla que le ofreció un vecino gritando: «Es toda entera para la Virgen». Fue un paralítico cargado de hijos, un tal Jacquet llegado desde Tarbes en carretilla, el primero en echar la primera moneda de oro. Jacomet dejó constancia de ello:

Las ofrendas más importantes nos llegan de esta categoría de visitantes que se encuentran entre los más desafortunados, y a veces entre los más pobres.

Sin duda, el flujo de riqueza que más tarde manaría sobre Lourdes oscureció por un tiempo la transparente señal de los primeros días, algo que se empieza a redescubrir dificultosamente hoy día. Pero Bernadette, por su parte, vivió esta dimensión del mensaje con una brillantez sin fisuras. Se negaba rigurosamente a recibir dinero en cualquier caso e impuso esta ley a los suyos con una constancia increíble. Y tanta sutileza puso en rehuir a los donantes como otros a los estafadores. En su desinterés había algo de carismático. «Me quema», decía cuando a escondidas se le introducía dinero en los bolsillos. Sin saberlo, hablaba como el apóstol Santiago: «Ahora, ricos, llorad sobre vuestras riquezas... Es un fuego que habéis atesorado» (Sant. 5, 1-3). ¡Qué poco nos parece a nosotros que el dinero pueda ser como un fuego!... Sobre este punto, la exigencia evangélica se cumple en la persona de Bernadette a rajatabla. Sus compañeras advertían que se complacía con la compañía de los pobres, prefiriéndola a la de los ricos. Cuando en julio de 1860 entró como interna en el hospicio, las monjas, deseosas de hacer bien las cosas, la colocaron en la «primera clase», frecuentada por las señoritas de la clase acomodada. Bernadette rechazó esa ventaja y suplicó ser adjudicada a la clase de las indigentes. Tal posibilidad no existía para las pensionistas, ya que esa clase, ajena a la organización de la casa, no contaba con internas. De este modo, al menos obtuvo la «segunda clase», con el menor nivel de comodidad que ello representaba.

La muchacha amaba hasta tal punto la pobreza, que no sólo la deseaba para sí sino también para los suyos. Y esta reacción es digna de destacar. A menudo, quienes oficialmente hacen gala de su pobreza desean para sus allegados, confusa o claramente, la riqueza a la que ellos mismos se han sustraído, más material que espiritualmente. El deseo de Bernadette para los suyos, su constante preocupación cuando la dedicación al comercio puso fin a la precariedad de la familia, se resume en estas palabras: «Con tal de que no se enriquezcan... Adviértanles que no se enriquezcan.»

La pobreza es la práctica personal de esta virtud, y todavía más, el amor a los pobres, el punto que resulta la parte más abrupta ¿ignorada del mensaje. A lo largo de los siglos, éste sigue siendo uno de los puntos más firmes y desconocidos del mensaje evangélico, uno de los que darán lugar a las mayores y más inconscientes aberraciones. El desprecio y la ignorancia de la existencia de los pobres continúan siendo frecuentes entre los cristianos. Los pobres, con sus desgracias, sus peticiones y la mala conciencia que crea su presencia no son queridos, no se les soporta. Tan pronto se reúnen unos cuantos en algún lugar caen sobre ellos acusaciones de perezosos, bebedores o ladrones. Estas acusaciones son ciertas en algunos casos, no más numerosos que en otros grupos, pero cuando se habla de pobres, se tiende a generalizar, a estigmatizar a la ca tegoría por entero. Cuántos pretextos y buenas razones encontramos para no cumplir con nuestros deberes hacia ellos (como en otro tiempo aquellos que agobiaban a los Soubirous) sin percatamos de que nos exponemos al juicio de Dios. Cuántas sorpresas nos esperan al otro lado cuando se oiga la palabra final:

«Marchaos lejos de mí, malditos, al fuego eterno. Pues yo tuve hambre y no me disteis de comer; tuve sed y no me disteis de beber; carecía de refugio y no me acogisteis, iba desnudo y no me vestísteis...»

Entonces, nosotros responderemos: «Señor, ¿cuándo te hemos visto con hambre y con sed, o desnudo, o enfermo, o en prisión, y no te hemos socorrido?»

Pero nuestra insistencia se verá rechazada por anticipado, y el Señor ya nos previno con su respuesta:

«En verdad os digo, cada vez que no habéis ayudado a uno de esos pobres, es a mí a quien habéis dejado de ayudar» (Mt. 25, 31-45).

No es posible que Jesucristo lo haya dejado más claro. Pero ya que, a despecho de esta insistencia, ha permanecido incomprendido tanto tiempo, era preciso que la Virgen condujera el mundo que se estaba enriqueciendo a egas palabras fundamentales, era necesario que a través de los Soubirous, los pobres que Ella había escogido, nos llevase a experimentar en directo la culpabilidad de nuestro menosprecio, de nuestra negligencia, las ilusiones de nuestra buena conciencia a ese respecto. Pues todas aquellas ofensas de las que la familia Soubirous fue objeto en su momento, las sufren de nuestra parte los pobres de hoy día, con más frecuencia de la que creemos.

Mediante las apariciones de Lourdes, Nuestra Señora quiso restaurar en nosotros el amor hacia los pobres y por la pobreza, un amor original y liberador.

B. oración

Entre la pequeña Bernadette, escogida por su pobreza, y Aquélla de la que el Señor había observado la pobreza (Lc 1,48), se establece al principio un contacto '   silencioso, un contacto por la oración: éste es el segundo punto del mensaje. También aquí, los actos se adelantan a las palabras, precediéndolas.

Desde el inicio de la primera aparición, Bernadette extrajo su rosario instintivamente e intentó persignarse. Ese gesto ya tenía sentido para ella. Y nos hace comprender mejor por qué fue ella, la pastora insignificante, la escogida. No fue solamente por no ser nada a los ojos del mundo. Fue también por la riqueza de la que estaba dotada a los ojos de Dios, basada en el espíritu. Su oración, de pocas palabras sin duda, pero sentida, le había permitido asumir, con Dios, la miseria y el sufrimiento, la soledad y las vejaciones de Bartrés:

Yo pensaba que Dios lo quería. Cuando se piensa que Dios lo permite, uno no se lamenta.

Esta única confidencia llegada hasta nosotros acerca de la profundidad de las raíces espirituales más profundas de Bernadette dice mucho al respecto.

Sí, si el cielo escoge lo que no tiene valor en este mundo, no es por el gusto gratuito de burlarse del mundo; y no es la nada lo que Él escoge, sino lo que existe de verdad. Los Soubirous, con su infortunio material, su generosidad sin segundas, la autenticidad de su trabajo manual y la sencillez de su corazón, ya existían para Dios antes del 11 de febrero de 1858, más que las familias importantes de Lourdes. Bernadette ya contaba más a los ojos de Dios que De la Fitte y sus títulos, su fortuna, su influencia y su rango de oficial general, más que la señora Pailhasson con su lujo y su belleza...

Las apariciones empiezan con la oración, con la única que Bernadette conocía entonces: el rosario. Hasta el momento lo había practicado con seriedad, pero de forma elemental (todavía ignora los misterios del Rosario en los que dicha recitación halla su completo significado). Esta plegaria se iluminará y hará más profunda en el transcurso de las apariciones. Se enriquecerá con la contemplación, real aunque anónima, de Aquélla a la que se dirigen las palabras: Yo te saludo, María. Es una especie de osmosis. Bernadette imita la señal de la Cruz de Nuestra Señora, su recogimiento, su alegría ante el «Padre que» está «en los cielos».

Su plegaria halla sus raíces en todo momento en el silencio: el silencio del primer y del último día, las pausas en el curso de la recitación del rosario, un recogimiento que Bernadette mantiene tanto como puede cada vez al regreso de cada aparición, ya que esta oración es básicamente contemplativa.

La peregrinación

La gracia irradia al exterior. La oración de Bernadette es contagiosa. Los testigos, al principio en pequeño número y luego en multitudes, redescubren un acto que debería ser la incesante respiración del alma, en el aliento de su Creador y Salvador. Oran en la gruta como nunca antes lo habían hecho.

El tiempo, del que eran avaros cuando se trataba de asuntos espirituales, ahora lo prodigan. El deseo de asistir a las apariciones y ocupar un buen lugar les lleva a acudir cada vez más temprano, incluso antes de la medianoche. Venciendo el peso del sueño, improvisan lo que toda comunidad cristiana viva ha reinventado periódicamente desde sus orígenes, la plegaria nocturna en la que se despierta la espera escatológica, consustancial al misterio del Cristo: «Velad y orad.»

Reinventarán algo más: la peregrinación. La oración empieza en los caminos que, desde bien lejos, hollan las multitudes en ruta? hacia Lourdes con rosarios, cánticos y letanías. Esta oración en marcha empieza con un acto pleno de sentido: abandonar el propio hogar y partir con todo el alma hacia un lugar santo para encontrarse con Dios. Yavé empezó por ahí con Abraham:

Abandona tu país, tu familia, y la casa de tu padre hacia el país que yo te indicaré (Gen. 12, 1-2).

En Lourdes, ese mismo movimiento de cuerpo y alma sacude día a día a toda la región, y pronto lo haría con toda Francia, luego el mundo, por todas las vías de comunicación: por tierra, ferrocarril, mar y aire. En ese gesto de compromiso, el hombre recupera la condición viajera que le es propia.

La peregrinación es un camino hacia un objetivo que simboliza y actualiza el fin sobrenatural. La partida implica una victoria sobre la inercia habitual. Abandonar la propia casa significa romper con las costumbres mediocres y prosaicas, es entrar en el sendero de las exigencias olvidadas, de los sacrificios por realizar. La marcha hacia el lugar santo reanima el sentido escatológico y la esperanza, consustanciales al espíritu de oración.

Cuando en mitad de la quincena la Virgen formula el segundo punto de su mensaje, lo hace con pocas palabras. Ya antes había sido comprendida más allá de las palabras. No será hasta el 24 de febrero cuando romperá el silencio que había guardado desde el principio de la quincena, para pronunciar esta sencilla frase: «Rogad a Dios por los pecadores.»

La «capilla»

Desde aquel momento, el movimiento de oración no cesa de fluir, ampliándose, hallando su integración y su realización y estatuto dentro de la Iglesia. La misma Virgen orientará esta última etapa, el 2 de marzo:

«Vaya, a decir a los sacerdotes que se acuda a este lugar en procesión y que se levante una capilla. »

Con insistencia, repite en las siguientes apariciones el segundo punto de este requerimiento:

«Vaya a decir a los sacerdotes que hagan construir aquí una capilla. » «A los sacerdotes», «atz prétros», esa palabra insólita en el dialecto de Lourdes sorprendió en boca de Bernadette. Y sin embargo, es cierto que la Virgen no dijo «al señor cura», como preconizaron algunos por simple afán de verosimilitud. La elección de la palabra no carece de importancia. Se refiere al sacerdocio en su conjunto jerárquico. (Se sabe que en tiempos de los padres de la Iglesia, la palabra «cura» sin ninguna precisión se refería al obispo, y no a los «sacerdotes de segundo rango», como se decía entonces.) Desde este primer contacto, el párroco de Lourdes lo comprendió: el requerimiento de Bernadette iba más allá del sacerdote de Lourdes y concernía también al obispo. El 2 de marzo señala, pues, una etapa eclesiástica en el mensaje, pues la Virgen encarga la fundación y la dirección de la peregrinación a la jerarquía eclesiástica, sin que la oración improvisada corriera el riesgo de corromperse, como sucedió durante un cierto período de tiempo con el episodio de los visionarios.

Ella les confía «a los sacerdotes» la organización de las procesiones, ya esbozadas en todos los caminos que conducían a las apariciones, y que tomarán forma permanente con la procesión eucarística de la tarde y la procesión mariana de la noche.

La Eucaristía

La Virgen pidió que se construyera en Lourdes un lugar de culto en el que la oración pudiera hallar su inserción eclesiástica, su dimensión litúrgica y su forma plenaria: la Eucaristía. En efecto, la oración de los hombres se hace orgánica con el sacrificio de Cristo, porque el Salvador toma la delantera en el Acto mismo de la Pasión y de la Resurrección redentoras.

Aquí se realizaba otra aspiración, que brotó del impulso de los hombres hacia Massabielle. Desde la época de las apariciones, las multitudes llegaban respondiendo a la llamada de Nuestra Señora. Estas masas de cristianos buscaban confusamente su alimento. La fuente (simple sacramental) no bastaba. Era necesario el Pan de la Vida. Los visitantes también buscaban su unidad. Faltaba la Eucaristía, el sacramento del cuerpo místico y del crecimiento orgánico de la Iglesia, sacramento de la caridad. Esta necesidad también fue comprendida de forma espontánea. La misa y el Cuerpo de Cristo se convirtieron en el objetivo mismo de la peregrinación a Lourdes.

Bernadette fue tan ejemplar sobre este segundo punto del mensaje como sobre el primero. No es necesario demostrarlo.

C. penitencia

El tercer punto está relacionado con el segundo. También posee raíces profundas en la infancia dolorosa y generosa de Bernadette y se inscribe en un marco litúrgico. La quincena de las apariciones coincide con el inicio de la cuaresma. La mañana siguiente al miércoles de ceniza (18 de febrero de 1858) la Virgen declaró:

«No le prometo hacerla feliz en este mundo, pero sí en el otro», una presentación discreta.

La fase penitencial propiamente dicha se manifestó bruscamente, en medio de la quincena, el miércoles de los Cuatro Tiempos. Los ejercicios de penitencia irrumpieron sin preámbulo en el feliz entramado de las apariciones. Los espectadores se sintieron desconcertados y consternados. Ya conocemos el significado de esta lección, que ponía freno al entusiasmo de las masas, en el umbral de un sendero peligroso.

Conversión y penitencia

Falta por entender el significado de unas palabras, de unos gestos austeros, que todavía hoy día nos desconciertan.

«Besad el suelo como penitencia por los pecadores... por la conversión de los pecadores...», dijo la Virgen el 24 de febrero. Y esta frase se repitió los días siguientes.

Aparecen dos términos en esta sentencia: conversión y penitencia, dos palabras rigurosamente idénticas en el vocabulario bíblico.

¿Qué es la penitencia en las Escrituras? Según la designación más usual es el acto mediante el cual el hombre se aparta del pecado para dirigirse hacia Dios, significado expresado simultáneamente por el hebreo shuv y el griego epistréphein, como el latín convertere.

La palabra francesa conversión también está cargada con la fuerza de esa imagen que ha hecho que el lenguaje del esquí la haya escogido para designar una voltereta ejecutada sobre el terreno. Todas estas palabras significan, pues, la penitencia a partir de la imagen simbólica del giro completo.

Otra serie de palabras sirve para designar de forma más interiorizada, en el ámbito psicológico, el movimiento del corazón condicionado por esa vuelta de campana. Es una transformación del espíritu (en griego metanoia,metanoein), un lamento, un arrepentimiento (en hebreo: naham; en latín: poenitere, poenitentia), de donde viene nuestra palabra penitencia.

Ha sido esta última raíz, con un matiz más negativo, la que ha triunfado en el lenguaje de hoy, no sin antes materializarse y degradarse, como tantas palabras del lenguaje cristiano, rebajadas por la mediocridad de quienes las usan (pensemos en la caridad, que para muchos ha pasado a significar la limosna presentada bajo las formas caricaturescas que inmortaliza la estatua de la avenida Boucicaut de París). Un primer desplazamiento ha hecho olvidar que el lamento por el pecado es lo contrario del acto positivo mediante el cual el ser humano se dirige hacia Dios. Un segundo desplazamiento ha hecho olvidar incluso el lamento por el pecado, quedando sólo los ejercicios de penitencia, en lo que éstos tienen de más negativo y de extremo, es decir, de artificial. En cierto modo, la penitencia se considera como una autodestrucción lenta, un rechazo estéril de la alegría de vivir, o también (y ésta será la última forma de degradación, de falsificación) una ostentación hipócrita: «Laurent, apriéteme la túnica con el cilicio...»

El hecho de que la Virgen haya revalorizado la palabra penitencia asociándola a su sinónimo bíblico más importante, el de conversión, no carece de trascendencia.

Conversión es el término que expresa de forma más específica el significado de la peregrinación. Más que una tierra de milagros, Lourdes es una tierra de conversiones. Si las sanaciones corporales son la excepción, la sanación del alma está abierta a todos, a cada uno según su categoría, ya que la vida cristiana está hecha de sucesivas y progresivas conversiones, a partir de la primera que normalmente coincide con el bautismo. Son más secretas que los milagros y permanecen refractarias a las estadísticas, pero son con toda seguridad más numerosas. (Peyramale se vio impresionado por las mismas durante la quincena misma de las apariciones.) Asimismo, las conversiones son también fundamentales en los designios de Dios.

En efecto, en Massabielle, como en el Evangelio, el milagro que salva a los cuerpos es un signo destinado a manifestar de forma concreta el poder divino, capaz de salvar al hombre por entero, por la vía del espíritu.

Volveremos sobre el tema.

Ejercicios de penitencia

Pero, ¿por qué la penitencia, un acto eminentemente espiritual, tomó en la gruta de Massabielle, la mañana del 25 de febrero, una forma tan extraña y tan agresiva? Fue por una razón que nosotros ya conocemos: Lourdes se sitúa en la corriente profética y, en esta corriente, es de ley que el mensaje se ofrezca con gestos simbólicos, con signos abruptos, destinados a causar efecto. Así, el propio Jesucristo, el «profeta» por excelencia (Dt. 18,18; cfr. Mt. 21, 11, 16; Le. 7, 16; Jn. 6, 14; 9, 17), pronunció palabras y realizó actos desconcertantes que chocaron profundamente a sus interlocutores, y que, sin embargo, contenían la semilla de una reflexión de largo alcance. Así, ocurre cuando tuvo lugar aquella especie de fuga a la edad de doce años (Lc. 2, 41-50), cuando expulsó a los vendedores y pareció que invitaba a la destrucción del «templo», que «reconstruirá en tres días» (Jn. 2, 19), cuando aceptó el homenaje aparentemente equívoco de Magdalena, la prostituta, y comentó con unas palabras que debían escandalizar a los fariseos: «Ella será perdonada en gran medida porque ha amado mucho» (Lc. 7, 47), cuando Él declara al más versátil de sus apóstoles: «Tú eres Pedro, y sobre esta Piedra levantaré mi Iglesia», y cuando le dirige poco después esta brusca increpación: «Retírate, Satanás, pues tú me escandalizas» (Mt. 16, 18 y 23; Me. 9, 34), y finalmente, cuando muere en la Cruz, un gesto profetice supremo y soberano, insoportablemente riguroso.

Formalmente, el difícil acto de la penitencia (lamento por el pecado y conversión hacia Dios) necesita una preparación mediante ejercicios externos cuya función es múltiple: vencer la inercia del pecado y comprometer al cuerpo, parte sustancial del ser humano, en el acto de la conversión. En resumen, en todas partes, el hombre, que no es un ángel, sólo accede a las realidades espirituales mediante signos sensibles y corporales. En la Biblia, al igual que en la Iglesia actual, la penitencia como signo (ejercicios de penitencia) es la vía normal que conduce a la penitencia como realidad (conversión del corazón).

En estos ejercicios sensibles, la tierra siempre ha sido el símbolo privilegiado: «Hacer penitencia por el polvo y la ceniza», se lee en Jb. 42, 6. Todavía en la actualidad, la penitencia cuaresmal empieza con la imposición de cenizas: «Recuerda, hombre, que polvo eres y en polvo te convertirás.» La tierra, elemento inferior, elemento duro, pesado, «sucio», y sin embargo nutricio, la base de las raíces, nos conduce al reconocimiento de nuestra humilde condición, de nuestra pesadez espiritual, al barro con el que hemos sido modelados. El gesto de Bernadette besando la tierra húmeda y horadándola, no sin disgusto, se inscribe dentro de una tradición plena de sentido que devuelve al hombre a sus raíces.

Estos ejercicios repulsivos no tardan en dar frutos. A partir del gesto penitencial de Bernadette, la fuente de agua viva brota en el fondo de la gruta, como símbolo inagotable de las gracias concedidas a Lourdes. Brota poco a poco, trabajosamente, arrastra el fango que todavía mancillaba su primer surgimiento. Pasa de turbia a clara. Así, la austera penitencia abre la vía a la gracia de Dios en el corazón mancillado de los pecadores.

Sí, estos ejercicios absurdos están llenos de sentido...

Sin embargo, sólo son un aspecto y una fase de la penitencia y están destinados a vencer en su propio terreno, mediante gestos concretos y materiales, la inercia del pecado, que nos domina; son solamente el anuncio de la penitencia interior y real que nos vuelve a poner frente a Dios. Ya lo hemos dicho con anterioridad, ni Bernadette ni los peregrinos de la gruta se entretuvieron en la realización de esos ejercicios. Bernadette sólo comió hierba una vez. Sólo caminó de rodillas, besando el suelo, durante cinco días. La transmisión del signo a la realidad se realizó espontáneamente, con rapidez y armonía.

Esta espiritualización no dejó de manifestarse a lo largo de la vida de Bernadette. En 1859 solicitó permiso para ayunar en cuaresma y no lo obtuvo. Su estado de salud no le permitió nunca la práctica de manifestaciones extremas de austeridad, que le serán racionadas o prohibidas remitiéndose a la obediencia debida. Ella había sido llamada a una penitencia más interiorizada: la aceptación del yugo escogido por el Señor, un yugo que le resultó pesado a la medida de su misión en la obra de la Redención. Así, entre ellas se contaban las pruebas morales que se vislumbran más de lo que pueden detallarse; también están las pruebas de salud que los informes médicos nos han permitido conocer y que son atroces e ininterrumpidas. Bernadette siguió siendo sencillamente humana en todo este proceso, no hubo estoicismo ni declaraciones inflamadas sobre la felicidad de sufrir y los encantos de la cruz; hubo incluso quejas, a veces expresadas en tono humilde, a la manera de los salmos de Job en las profecías del Antiguo Testamento, pero con un abandono de amor, sin asomo de arrepentimiento, a Dios y al prójimo.

Tras las huellas de Bernadette

¿En qué se ha transformado la penitencia en la peregrinación a Lourdes?

En principio se trata del mismo acto de peregrinación, el acto mediante el cual el hombre abandona su hogar y se encamina hacia el lugar de la gracia en el que las manifestaciones extremas de penitencia siempre han mantenido su lugar en vigencia (subida del camino de la cruz, oraciones con los brazos en cruz, etc.).

Milagros y enfermos

Pero aquí, el elemento chocante es la afluencia de enfermos. Esas pobres criaturas de Yavé, pobres en salud, un bien fundamental para el ser humano, tenían un lugar en Lourdes y en seguida supieron hacerse con él. Mediada la quincena, ya acudieron a la fuente y los milagros dieron a este movimiento un alcance que no ha cesado de aumentar hasta nuestros días.

Milagros y enfermos, la Virgen no pronunció esas palabras y, sin embargo, forman parte del mensaje profético; al igual que su pobreza, tienen su lugar en el mismo. El lugar de los milagros es incluso tan chocante que algunos han sentido la tentación de ver en ello el punto clave. En el lenguaje coloquial, «Lourdes» se ha convertido en sinónimo de «milagros». Hace tiempo éstos ocuparon el primer plano, algo excesivo, pero que no desequilibró la vida de peregrinación. En la época de Zola y Huysmans, había un ambiente fervoroso, una polarización que a veces era exclusiva. Era un tiempo en el que se ponía a la multitud a orar para lograr «el milagro» a toda costa, si es que no se había producido en el curso de la peregrinación, la época en la que el padre Picard sumergió un muerto en la piscina, mientras dirigía las súplicas de los congregados pidiendo la resurrección del mismo. El énfasis en la fe en el milagro llegaba hasta tal extremo que lo esencial de la fe quedaba relegado: la «milagrositis», si se puede denominar así esta desviación, distraía y obstaculizaba el impulso fundamental hacia la oración. Esta crisis ya está superada hoy día. El milagro ha reencontrado su lugar verdadero como don gratuito, que se toma tal como lo ofrece Dios, con un fervor despojado de inútiles excrecencias. Ha vuelto a encontrar su función discreta y reconfortante, de la que deberíamos guardarnos mucho de despreciar, ya que también es un don de Dios.

Esta función se ilumina a la luz del Evangelio según san Juan, cuyas últimas palabras recogen una frase de Jesús: «Felices aquellos que creen sin haber visto» (Jn. 20, 28). Para Cristo, los milagros no son lo más importante, hay incluso un apetito de prodigios que Él mismo desalentó (Mt. 12, 38-39; cfr. Lc. 11, 29 y Jn. 6, 30). No son cosas normales que se puedan ir exigiendo, ni tampoco fines en sí mismos.

Sin duda, la sanación del sufrimiento corporal no es puramente un medio, sino que es un bien concreto, y en cierta medida un fin, aunque según el designio evangélico se presenta sobre todo como un medio.

Con el fin de que conozcáis que el Hijo del hombre tiene el poder de borrar los pecados... declaró Jesús antes de decirle al paralítico: «Levántate y anda» (Mc. 2, 9-11).

A través de esas curaciones visibles, que realizaba a favor de unas cuantas personas, Cristo pretendía comunicar que Él había llegado para traer a todos la liberación del pecado, la salvación eterna. El milagro era la señal y la prenda de que «los plazos» habían terminado.

Así, en Lourdes el milagro representa la señal de un don más íntimo otorgado con mayor generosidad. Recuerda que el poder de Dios sigue vivo para salvar al ser humano por entero. Es el testimonio corporal y concreto de la gracia que se ofrece a todos.

Ésta es la razón de que Lourdes nunca decepcione, aunque el milagro siga siendo una excepción. Los enfermos que no reciben ese regalo excepcional reciben, en número, uno mas elevado. Para ellos permanece entreabierto el secreto más escondido de la Redención, y cuyas sombras sólo veremos disiparse en el más allá de las vicisitudes de este mundo, aquel que recuerda que Dios salvó al mundo mediante el sufrimiento. Con Él retrocede la fuente de los dolores nacidos del pecado, repercutiendo sobre el pecado, origen de todos los males, para engullirlo. De este modo, mediante el amor, la esterilidad del dolor humano se convierte en salvación. Éste es el profundo secreto que se revela a tantos enfermos, siguiendo a Bernadette, y que cambiará sus vidas, ya que desde ese momento, comprometen todo lo que les aplasta en la Redención y prosiguen en sus carnes «lo que falta en los sufrimientos de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia» (Col. 1, 24).

Con los enfermos, al igual que con Bernadette, lo que la penitencia tiene de más austero reencuentra su pleno significado, un significado muy sencillo, pero cuya experiencia se sitúa más allá de las decepcionantes fórmulas de siempre, un inefable descubrimiento. Asimismo, «la carne y la sangre» no pueden revelarlo sino sólo «el Padre que está en los cielos» (Mt. 16, 17).

Resulta chocante advertir hasta qué punto ese significado profundo de Lourdes ha ido progresando en los últimos años. Gracias a una atenta pastoral, centrada en el Evangelio, los peregrinos comprenden cada vez mejor el alcance del misterio de la Penitencia, reducido con demasiada frecuencia a unos apartes mezquinos y ridículos. Descubren todo lo que se halla ligado a éste vitalmente. La penitencia reencuentra en Lourdes sus dimensiones de conversión, que se realiza en el mismo acto de peregrinación. Éste es el efecto específico y se alimenta de los tres signos establecidos desde los orígenes:

En primer lugar, la fuente mana de las entrañas de la tierra. Este inextinguible sacramental significa el afecto de Nuestra Señora hacia sus criaturas, así como la gracia del Señor, una gracia que alimenta la conversión del corazón.

En segundo lugar, el testimonio de los enfermos, llegados a partir de esta llamada. En los peregrinos de buena voluntad, su simple presencia plantea una cuestión inevitable que se resume en ésta: «¿Por qué ellos sí y yo no...? Yo también tal vez un día... y para acabar inevitablemente, la muerte. ¿Cómo puede entonces la vida de los enfermos cobrar un significado? Lo que ellos han comprendido, ¿acaso no es lo esencial? ¿Y qué hago yo aquí, paseando una salud inútil al margen de la Redención?»

En tercer lugar, tos milagros concedidos desde lo alto y de los que son objeto algunos enfermos. Éstos son simultáneamente un recordatorio del Evangelio y un signo escatológico que manifiestan que el poder del Salvador no permanece dormido durante el tiempo que separa ambos advenimientos.

El impacto histórico

Pobreza, plegaria y penitencia (en el sentido pleno de conversión) son las tres palabras clave con las que se concluye el lado práctico del mensaje de Lourdes.

Éste nos devuelve a los preámbulos del Evangelio, a la predicación de Juan Bautista, al bautismo de la penitencia, al sermón en la montaña que empieza con estas palabras: «Bienaventurados los pobres», y propone el nuevo estatuto de la oración y de la conversión. Se trata de un retorno a las fuentes en sus orígenes.

Esta invitación llegaba a tiempo a mediados del siglo xix, ya que aquella época representaba el fin de un mundo envejecido con anhelo de renovación y el punto de partida de un mundo nuevo cuyo desarrollo se sitúa al margen y a menudo enfrentado al Evangelio.

La mitad del siglo xix significa, efectivamente, el triunfo del reino del dinero sobre el reino medieval del honor y las tradiciones. «Enriqueceos», es la consigna del señor Guizos a los franceses de esa época. El dinero se convierte en la ley tentacular de la actividad humana, la medida de la jerarquía social, de la influencia —a veces incluso de la capacidad electoral— y finalmente de la reputación y de la moralidad burguesas. Es en este momento clave cuando la Iglesia empieza a perder a las masas pobres que, hasta ese momento, le habían pertenecido, una lenta hemorragia más grave que un cisma, ya que los pobres son, paradójicamente, como dijo el diácono san Laurent, «los tesoros de la Iglesia». Dicho con más profundidad, en esa época un nuevo mundo de los pobres nació fuera de la Iglesia y que le será ajeno. Y éste es el momento escogido por Nuestra Señora para recordar el sentido evangélico de la pobreza.

La mitad del siglo xix representa el alborear del progreso técnico y de sus conquistas: el vapor, domesticado por fin, revoluciona la industria; la electricidad empieza a transformar la vida. La era de la eficacia material queda abierta, pero los valores espirituales se eclipsan. Éste es el momento escogido por Nuestra Señora para recordar el valor y la eficacia espiritual de la oración.

Finalmente, esta era de progreso empezó a abrir a los privilegiados del mundo las posibilidades de disfrute material de un desarrollo que había de ser embriagador. Era el momento de recordar el sentido evangélico de la penitencia.

D. «yo SOY LA inmaculada concepción»

Queda la última frase, la que concluye y personaliza el mensaje. Tres rasgos, intencionados evidentemente, le proporcionan un relieve sorprendente. Ha sido espaciado a lo largo de los quince días y entregado de manera inesperada, cuando ya no se esperaba, una circunstancia que pone de manifiesto su gratuidad. Fue proclamado el día 25 de marzo, un día litúrgicamente asociado al misterio. Finalmente, fue formulado de una manera que era a la vez desconcertante y muy impresionante, donde se afirmaba la autoridad sobrenatural de la mensajera.

¿De qué manera esta última frase culmina el mensaje?

La identidad de la mensajera

Ya desde el principio. Ella puso de manifiesto el significado y el alcance de su mensaje.

Aquella que escogió a una niña pobre llamada Bernadette, era La que asimismo había sido elegida por su «pobreza», en el sentido pleno del término y que la gracia entiende como la cualidad asumida de los humildes en Dios: «Él ha contemplado la pobreza de su servidora» (Lc. 1, 48). «Él ha derribado a los poderosos de su trono y ha colocado a los pobres en su lugar» (1, 52).

Aquella que llegó para recordar la urgencia de la oración, es Aquella en quien concluye la oración del Antiguo Testamento y empieza, de manera ejemplar, la del Nuevo: «He aquí la esclava del Señor» (Lc. 1, 38). «Mi alma exalta al Señor» (1, 46). Y lo que continúa.

Aquella que llegó para recordar la penitencia, en la plenitud de su dimensión como conversión del corazón, así como de austeridad, es Aquella cuyo corazón se volvió por entero hacia Dios, sin asomo de desfallecimiento, desde el primer momento. También es Aquella que, exenta de todo pecado personal, aceptó cargar con el fardo de nuestra penitencia, desde el pesebre de Belén hasta la pobre vivienda de Nazaret, y sobre todo en el Gólgota, donde su vivencia fue experimentar el peor de los dolores que se pueda arrancar del corazón de una madre, un dolor en plena Redención.

Pobreza, plegaria y penitencia, sí, el nombre de la mensajera otorga a estas palabras un significado concreto y un rostro ejemplar.

También aquí, una vez más, la realidad se adelantó a las palabras. Bernadette primero aprendió a conocer a la Virgen contemplándola, contemplando a aquella niña sin asomo de vanidad en su luz, reflejando su sonrisa —como el niño que de ese modo aprende a conocer a su madre antes de conocer el nombre—, imitando sus plegarias, obedeciendo sus órdenes. Toda esta pedagogía es lo contrario del proceso logomáquico que atiborra la mente con palabras exangües.

Bernadette recibió todo esto de una presencia luminosa, humilde, orante ¡y tan triste cuando hablaba de los pecadores!

«La Inmaculada Concepción»

Pero, ¿por qué Aquélla que llegó de esta manera para auxilio de los pecadores se presentó concretamente como la Inmaculada Concepción7

¿No es una especie de contradicción? Presentarse a los pecadores como la Virgen sin pecado, ¿no es marcar las distancias respecto a aquellos? ¿Valía la pena bajar a su nivel para luego aparecer como una princesa distante, ajena a su miseria?

Esta paradoja nos lleva al fondo del mensaje de Lourdes: el significado del pecado y de la conversión. Es preciso disipar un error que nos lo oculta. Nosotros, pecadores, tenemos tendencia a creer que hay que ser un pecador para «comprender» a los pecadores.

Pues no, no se comprende al pecador mediante el pecado, ya que el pecado no es una técnica positiva, sino que esencialmente es privación, ausencia, vacío; es pecado en la medida exacta en que trunca la bondad del acto realizado. No es por tanto un elemento de comprensión, sino un factor de oscurecimiento.

Más grave todavía, es un factor de oposición, ya que crea división y conflicto en el interior del alma, tanto como en la sociedad. Un pecador no es un amigo para otro pecador. Según los casos, puede ser un adversario (dos enojos o dos deseos que se enfrentan), o bien la imagen objetiva de lo peor de uno mismo y que se desearía anular. Encontrar nuestros defectos en otra persona es algo que instintivamente nos produce horror. ¿«El infierno son los otros»? Sí, los otros pecadores. Así podemos entender mejor por qué el Verbo encarnado, aunque lo tomó todo del hombre, incluso la muerte, mantuvo la excepción en el pecado.

Por la misma razón, no existe verdadero amor al pecador sin odiar al mismo tiempo su pecado. Nosotros pecadores oscilamos peligrosamente entre la dureza y la complicidad respecto a los demás. O bien condenamos a los que hacen el mal con un desprecio farisaico, o bien, si nos inclinamos a comprenderles, perdemos el sentido del mal: no sólo disculpamos al pecador sino también a su pecado. Lo toleramos, lo aprobamos y, por poco, estamos dispuestos a considerar que era «el pecado más bonito del mundo». ¡Cuántos cristianos mantienen entre sus amigos el rencor, el odio, la maledicencia y todo lo demás! No, no es así como se ama a los pecadores. Amarlos de esta forma es actuar como esa extraña esposa a la que los diarios le dedicaron hace unos años el honor de sus titulares: sentía un amor posesivo hacia su marido, al que mantenía con pequeñas dosis de arsénico en un estado intermedio entre la vida y la muerte para luego curarlo con extremada devoción. El amor entendido de esta forma es peor que el odio. Así es el falso amor que nos hace cómplices del pecado. Quien verdaderamente ama a un enfermo odia su enfermedad y busca por todos los medios su curación. Quien verdaderamente ama a un pecador odia del mismo modo su pecado y no se detiene hasta que lo libra de él.

No, no se comprende al pecador con el pecado, sino con el amor y la misericordia. Aquí estalla la dimensión positiva de la Inmaculada Concepción.

La Virgen es Aquélla a la que ningún pecado ha recortado la capacidad de amar.

También es la más dotada de misericordia, ya que se puede ser misericordioso en la medida en la que uno se sabe objeto de misericordia. Por eso, en Ella se encuentra la más elevada conciencia de la más elevada misericordia de Dios: la más elevada misericordia porque Dios la ha purificado preservándola del pecado, colmándola desde el principio con una cantidad de gracias; la más elevada conciencia de esta misericordia, ya que su pureza la capacitaba más que a ningún otro ser para expresar ese raro y difícil sentimiento de entre todos: la gratitud.

De esta forma en Ella se realiza idealmente ese soberano amor por los pecadores que esencialmente ¿m plica un odio soberano a su pecado. Ésta es la razón de su tristeza inolvidable cuando hablaba de los pecadores.

Éste es el sentido de la llamada que dirige a los pecadores para que se comprometan a fondo en la Redención. El dogma de la Inmaculada Concepción, definido abstractamente por Pío IX en 1854, aquí toma valor de exigencia, un rostro del que Bernanos supo expresar mejor que nadie el misterio y la mirada:

Esa mirada no es de indulgencia... sino de tierna compasión, de dolorosa sorpresa, de no se sabe qué sentimiento todavía inconcebible que la hace más joven que el pecado, más joven que la raza de la que Ella ha surgido, y antes que madre por la gracia, es madre de las gradas, la hija menor del género humano.