lunes, 29 de junio de 2009

Más hambre que nunca en el mundo

Rebelión BBC Mundo Este año el mundo alcanzará una cifra récord de 1.020 millones de personas que pasan hambre a diario, según los datos publicados este viernes por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). A menos que se adopten de inmediato “medidas correctivas sustanciales y sostenidas” esa cifra -que representa aproximadamente una sexta parte de la humanidad- seguirá escalando, advierte la FAO. Jacques Diouf, secretario general de la organización, dijo que “esta crisis silenciosa del hambre supone un serio riesgo para la paz y la seguridad mundiales”. El funcionario remarcó que “la situación actual de inseguridad alimentaria mundial no nos puede dejar indiferentes”. Diouf llamó a incrementar “la inversión en agricultura, ya que en la mayoría de los países pobres un sector agrícola saludable es clave para vencer al hambre y la pobreza y supone un requisito previo para el crecimiento económico”. Hambre y crisis El informe dice que “la actual ralentización de la economía mundial, que sigue a la crisis de los alimentos y los combustibles y coincide en parte con ella, está en el centro del fuerte aumento del hambre en el mundo”. Según el documento: “A consecuencia de la crisis se han reducido los ingresos y las posibilidades de empleo de los pobres y ha disminuido considerablemente su acceso a los alimentos”. La FAO explica que si bien los precios de los alimentos a escala mundial se han reducido en comparación con los niveles máximos alcanzados a mediados de 2008, siguen siendo elevados de acuerdo con los precios históricos. El corresponsal de la BBC en Roma, sede de la FAO, Duncan Kennedy, dice que el informe -basado en análisis del Departamento de Agricultura de EE.UU.- llama la atención sobre cómo la actual crisis económica, y el consiguiente aumento del hambre, se ha hecho sentir de manera especial en las ciudades debido a que sufren la mayor cantidad de pérdidas de puestos de trabajo. Sin embargo, el medio rural no escapa a esta situación como resultado del regreso de trabajadores que quedaron sin empleo en las ciudades, añade el corresponsal. Datos de la FAO indican que el número de hambrientos crónicos se incrementó entre 1995 y 1997 y entre 2004 y 2006 en todas las regiones del mundo, excepto en Latinoamérica y el Caribe. Pero incluso en esta última región, los progresos en la reducción del hambre se han visto anulados como consecuencia del alza de los precios alimentarios y la actual crisis económica. Se estima que de la cifra total de personas que pasa hambre en el mundo, 53 millones viven en Latinoamérica y el Caribe. Pequeños agricultores En palabras de Kanayo Nwanze, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), “muchos de los que sufren pobreza y hambre en el mundo son pequeños campesinos en los países en desarrollo”. Nwanze enfatizó que en la mayoría de estas naciones “no existe ninguna duda de que invertir en los pequeños agricultores supone crear la red de seguridad más sostenible, en especial en tiempos de crisis económica mundial”. Por otra parte, Josette Sheeran, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA) destacó que “el rápido avance del hambre continúa provocando una enorme crisis humanitaria”. Sheeran subrayó que “el mundo necesita trabajar unido para garantizar que se atiendan las necesidades de emergencia y se busquen soluciones a largo plazo”. Ese es uno de los mensajes principales del informe emitido este viernes por la FAO, como destaca el corresponsal de la BBC en Roma. “El repunte de la inseguridad alimentaria que se ha producido en 2009 pone de relieve la urgencia de encarar las causas profundas del hambre con rapidez y eficacia”, destaca el documento. http://www.bbc.co.uk/mundo/lg/internacional/2009/06/090619_fao_hambre_informe_ra.shtml

Soberbia, orgullo y amor propio

 

Pregunta: ¿Por qué nos cuesta tanto ceder? ¿Cuáles son los mecanismos del orgullo? ¿Qué deberíamos hacer para vencer nuestro amor propio?

Respuesta: Soberbia, orgullo, amor propio.... Sin duda podríamos distinguir entre estos tres términos -la soberbia es más grave que el orgullo; y el orgullo que el amor propio-; pero probablemente sea más práctico utilizarlos como sinónimos, ya que es un hecho que la soberbia, el orgullo y el amor propio los encontramos perfectamente compenetrados. Y no olvidemos que la soberbia es un pecado capital; es decir, que está en la raíz de muchos otros pecados.
Vamos a describir los síntomas por los que podemos descubrir esta enfermedad espiritual:
.- Rechazo de las correcciones: El orgulloso recibe cualquier corrección como si de un ataque personal se tratase. Su resorte es ponerse a la defensiva ("¡pues anda que tú...!"). No es consciente de que Dios pueda estarse sirviendo del prójimo para abrirle los ojos y desenmascarar sus defectos. Todo ello puede llevar al extremo de que el soberbio pretenda ser un autodidacta, prescindiendo de la riqueza tan grande que suponen los consejos, enseñanzas, testimonios, etc...
.- Cabezonería: Se traduce en incapacidad de ceder en las discusiones. En el fondo el orgulloso mantiene sus posiciones por "propias", antes que por "verdaderas". En el fragor de la discusión, no deja un ápice a ver las razones del prójimo. En realidad, lo está sintiendo como un contrincante. Incluso aunque el orgulloso llegase a ser consciente en su fuero interno de estar en el error, mantendría su postura primera por no pasar por la humillación de reconocerse equivocado. Precisamente el problema consiste en que siente como humillación el decir "me he equivocado".
.- Decepción ante el fracaso: Cuando el soberbio fracasa en una empresa, se derrumba interiormente. Su decepción es un signo muy claro de orgullo, porque deja al descubierto que había construido en sueños su personal castillo de naipes, en el que -por supuesto- ocupaba el lugar central; y la desesperación le invade al comprobar cómo saltan por los aires sus planes. En realidad, el problema está en que al soberbio no le interesa lo que Dios quiera de él o cuando menos está despreocupado de ello; ya que está demasiado ocupado en sus estrategias.
Pero, ¿qué deberíamos hacer para vencer este pecado? ¿Qué estrategia seguir? Proponemos una serie de consejos espirituales:
.- Fe en el valor medicinal de la humillación: Cuando uno es un orgulloso, es imposible llegar a ser humilde sin pasar por las humillaciones. El hecho de que las humillaciones nos escuezan tanto, denota que todavía no somos humildes. Pero, sin embargo, es importantísimo tener fe en el valor medicinal de las humillaciones y en que son parte de la providencia de Dios, que nos permite purificarnos mediante esta penitencia. No olvidemos que las penitencias que no son buscadas, son las que más valor y fruto pueden llegar a tener. El orgulloso debería de hacer el siguiente acto de fe: "Me escuece, luego me puede sanar".
.- Petición de perdón: Le costará mucho al orgulloso llegar a pedir perdón con espontaneidad. Aunque su voluntad esté decidida a luchar contra su pecado capital, difícilmente podrá controlar sus primeros impulsos, que se "revolverán" contra el camino de humildad. Ahora bien, aunque en los comienzos del camino de humildad, al soberbio se le "escape" su impulsividad orgullosa, dispone todavía de un arma preciosa cuando vuelve la calma: la petición de perdón. No pensemos que es tontería pedir perdón cuando el mal ya está hecho. A parte de que podemos evitar el escándalo en quien nos rodean, también nos dispone a nosotros para tener más prontitud en el control de nuestros impulsos.
Cuando nos cueste mucho pedir perdón, descubramos ahí una ofrenda agradable a Dios, una piedra preciosa. Viendo la imagen de María Inmaculada pisando la cabeza de la serpiente, pensemos en "pisotear nuestro orgullo" con la gracia de Dios y con la humildad de María como modelo.
En resumen, la soberbio, el orgullo y el amor propio..., en realidad se confunden con el mismo pecado original. La tentación de la serpiente -"seréis como dioses"- incidía en la tentación del hombre de olvidar su condición de "creatura", revelándose contra toda voluntad que no fuese la propia. Como dice San Agustín, aquí hay dos amores, dos ciudades:
"Dos amores hicieron dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios, hizo la ciudad del mundo; el amor de Dios, hasta el desprecio de sí mismo, hizo la Ciudad de Dios". (Ciudad de Dios, libro XIV, cap. XXVIII).

http://www.loiola.org/soberbia.htm

martes, 23 de junio de 2009

EL SOLSTICIO EN LA HISTORIA Y LA MASONERÍA

INTRODUCCION

Por acá en el Hemisferio Norte, Solsticio de Invierno o "sol inmóvil", es cuando a partir del 21 de diciembre el sol alcanza su cenit en el punto más bajo y el día comienza a alargarse poco a poco en detrimento de la noche. El sol cambia sutilmente su declinación de un día a otro y parece permanecer en un lugar fijo del Ecuador celeste.

Este fenómeno representaba para las culturas milenarias el verdadero "nacimiento del sol" y con ello toda la "naturaleza" comenzaba a rebrotar lentamente de su sueño y las esperanzas renacían gracias a la fertilidad de la tierra alimentada por la persistencia del "sol divino". Las culturas pre-románicas, durante los tres días previos al 25 de diciembre, así como en los seis días posteriores que conducían hasta el año nuevo, festejaban el "retorno del nuevo sol" y las fuerzas vegetativas de la Naturaleza.

Los Masones también festejamos la "navidad", pero a diferencia de otras filosofías, festejamos el "culto de la naturaleza", celebradas en cuatro ocasiones: los dos equinoccios y en las dos etapas del solsticio de verano e invierno, de acuerdo al Hemisferio, Norte o
Sur. Acá en el hemisferio donde Yo vivo, el solsticio de invierno marca un momento en que el tiempo se detiene; el presente se manifiesta en un instante de eternidad. Es un tiempo de silencio, recogimiento interior y profunda meditación. La semilla se pudre en el interior de la tierra esperando pacientemente a que llegue el tiempo apropiado para germinar y brotar. Duberlí me dijo hace muchos años, simbólicamente ("...las fiestas solsticiales, son las fiestas de San Juan Bautista y San Juan Evangelista,   son el momento simbólico en que los Masones nos recogemos hacia el interior de nuestro microcosmo y advertimos nuevas verdades morales y nuevas realidades espirituales para continuar con la obra suprema, en un nuevo comienzo...").

Con los años he aprendido que a medianoche en punto, en lo más profundo
de la oscuridad del Solsticio Invernal, Hiram muere, el Templo de Salomón es destruido; pero esto no es sino el anuncio del nacimiento del Maestro y la renovación de los trabajos del Templo. Al conmemorar los Solsticios, nuestra Orden reverdece el encanto y misterio de la estrecha relación que existe entre el ser humano y la naturaleza. El Sol rige el desempeño del hombre y su entorno y en esta fiesta solsticial celebramos el inicio de una nueva etapa de nuestra vida.

DESARROLLO DEL TEMA

1. El Sol en la Historia

El Solsticio en el Hemisferio Norte es una conmemoración milenaria celebrada por todas las culturas ancestrales de la historia. La fecha señala la entrada del invierno, un momento de mínima luz solar, el día más corto del año. Documentado en Yáñez Vega (2002), Gadea Saguier (2007) y Goldstein (2007) podemos sintetizar de ellos algunos esbozos históricos:

Griegos, Romanos o Celtas celebraban la noche de San Juan con verbenas, música y danzas que incentivaran a las fuerzas de la naturaleza, para influir en el destino próximo inmediato, tener buena suerte, un buen amor, o pedir salud y prosperidad a dichas fuerzas naturales. Para los Griegos ésta fecha estaba destinada al culto del dios Apolo al que tributaban con procesiones de antorchas pidiéndole que no dejase en tinieblas a su pueblo, creían que la magia del Solsticio abría las puertas de lo incógnito y por un breve lapsus el hombre podría gozar de los privilegios de los dioses; de ahí la leyenda Griega de poder traspasar los espejos o visitar mundos paralelos.

En España, durante la dominación Árabe, confraternizaban judíos, católicos y musulmanes unidos por la mágica fiesta del Sol y el fuego. En Alemania la reunión popular alrededor de las hogueras unía a varias generaciones y pueblos distantes. En Francia la hoguera solsticial era prendida por el propio Rey.

Similares formas culturales las tenemos en la civilización Hindú cuyo dios del fuego “Indra” es adorado entre fogatas y cánticos espirituales. En estas mismas fechas, ellos engalanan sus hogares, preparando piras purificadoras de las cuales conservarán sus cenizas por todo el año siguiente, además que por las formas que toman las llamas y con las cenizas que quedan, los Hindú profetizan el porvenir.

Este simbolismo y ritos paralelos eran compartidos por pueblos distantes, inconexos, separados del Viejo Mundo por el Océano Atlántico o el Océano Pacífico. En el caso de los Incas en Perú, dice Yáñez Vega (2002) que los dos festivales primordiales del mundo Incaico eran el Capac-Raymi (o Año Nuevo) que tenía lugar en diciembre y el que se celebraba cada 24 de junio, el Inti-Raymi (o la fiesta del Sol) en la impresionante explanada de Sacsahuamán, muy cerca de Cuzco. Justo en el momento de la salida del astro Sol, el Inca elevaba los brazos y exclamaba mirando hacia el cielo para pedirle al Sol que desapareciera el frío y trajera el calor. Este gran festival se sigue practicando y representando hoy en día para conmemorar la llegada del Solsticio de Invierno. Los habitantes de la zona se engalanan con sus mejores prendas al estilo de sus antepasados Quechuas y recrean el rito Inca muy similar tal y como se realizaba durante el apogeo del Tahuantinsuyo.

Todo el continente Americano conserva éste tipo de Ritual dentro de su folklore. En México los guerreros Aztecas se caracterizaban por su sentido del deber con respecto al vínculo con el Sol y la “renovación de los fuegos”. Los Mayas de la Península de Yucatán y Meso América continúan hoy en día, tal cual sus antepasados de centurias atrás, celebrando con ritos, cánticos, vestimentas y comidas, la magia del Solsticio para sembrar y obtener buenas cosechas. Los indígenas Norteamericanos siguen perpetuando sus ritos mágico-simbólicos entre hogueras y danzas solares. En los Estados Unidos, hasta el día de hoy, se celebran los Solsticios de Verano en coincidencia con el 24 de Junio día de San Juan Bautista, y el de Invierno el 27 de Diciembre día de San Juan Evangelista.

En Israel, el Solsticio de Verano es llamado “Fiesta de la Flor” y su origen está en la festividad Alemana de “Rosenfest”, Fiesta de la Rosa que se celebra en Tenida Blanca en honor de las damas en símbolo del cariño, el respeto y la admiración que se tiene por la mujer.

Caldeos, Egipcios, Cananeos, Persas, Sirios, Fenicios, Griegos, Romanos, Hindú, y casi todas las culturas desarrolladas e imperios, han celebrado durante el Solsticio Invernal el parto de la “Reina de los Cielos” y la llegada al mundo de su hijo, el joven dios Solar. En la mitología del culto al Sol siempre se destaca la presencia de un joven dios que cada año muere y resucita encarnando la vida cíclica de la naturaleza (Flor Pinto, 2002). El Sol representa el padre y el principio generador masculino. En la Antigüedad civilizada los monarcas de todos los imperios se hicieron adorar como hijos del Sol. En este contexto, la antropomorfización del Sol en un dios joven presenta ejemplos bien conocidos en Horus, Mitra, Adonis, Dionisos, Krisna, Hermes, Buda o el propio Jesús (Rodríguez, 1997; Flor Pinto, 2002). En el antiguo Egipto se creía que Isis, la virgen Reina de los Cielos, quedaba embarazada en el mes de marzo y que daba a luz a su hijo Horus a finales de diciembre. El dios Horus, hijo de Osiris e Isis, era “la sustancia de su padre Osiris”, de quién era una encarnación. Fue concebido milagrosamente por Isis cuando Osiris ya había sido muerto y despedazado por su hermano Seth o Tifón. Era una divinidad casta –sin amores- al igual que Apolo, y su papel entre los humanos estaba relacionado con el Juicio ya que presentaba las almas a su padre. Era el Christos y simbolizaba el Sol. El dios Mitra de la religión Iraní (Persa) anterior a Zaratustra, era muy significativo en el Imperio Romano hasta el siglo IV d.C., y era una divinidad Solar al igual que el dios Mitra Hindú, hijo de Adití la personificación del Sol. Muchos siglos antes de Jesús-Cristo, el dios Mitra de los Persas ya había nacido de virgen el 25 de diciembre, en una gruta, siendo adorado por pastores y magos, obró milagros, fue perseguido, acabó siendo muerto y resucitó al tercer día (Rodríguez, 1997). Como lo hicieron igual los dioses Horus y Osiris de los Egipcios y los dioses Hércules, Baco y Adonis de los Griegos (Flor Pinto, 2002). Los partos virginales se han repetido constantemente en la historia milenaria de la conjunción “hombre-mito solar”, y anteceden por mucho al de la “virgen Maria” dando a luz a Jesús. Mucho antes la virgen Devaki da a luz en un establo al dios Krisna en medio de pastores. Igualmente se afirma que nacieron de vírgenes Zoroastro, Quetzalcoatl, Apolonio, y otros (Flor Pinto, 2002).

Desde tiempos inmemoriales en las culturas más heterogéneas, la época de Navidad ha representado el advenimiento del Solsticio por excelencia, como hecho cósmico que podría garantizar la supervivencia del hombre pagano y el renacimiento cíclico de la principal divinidad salvadora (Gadea Saguier, 2007). Eso explica que el natalicio de los principales dioses Solares de las culturas agrarias precristianas –como Osiris, Horus, Apolo, Mitra, Dionisio/Baco y otros-, se situara durante el Solsticio de Invierno. Más aún, el natalicio de Jesús, el “salvador cristiano” fue ubicado el 25 de diciembre, fecha en la que hasta finales del siglo IV de esta era se conmemoró el nacimiento del Sol Invencible (Natalis Solis Invicti) en el Imperio Romano. De esta forma entre los años 354 y 360, era del Papa Liberio (352-366), se tomó por fecha inmutable la noche del 24 al 25 de diciembre coincidente con el “nacimiento del sol invencible”, la misma fecha en que todos los pueblos contemporáneos festejaban la llegada del Solsticio de Invierno. Es claro que el verdadero origen de la Natividad católica, sobrepuesta al Natalis Solis Invicti, orientó a los creyentes a que ese día no lo dedicasen al Sol, sino al “creador del Sol”.

2. Los Elementos Adorados

El vocablo Solsticio viene del latín solstitium, combinando dos acepciones. Sol = el astro y stitium = estático o detenido. Es decir, la detención del Sol. El diccionario Larousse dice, “tiempo en que se halla el Sol más lejos del Ecuador y en que parece quedarse estacionado algunos días; entre el 21 y el 22 de Junio en Verano y entre el 21 y el 22 de diciembre en Invierno”. El diccionario Webster dice, “uno de los dos puntos en la curva elíptica en la cual su distancia del Ecuador Celestial es la mayor la cual es alcanzada por el Sol cada año alrededor del 22 de Junio y el 22 de Diciembre; el tiempo que el Sol cruza el Solsticio el 22 de Junio comienza el Verano en el Hemisferio Norte y el Invierno en el Hemisferio Sur”. Dice Goldstein (2007) que no se encuentra en la Biblia un versículo referente directamente al fenómeno del Solsticio, pero lo más cercano pudiera interpretarse de “Salmos”, Capítulo 19, versículo 7, donde dice refiriéndose al Sol: “De un extremo de los Cielos es su salida y su curso hasta el término de ellos. Y nada hay que se esconda en su calor”. En el Talmud hay una referencia describiendo la Felicidad en el Tomo “Bendiciones”, página 59: “Quién ve al Sol en su época y a la Luna en su fortaleza…”.

La adoración Solar ha sido la base de toda expresión religiosa arcaica; desde el hombre primitivo se le ha concedido al Sol todo el poder necesario para el sustento, no sólo como insumo vital de la naturaleza, sino como inductor de los aspectos espirituales; por ello desde las civilizaciones primigenias se ha seguido con especial énfasis todos sus tránsitos angulares, amaneceres y ocasos, tibieza o insolación, apariciones y desapariciones (hoy eclipses). La “luz”, el “fuego” y el “agua” son los protagonistas principales del encuentro Solar en la mecánica celeste anual y, a su conjuro, asisten obedientes las fuerzas de la naturaleza para bendecir a los campos y augurar abundante cosecha.

En todas las culturas primigenias el Fuego es considerado purificador, por ello las danzas alrededor y sobre el fuego no sólo tienen el poder de ahuyentar a los malos espíritus, sino de proporcionar salud y fortaleza; cuantas más hogueras se saltase, más se creía que se estaba a salvo de toda desgracia, incluso el caminar sobre las cenizas acentuaba ésta creencia. Las fiestas populares han perdurado sobre todo en la celebración de verbenas y hogueras, en donde los más audaces, saltan retando a las llamas.

El Agua es el complemento del fuego y si al rito anterior se le acompañaba con un vivificante baño en cualquier río, estanque o en el mismo mar, resultaba mucho más beneficioso; caminar sobre el rocío de la noche de San Juan o beber de siete fuentes era una peregrinación obligada de todo adorador del Sol.

El misterio de los cielos, el acontecer de la luz y la oscuridad, la dualidad del calor y el frío, la magnitud de los espacios cósmicos, han invadido la curiosidad del hombre desde las civilizaciones más antiguas. Sacerdotes, Trovadores y Poetas les han manifestado cánticos. Filósofos han especulado en su metafísica, y Astrólogos y Astrónomos con su metódica ciencia nos han explicado la fenomenología y sus ciclos repetitivos. Mucho tiempo ha pasado desde que Copérnico en su celda buscaba una señal que respondiera sus sabias preguntas, y poder separar los deseos y voluntades de los dioses, con las matemáticas que le descifraban los acontecimientos estelares. Hoy en día, hasta los niños saben que la tierra gira sobre su eje alrededor del Sol en una rotación de 24 horas y en una traslación de órbita que demora 365 días. Los fenómenos del Universo proceden siguiendo leyes inmutables, ritmos constantes y precisos, en tiempos fijos y plazos concretos, que se repiten desde la eternidad infinita, con la justeza simbólica con que el Ser Supremo maneja la Escuadra, el Compás, la Regla y la Plomada.

3. Solsticio y Masonería

Según Frau Abrines y Arús Arderiu (1947) en el Diccionario Enciclopédico de la Masonería se lee: “Bajo el doble nombre San Juan Bautista y de San Juan Evangelista, patronos de nuestra augusta Orden, los Francmasones celebran dos grandes fiestas anuales, llamadas indistintamente fiestas de San Juan o de la Orden. Estas fiestas, que corresponden a los dos Solsticios, se llaman con más propiedad aún fiestas Solsticiales. Se celebran el 24 de junio y 27 de diciembre que dependiendo del hemisferio en que nos encontremos se denominan de Invierno o de Verano”. En fecha más reciente, Frau Abrines (2005) precisa que “Solsticio” es la época en que el Sol entra en los signos de Cáncer y Capricornio llegando a la máxima declinación septentrional y meridional, y es cuando toman su lugar las fiestas Solsticiales que celebra la Masonería en los Solsticios de Verano e Invierno, dedicada la primera al Reconocimiento y la segunda a la Esperanza.

La institución de estas grandes solemnidades, se remonta a los tiempos de las primitivas iniciaciones, en que los misterios eran practicados con la pompa y esplendor más extraordinario en las sagradas riberas bañadas por las aguas del Nilo, del Iliso, del Jordán, del Eufrates y el Tíber. Esto ha dado margen a un gran número de historiadores para establecer la antigüedad de la Francmasonería, que traspasando los límites de la que puede atribuirse a cualquiera otra institución, se pierde en la nebulosa impenetrable de los más antiguos tiempos, haciéndola arrancar del principio del mundo y confundiendo su origen con el de la sociedad. Parece ser que la “filosofía primigenia” que sostiene a la Masonería data de los primeros albores de las sociedades prístinas.

Los Solsticios determinan el paso de las dos grandes fases en que la Naturaleza ofrece los cambios y contrastes más notables y opuestos; fenómenos sorprendentes y siempre admirables que todas las religiones, culturas y rituales han conmemorado bajo formas y alegorías. Explica Yáñez Vega (2002) que los Equinoccios y los Solsticios fueron llamados en el lenguaje metafórico “la puerta de los cielos y de las estaciones”. De aquí los dos San Juan, nombre derivado de Janua, que significa puerta.

Teniendo la institución Masónica -según los más competentes del simbolismo como Contreras Seitz (2007) entre otros tantos M:.M:.-, la alta misión de ilustrar moralmente todas las clases del orden social, nada pudo hacer con más acierto que tomar por patrón y modelo de sus nobles funciones el cuadro físico del curso y los fenómenos solares. Por eso el interior de las Logias nos ofrece las imágenes del sol, de la luna y de la bóveda celeste sembrada de estrellas. Y por supuesto que la luz física viene del Oriente del mundo, las logias Masónicas, en las que se aúnan los esfuerzos más sublimes y generosos que tienden a enaltecer e ilustrar la inteligencia humana, se viene a convertir en otros tantos focos de luz, o sea en tantos orientes particulares. Así pues, en nuestra Logia, símbolos figurados de la naturaleza, los Solsticios se hallan representados por las Columnas que figuran al Occidente, a ambos lados de la puerta de entrada. Estas marcan la marcha aparente del sol durante los doce meses del año, simbolizado por los doce trabajos de Hércules, cuyos viajes tienen por límites igualmente dos columnas semejantes.

Dice Yáñez Vega (2002) parafraseando a Kaplan de la R:.L:. La Fraternidad No. 62 de Tel Aviv: “Nuestra Orden, a diferencia de otras entidades fraternales y benéficas existentes, pretende dejar en cada H:.M:. una enseñanza moral a través de las alegorías y símbolos que utiliza en su proceso auto educacional. Es así, que el Solsticio que la noche del 27 de diciembre conmemoramos constituye uno más de los símbolos educativos que debemos interpretar lógica y racionalmente para que nos guíe en nuestro mejoramiento personal”.

En el mito básico de la Masonería ortodoxa, no está muy distante la conjunción “hombre-mito solar” (revisado antes en las Sección 1 El Sol en la Historia). Me refiero a la leyenda de Hiram como versión del mito Solar. Según ella, Hiram el arquitecto de Tiro y experto en trazados, cálculos, cimentación y uso de metales fundidos, era el hombre más sabio de su tiempo. Salomón, que representa la sabiduría del Logos lo escoge como “Maestro de Obras” y le delega poderes. Hiram es hijo de una viuda, esto es, una mujer sin marido. La madre de Hiram es viuda como la Naturaleza después de que muere el Sol, como en el caso de la leyenda de Isis y Osiris, y como cuando la Masonería se queda viuda de Hiram hasta cuando recobre los signos verdaderos, resucite Hiram, vuelva la luz, y se inicie la Orden de la Verdad. Como dice Flor Pinto (2002), “He aquí la misión y la razón de los trabajos de los hijos de la viuda. Sólo cuando brille el Sol de la verdad y no sean necesarios ni mitos ni leyendas”. El Solsticio de Invierno está presente en este mito.

Como H:.M:., y en mi caso particular como Científico, lejanos estamos de adorar el sol, no como fuerza sobre natural, no como deidad y no como residuo de pasadas religiones. Para nuestra Orden, y en lo personal estoy convencido de ello, el “astro solar” no es más que otro de nuestros numerosos símbolos didácticos. Nace en el Oriente, de la eterna sabiduría y difunde su luz y calor, indispensables para la continuación de la vida. En su continuo y permanente movimiento influye en el ritmo del día y la noche; modula el curso de las estaciones; induce el crecimiento de las plantas y la evolución del mundo animal; condiciona el auge y florecimiento de sociedades humanas; estimula el desarrollo cultural técnico y científico, la vestimenta, la comida, y las costumbres sociales y urbanas. En fin, la fuerza del astro solar está en todo lo que denominamos cultura.

Como Masones, en el Astro Solar vemos un ejemplo de nuestros deseos de ser fuentes de luz y calor humanitario, de entregarnos a todos por igual en un permanente afán de integridad. Al igual que la marcha solar, existe en nuestro diario trabajo ascensos y descensos y por ello nos educamos con la Regla de las 24 pulgadas a un preordenado ritmo laboral, con constancia y responsabilidad. En su ejemplo, educamos hacia la tolerancia, aspirando ser expresión de belleza y bondad, y nuestra Orden e inagotable en sabiduría Madre Logia, nos estimula a plantearnos en el ámbito filosófico -permanentes y continuas preguntas en cuyas alegorías y símbolos sepamos encontrar respuestas-, mismas que sólo lograremos con estudio, talento y virtud.

Para entender mejor el vínculo “Solsticio-Masonería”, disfruto el párrafo de Yáñez Vega (2002) cuando dice: “Así como el calor y la luz solar se ofrecen sin condición alguna a todos los hombres, así los Masones entregamos el trabajo sin esperar recompensa mayor. Trabajamos por el placer que hallamos en la labor realizada y en la creación regenerante, sin alarde ni ostentación. Ayudamos al necesitado y calmamos al sufriente, porque en el compartir nos elevamos por sobre nuestra condición humana. Combatimos la injusticia y despertamos la adormecida conciencia de los hombres, porque los elevados valores humanos son los únicos que tienen cabida en nuestros pensamientos y actos”.

El Sol es un símbolo masónico de suma importancia. La Logia que, entre otros, simboliza también al Universo, con su piso terrenal y su techo celestial. El V:.M:. que ilumina simbólicamente con su Sabiduría todo el Taller, representa al Sol en su nacer. El V:.M:. dirige la Logia desde su sitial en el Oriente, fuente de la Luz, al igual que el Sol qué comienza su esplendor desde el Oriente; el Primer Vigilante simboliza al Sol en su ocaso al Occidente y el Segundo Vigilante simboliza al Sol al Mediodía.

Siendo la Naturaleza el marco de acción del Masón y los fenómenos naturales, fuentes de estudio e inspiración, no podía estar la Orden ajena al fenómeno natural del recorrido elíptico del Astro Rey destacando la coincidencia de que sus puntos más distantes del Ecuador, coinciden con cambios naturales de las dos opuestas Estaciones, el Invierno y el Verano, símbolos también de la contradicción, la dualidad, representados estos opuestos conceptos de pares eternos, en el piso cuadriculado del Taller. Dice Goldstein (2007), el Solsticio de Invierno nos recuerda nuestra propia Iniciación, la Cámara de Reflexión, la Oscuridad. Para el Sol, justamente la detención en el Solsticio de Invierno es, simbólicamente, su propia Cámara de Reflexión, su Cámara de Oscuridad Invernal que, al igual que todos nosotros, que toda la Humanidad, desde esa oscuridad, al preguntarle: Qué es lo que más deseas?, contesta: Quiero ver la Luz, la Luz!.

CONCLUSION

La masonería, en su intento de entender la realidad profana, comprende y enseña el simbolismo encerrado en este flujo y reflujo del ir y venir del Sol. El Solsticio nos enseña que el Pulido de la Piedra Bruta, el esfuerzo personal de mejorar nuestra condición humana y crecer intelectualmente, no se produce solamente en un continuo ritmo ascendente; en cierto momento el trabajo cotidiano decae y el ánimo merma. En este momento, las palabras de Yáñez Vega (2002) me parecen enormes al afirmar “…es ahí cuando se halla la fuerza emergente del pensamiento Masónico, el espíritu hecho vigor en la Cadena Fraternal, que con su fuerza y aliento nos induce a recomenzar la marcha con renovada vitalidad. Puesto que por encima de nosotros, como permanente ejemplo, se halla la presencia del Sol omnipotente, que irradia calor, fuerza y luz constante, sin discriminación alguna en la entrega de estos valores. De este ejemplo se nutre la Masonería e induce a sus miembros a seguir una senda de justicia, de amor y de fraternidad, en una armónica conjunción operativa para que las enseñanzas de la Orden no sean infecundas semillas sin frutos. Unámonos espiritualmente al conjunto de la Naturaleza y en el simbolismo de esta celebración encontremos renovadas fuerzas para nuestro mejoramiento humano, espiritual e intelectual. Y cada mañana elevemos nuestra mirada al iluminado día sintiendo la felicidad por el hecho de que la vida continua en su eterno flujo y especialmente por la existencia de la otra realidad, sensible y espiritual, que los símbolos de la Masonería permiten descubrir”.

Al celebrar los solsticios, nuestra Orden nos evoca la estrecha relación que existe entre el ser humano y la naturaleza. El Sol rige el comportamiento del hombre y su entorno y por eso que en esta fiesta Solsticial celebramos el inicio de una nueva etapa de nuestra vida. Con el Solsticio de Invierno la Naturaleza se prepara para renacer, y con el de Verano germina la semilla que el hombre sembró en aquella tierra fértil que durante el Invierno se dedicó a trabajar. Con el Solsticio, en el Masón debe aparecer poco a poco aquella piedra libre de aristas que durante todo el año se dedicó a desbastar.

Paradójicamente, cuando el Sol está en su mínimo esplendor, hoy 27 de diciembre es nuestra última Tenida del año, pero ello no significa que nuestra labor haya finalizado, muy por el contrario, comenzamos una nueva etapa, que se relaciona con la preparación para una nueva siembra de la cual se espera una mejor cosecha y de esta forma contribuir de mejor manera nuestro trabajo en la sociedad profana.

Termino con un pensamiento personal que me acompaña desde décadas.

“Nada gratifica más al final del camino que haber empleado la vida construyendo verdades”

BIBLIOGRAFÍA

Contreras Seitz, Manuel Eduardo, 2007. El Símbolo. Pietre-Stones Review of Freemasonry.

http://www.freemasons-fremasonry.com/indiceespanol.html

Flor Pinto, Galo, 2002. El Mito Solar. In: Masonería en Español desde Israel, Planchas Masónicas. R:.L:.S:. La Fraternidad No. 62, Tel Aviv-Israel.

http://www.geocities.com/mason_inf/ot.html

Frau Abrines, Lorenzo y Rosendo Arús Arderiu, 1947. Diccionario Enciclopédico de la Masonería. Buenos Aires.

Frau Abrines, Lorenzo, 2005. Diccionario Enciclopédico Abreviado de la Masonería. Editorial Herbasa, México DF, 613 pp.

Gadea Saguier, Christian, 2007. Los Masones, Jesús y la Navidad. Pietre-Stones Review of Freemasonry.

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San Juan: El solsticio y las leyendas fantásticas.

Escrito por lembrandoagalicia el 17 de Junio, 2009

En los antiguos mitos griegos, a los solsticios se les llamaba “puertas” y, en parte, no les faltaba razón. Según las creencias helénicas, la Puerta de los Hombres correspondía al solsticio de verano (del 21 al 22 de junio), y la Puerta de los Dioses al solsticio de invierno (del 21 al 22 de diciembre)…pero hoy nos vamos a centrar al que corresponde a la noche de San Juan, una fecha en la que numerosas leyendas fantásticas son unánimes al decir que es un período en el que se abren de par en par las invisibles puertas del “otro lado del espejo”: se permite el acceso a grutas, castillos y palacios encantados; se liberan de sus prisiones y ataduras las reinas moras, las princesas y las infantas cautivas merced a un embrujo, ensalmo o maldición; braman los cuélebres (dragones) y vuelan los “caballucos del diablo”; salen a dar un vespertino paseo a la luz de la Luna seres femeninos misteriosos en torno a sus infranqueables moradas; afloran enjambres de raros espíritus duendiles amparados en la oscuridad de la noche y en los matorrales; las gallinas y los polluelos de oro, haciendo ostentación de su áureo plumaje, tientan a algún que otro incauto codicioso a que les echen el guante; las mozas enamoradas sueñan y adivinan quién será el galán que las despose; las plantas venenosas pierden su dañina propiedad y, en cambio, las salutíferas centuplican sus virtudes; los tesoros se remueven en las entrañas de la Tierra y las losas que los ocultan dejan al descubierto parte del mismo para que algún pobre mortal deje de ser, al menos, pobre; el rocío cura ciento y una enfermedades y además hace más hermoso y joven a quien se embadurne todo el cuerpo; los helechos florecen al dar las doce campanadas…

En definitiva, la atmósfera se carga de un aliento y un aura sobrenatural que impregna cada lugar mágico del planeta y es el momento propicio para sentir escalofríos, estremecernos, ilusionarnos, alucinarnos y narrar a nuestros hijos, nietos o amigos toda clase de cuentos, anécdotas sobre esta noche de San Xoán que nos sepamos.

Porque San Juan  Bautista ?

San Lucas narra en su Evangelio que María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo. Desde entonces se señaló esta noche como la de San Juan, muy próxima al solsticio de verano que ha heredado una serie de prácticas, ritos, tradiciones y costumbres cuyos orígenes son inmemoriales en toda Europa y se han extendido por muchos pueblos de América. Lo paradójico del asunto es que el 24 de junio se celebra la fecha del nacimiento del Bautista, que en realidad no debería festejarse porque el dies natalis de los santos siempre fue el de la muerte.
En el Evangelio de San Lucas se cuenta que su padre, el sacerdote Zacarías, había perdido la voz por dudar de su mujer, Isabel, que estaba encinta. Sin embargo en el momento de nacer San Juan la recuperó milagrosamente, como se lo había predicho en ángel Gabriel. Rebosante de alegría, la tradición religiosa dice que encendió hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia. Cuando siglos después se cristianizó esta fiesta, la noche del 23 al 24 de junio se convirtió en una noche santa y sagrada, sin abandonar por eso su aura mágica.

Solsticios:

Hay dos momentos del año en los que la distancia angular del Sol al ecuador celeste de la Tierra es máxima. Son los llamados solsticios. El de verano es el gran momento del curso solar y -a partir de ese punto- comienza a declinar. Antes de cristianizarse esta fiesta, los pueblos de Europa encendían hogueras en sus campos para ayudar al Sol en un acto simbólico con la finalidad de que “no perdiera fuerzas”. En su consciencia interna sabían que el fuego destruye lo malo y lo dañino. Posteriormente, el hombre seguía destruyendo los hechizos con fuego.

Se ha asociado esta festividad al solsticio de verano, pero esto tan solo es cierto para la mitad del mundo o, mejor dicho, para los habitantes que viven por encima del ecuador (en el hemisferio norte) ya que para los del sur el solsticio es el de invierno, y es patrimonio del mundo cristiano. En los países orientales, como así también en países separados por el océano Atlántico, con ritos y creencias distintas también se celebran estas fiestas (eso sí, con otros nombres a cual más variopinto que otro) conservando en todas ellas la misma esencia: rendir un homenaje al Sol, que en ese día tiene un especial protagonismo: en el hemisferio norte es el días más largo y, por consiguiente, el poder de las tinieblas tiene su reinado más corto y en el hemisferio sur ocurre todo lo contrario. En cualquier caso al Sol se le ayuda para que no decrezca y mantenga todo su vigor.

Orígenes paganos:

Esta fiesta solsticial es muy anterior a la religión católica o mahometana . Uno de los antecedentes que se puede buscar a esta festividad es la celebración celta del Beltaine, que se realizaba el primero de mayo. El nombre significaba “fuego de Bel” o “bello fuego” y era un festival anual en honor al dios Belenos. Durante el Beltaine se encendían hogueras que eran coronadas por los más arriesgados con largas pértigas. Después los druidas hacían pasar el ganado entre las llamas para purificarlo y defenderlo contra las enfermedades. A la vez, rogaban a los dioses que el año fuera fructífero y no dudaban en sacrificar algún animal para que sus plegarias fueran mejor atendidas.

Otra de las raíces de tan singular noche hay que buscarla en las fiestas griegas dedicadas al dios Apolo, que se celebraban en el solsticio de verano encendiendo grandes hogueras de carácter purificador. Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas. Ya entonces se atribuían propiedades medicinales a la hierbas recogidas en aquellos días.

Es curioso que entre los beréberes de África del norte (Marruecos y Argelia) se enciendan el 24 de junio, durante la fiesta llamada ansara, hogueras que producen un denso humo considerado protector de los campos cultivados. A través del fuego se hacen pasar entonces los objetos y utensilios más importantes del hogar. Los beréberes las encienden en patios, caminos, campos y encrucijadas y queman plantas aromáticas. Prácticamente ahuman todo, incluso los huertos y las mieses. Saltan siete veces sobre las brasas, pasean las ramas encendidas por el interior de las casas y hasta las acercan a los enfermos para purificar e inmunizar el entorno de todos los males.  Lo cierto es que esta costumbre beréber de celebrar el solsticio es preislámica porque se basa en el calendario solar, mientras que el musulmán es lunar.

El cristianismo fue experto en reciclar viejos cultos paganos…y de allí, hasta nuestros días.

lunes, 22 de junio de 2009

Mi mano es una mano siempre tendida,

Mi mano es una mano siempre tendida, generosamente extendida, plagada de oportunidades… Y es una mano que nunca se retira, que espera paciente, que no se resigna…

En mi mano tendida se resume mi amor por la vida, mi pujante enamoramiento por todo lo que existe y es… y es mi entrega, mi semilla… Y con mi mano, siempre tendida, comparto mi alegría, mi esperanza, mi ser entero, mi sabiduría…

Pero mi mano, siempre tendida y desnuda, es una mano también frágil y vulnerable, que puede ser un codiciado trofeo para quien no entiende la vida. Mi mano tendida es una tentación para la herida, para la ofensa, para el egoísmo, para la vanidad, para la ingratitud… Por eso, mi mano es una mano plagada de rasguños y moratones, que no duelen porque siempre encuentra manos amigas en las que calmar su dolor.

Sin embargo, quien entiende mi mano tendida como una conquista sin contrapartidas, no se da cuenta de que nada conseguirá más allá de lo que ya tenía… Porque la verdadera conquista -la conquista que sublima el afecto y la amistad- es la que consigue cerrar esta mano tantas veces herida. Mano que no hieres, que avanzas generosa, que te entregas sin buscar lucro… ¡abraza mi mano que yo te la he de abrazar…!

¿Alguien reparó sobre el hecho de que, en las dos manos que se estrechan -la una sobre la otra- las dos son a la vez atrapadas y las dos simultáneamente atrapan...? ¿Alguien cayó en la cuenta de que esta es la esencia del amor: conquistar y ser conquistados, entregarse y acoger… arriesgarse a la herida y calmar el dolor…? Las lecciones más maravillosas de la vida las encontramos en los actos más cotidianos: sublime lección en un simple apretón de manos…

Mi mano es una mano siempre tendida, siempre en espera, siempre expuesta a la agresión… pero siempre confiada, siempre erguida… deseosa de amparar y de ser amparada, siempre motivo para la alegría… Mi mano tendida está repleta de amor y eternamente dispuesta al perdón… Pero mi mano tendida solo se cierra… únicamente se estrecha… ante otra mano amiga que me alcanza y se entrega…

Suri l’apprendista

El "milagro" de la Virgen de Guadalupe _François Brune

PROLOGO DEL GRAN TEOLOGO Y AMIGO ALFREDO CAMARERO GIL CON CUYO PERSMISO PUBLICO ESTE ARTICULO

 

 

 

 

Recuerdo con inmenso cariño aquellas estrofas que cantaban lo mejicanos a la Virgen de Guadalupe, en San Bernardino, California, en los primeros años ’70:

BUENOS DÍAS, PALOMA BLANCA, Con los que cada mañana

HOY TE VENGO A SALUDAR salen al rancho a “piscar”

CON TODOS LOS MEJICANOS y defienden al hermano,

QUE TIENEN SED DE VERDAD si atacan su dignidad…

La verdad es que, a pesar de este cariño que suscitan en mí los mejicanos cantando a la Virgen, creo que comprendo bastante bien a los que dudan del milagro de la Virgen de Guadalupe. Es tan formidable lo que sucede al pobre indio Juan Diego en la cima de la colina de Tepeyac, que entiendo a los que dudan… Para creer en estas cosas, hay que tener claro que la Comunión de los Santos va más allá de unas tesis teológicas…

Por eso admiro tanto a nuestro querido amigo François. Su labor es ingrata y dura: cree y trata de hacer razonables sus creencias. Esto es muy duro, porque hay quien cree saber de estas cosas maravillosas y ni siquiera se digna leer, en este caso, lo que sucedió realmente al indio Juan Diego. Os invito a leer lo que le sucedió. ¡Ah! pero no olvidéis que, para creer, quemar ciertass naves: de la racionalidad, de que a uno lo consideren un bicho raro.

¡Buen día!

 

 

Quinta parte

________

MILAGRO PARA

EL NUEVO MUNDO

I

El rostro de María

El milagro de Guadalupe[1] es sin duda uno de los más emocionantes de la historia del cristianismo. Se trata de un acontecimiento mayor sucedido en 1531, en Méjico. Según los documentos que nos han llegado, la Virgen Santa, Madre de Dios, se apareció a un pobre indio llamado Juan Diego y dejó milagrosamente impresa su imagen en su capa. Esta capa existe todavía y se encuentra actualmente expuesta en una inmensa basílica en Méjico. Es el gran centro de peregrinación común a toda la América latina, un poco el equivalente de Lourdes al otro lado del Atlántico. Alrededor de un millón de personas van allí a rezar cada año y a pedir gracias. Pero ¿quién conoce en Francia el milagro de Guadalupe?

Sin embargo, desde hace algunos años sobre todo, los descubrimientos científicos que confirman el prodigio se han multiplicado. Proceden de muchos sabios de distintos países y de distintas disciplinas, y parecen irrefutables. El no creyente más radical podrá negarse a reconocer en esto un milagro. Se verá obligado no obstante a reconocer un prodigio. Los hechos están ahí.

Nos encontramos aquí por tanto, como en el caso de la sábana de Turín, ante un caso en el que los documentos literarios, los textos, serían insuficientes para demostrar por sí mismo que hubo un milagro. Es la ciencia, con los medios extraordinarios de que hoy dispone, la que nos permite llegar más lejos que el solo testimonio de los textos del pasado y afirmar la realidad del prodigio.

Una razón especial para interesarse por este caso excepcional, es que este milagro parece habernos dejado el verdadero rostro de la Virgen María, Madre de Dios, lo mismo que la sábana de Turín nos dejó el rostro de su Hijo, Jesucristo.

Hoy se puede hablar de una verdadera renovación de los estudios sobre Guadalupe. La devoción pasaba desde hace siglos de pruebas y de documentos. Pero los descubrimientos científicos recientes y el anuncio de la canonización de Juan Diego, que ya se preparaba, parecen haber dado nuevos ánimos a todos los investigadores. En octubre de 1997, durante mi estancia en Méjico, la prensa se quejaba del estado de abandono en que se encontraban la casa de Juan Diego y la primera ermita construida en el lugar de las apariciones. Pero los periódicos anunciaban también grandes trabajos de restauración y la instalación en los lugares de un museo. Mientras tanto, son sobre todo las publicaciones del Centro de estudios de Guadalupe las que hacen avanzar las investigaciones y estimulan el interés de los poderes públicos. Los documentos que con tanta amabilidad me ha facilitado Mons. Enrique Roberto Salazar, me han permitido concretar en varios puntos los problemas que hasta ahora siguen pendientes.

Un cuento de Navidad

La historia es hermosa, tierna, casi ingenua, y como se sitúa en diciembre se podría confundir fácilmente con un cuento de Navidad. Tan hermosa que parece realmente increíble. Y sin embargo, vais a descubrir que los estudios científicos recientes parecen confirmar totalmente la realidad de los hechos. El héroe de esta aventura es un pobre indio llamado Cuautlactoactzin, que significa «El que habla como águila». Como el águila es con frecuencia el símbolo del sol, se puede pensar en sentidos secundarios como «El que dice verdad», «El que no disimula nada», etc. Cuautlactoactzin nació probablemente en 1474. Se hizo cristiano con toda su familia y fue bautizado en 1525. Fue entonces cuando tomó el nombre de Juan Diego y su mujer, Malintzin, el de María Lucía. En cuanto a su tío que había hecho con él de padre, ya que Juan Diego quedó muy pronto huérfano, tomó el nombre de Juan Bernardino. Pero comencemos por el relato de los acontecimientos.

Día 1º:

El sábado 9 de diciembre de 1531, muy temprano, Juan Diego sale de su casa en Tulpletac para ir al catecismo a Tlatilolco. Oye cantos maravillosos de pájaros que parecen venir de la colina de Tepeyac. Después, silencio; el canto cesa bruscamente. Oye que le llama un voz muy dulce: «¡Juanito, Juan Dieguito!» La voz parece venir de la cima de la colina. Juan Diego, intrigado, sube hacia arriba.

Primera aparición: Encuentra entonces a una mujer muy joven que le dice que es la siempre virgen Santa María, Madre del verdadero Dios. Envía a Juan Diego al obispo para pedirle que construya allí mismo una iglesia donde ella podrá manifestar a Dios y dárselo a los hombres, recibir las plegarias de sus hijos y aliviar su pena. Juan Diego va a ver al obispo, Zumárraga, que le escucha un momento y luego le dice que vuelva otro día cuando tenga más tiempo.

El mismo día, por tanto el mismo sábado, Juan Diego vuelve a la cima de la colina de Tepeyac para informar a la Madre de Dios de su misión y de la educada negativa del obispo a prestar atención a su petición.

Segunda aparición: Juan Diego se permite hacerle notar a la Santísima Virgen que, si ella tiene interés por su iglesia, haría mejor encargando de esta misión a alguien más importante que él. Pero la Madre de Dios insiste: «Es absolutamente necesario que seas tú personalmente… y te ordeno ir mañana de nuevo al obispo.» Juan promete volver al día siguiente por la tarde, es decir el domingo, para traerle la respuesta del obispo.

2º día:

El domingo por la mañana, muy temprano, Juan Diego va a la misa, después va a ver al obispo que le escucha con más atención, le pregunta y finalmente le dice que le pida a la Santa Virgen una señal para autentificar su misión. Despide a Juan Diego, pero encarga a unos criados que lo sigan y lo espíen para ver lo que hay detrás de esta historia. Tal vez se encuentre en realidad alguien que abuse de su ingenuidad. Pero los criados pierden el rastro de Juan Diego y, bastante contrariados, vuelven para poner en guardia al obispo contra Juan Diego que suponen ha hecho todo lo posible para despistarlos.

El domingo por la tarde, Juan Diego lleva la respuesta a la Madre de Dios.

Tercera aparición: La Santísima Virgen le dice entonces: «Vendrás aquí mañana para llevar al obispo la señal que ha pedido.»

Pero el domingo por la tarde, al volver a su casa, Juan Diego encuentra a su tío enfermo. Ahora bien, este tío era para él muy querido, porque Juan Diego había perdido a sus padres cuando era todavía muy pequeño y era este tío el que lo había criado.

Día 3º:

El lunes por la mañana, Juan Diego no sube a ver a la Madre de Dios. Va a buscar a un médico y vuelve con él para curar a su tío, junto al que se queda toda la jornada del lunes. Pero, el lunes por la tarde, su tío va de mal en peor. Le dice que es seguro que va a morir y que Juan Diego debe ir, sin falta, al día siguiente por la mañana para que le traiga un sacerdote.

4º Día:

El martes por la mañana, 12 de diciembre, muy pronto, Juan Diego sale por tanto de su casa para ir a buscar a un sacerdote. Sin embargo, recordando que la Santísima Virgen debe esperarlo en el camino, pasa por otro sendero. Pero, como sucede con frecuencia en cada una de nuestras vidas cuando intentamos huir de Dios, la Madre de Dios lo espera en un recodo, en medio del camino.

Cuarta aparición: Juan Diego trata de explicarse y promete a la Santísima Virgen que tan pronto como se solucione el problema de su tío, cumplirá su voluntad. Pero la Madre de Dios le tranquiliza sobre la suerte de su tío y le dice que vaya enseguida a lo alto de la colina y recoja allí todas las flores que encuentre. Que descienda luego para mostrárselas.

Estamos en pleno diciembre e, incluso en Méjico, en esta época del año lo único que crecen en la colina de Tepeyac son piedras. ¡Oh, maravilla! la cima de la colina está llena de flores frescas, sobre todo rosas, cubiertas de rocío, unas y otras a cual más maravillosas. Juan Diego recoge todas las que puede y levanta su capa para envolverlas dentro. Después, vuelve a bajar para mostrar a la Santísima Virgen lo que ha encontrado.

Quinta aparición: Ésta toma algunas, después las guarda en su capa y lo envía al obispo.

Los criados lo hacen esperar mucho tiempo. En realidad, no quieren dejarlo entrar. El permanece de pie, con la cabeza baja, esperando humildemente. Sin embargo, observan que tiene algo envuelto en su capa. Se acercan, admiran, tratan por tres veces de sacar rosas fuera de su capa, pero es inútil, como si ellas estuvieran pintadas, bordadas o cosidas. Pero, sin embargo, huelen bien.

Informado el obispo, lo hace venir. Juan Diego cuenta toda su historia y, por fin, como prueba de su relato, suelta su capa que se despliega. Las flores caen a tierra, pero, para gran sorpresa de Juanito, el obispo cae también a sus pies, de rodillas delante él. Es porque, en la capa, acaba de descubrir la imagen de la Madre de Dios: ¡aparición de la imagen!

Vuelto a su casa la misma tarde, el martes por tanto, Juan Diego se entera de que la Santísima Virgen se le ha aparecido también a su tío y lo ha curado (sexta aparición). Ella le ha dicho también que su sobrino le explicaría todo, pero que él también tenía que ir a visitar al obispo y contarle cómo había sido curado.

El obispo recibe a Juan y a su tío durante algunos días en su palacio y pide a Juan Diego que le muestre dónde exactamente se le ha aparecido la Virgen por cuarta vez. Llegado a los lugares, Juan Diego duda un poco y es entonces cuando una fuente brota de pronto del suelo a cierta distancia del lugar donde se encuentra. Atraído por este nuevo fenómeno, reconoce que es allí exactamente donde se encontraba la Madre de Dios cuando lo envió a recoger flores en la cima de la colina. Este último episodio no figura en el texto del Nican Mopohua, pero la fuente sigue existiendo, limpia y aromática, con un gusto ligeramente ácido, y los peregrinos ven en ella con toda naturalidad un don de la Santísima Virgen. Beben de esta agua y se rocían con ella con la esperanza de obtener así alguna curación, algo así como en Lourdes[2].

Esta vez, por supuesto, el obispo quedó convencido, y catorce días después se terminó una pequeña capilla. En 1666, las autoridades eclesiásticas de Méjico mandaron hacer una primera investigación. Un segundo proceso, más tarde, en Roma, acabó en el reconocimiento oficial del milagro por la Iglesia romana, con Benedicto XIV que fijó la liturgia de Guadalupe para el 12 de diciembre y proclamó en 1754 a la Virgen de Guadalupe como patrona de Méjico.

Hace ya mucho tiempo que la pequeña capilla ha sido reemplazada, primero por una iglesia llamada la «basílica de los indios» (en 1555), después por una basílica más grande (de 1509 a 1622), sobre cuyo emplazamiento se construye otra basílica, más grande, de estilo barroco (1694 a 1709). Ésta sigue existiendo, pero los temblores de Tierra la han zarandeado demasiado. Se ha construido al lado, en 1976, una enorme basílica, la Nueva Basílica, donde acuden cada año alrededor de veinte millones de peregrinos de toda la América latina para venerar la santa reliquia y sobre todo encontrar a Dios. Desde cinco mil fieles, los días de la semana, el número de peregrinos puede llegar a cerca de cien mil, el domingo, y a un millón el 12 de diciembre.


[1] . El único estudio serio, en francés, es el del Hermano Bruno Bonnet-Eymard, publicado desgraciadamente por La contra-Réforme catholique au XXe siècle de sacerdote de Nantes, en 1980, y que, de hecho, no tiene ninguna difusión. Existen otros estudios serios en otras lenguas que utilizan frecuentemente los trabajos del Hermano Bonnet-Eymnard y le rinden homenaje. Los iremos descubriendo poco a poco. Señalemos también la existencia de unos pocos folletos que no han hecho sino resumir el trabajo del Hermano Bonnet-Eymard.

[2] . Ver sobre esto: Francis Johnston, The Wonder of Guadaupe, op. cit., p. 58-59.

La amistad Un tesoro que debemos encontrar y conservar

 

Lo normal es que nos guste tener amigos: el ser humano es social por naturaleza, crece y madura con el trato con otras personas. Y así como la familia nos proporciona fundamentalmente compañía, afecto cotidiano, apoyo incondicional, estabilidad emocional y una dimensión trascendental de la vida (un proyecto compartido, el progreso de nuestros hijos), los amigos aportan preferentemente aire fresco, diversidad, entretenimiento, la posibilidad de desarrollar aficiones y de comunicarnos en un ambiente de cordialidad y desenfado. Y, no pocas veces, la oportunidad de evadirnos de los problemas cotidianos. Pero no todos los amigos son igual de importantes; hablemos hoy de esos que muestran interés por lo que nos ocurre, de los que siempre están dispuestos a aportarnos consejo, apoyo, cercanía y afecto; en otras palabras, los buenos amigos, los imprescindibles.

La mayor parte de nosotros tiene amigos, o los ha tenido. Pero, con el paso del tiempo, cambiamos de manera de ser, nos casamos y tenemos hijos y eso nos lleva a centrarnos en otras prioridades. Otros obstáculos son la distancia motivada, por ejemplo, por un cambio de residencia. Un posible freno más: compartir amigos con nuestra pareja y con sus amigos.

No se trata de tener muchos amigos, sino los suficientes para satisfacer nuestras necesidades de relación social

Además, conforme pasan los años, algunos tendemos a volvernos más resabiados, reservados, egoístas, maniáticos o individualistas. Así, nos hacemos exigentes y menos abiertos, tolerantes y comprensivos, con lo que nos cuesta horrores hacer nuevos amigos e incluso mantener los que teníamos. Con lo fácil que es perder un amigo, qué difícil resulta recuperarlo, pensamos, como si la culpa no fuera nuestra. Pero sepamos que una persona que muestra capacidad para hacer nuevos amigos evidencia una apertura mental y una sociabilidad superiores a quien se ve incapaz para conseguirlo.

Cada persona, de todos modos, es un mundo: algunas gustan de amistades íntimas y otras prefieren una relación más superficial, pero también hay quien tiene unos pocos amigos íntimos mientras que con los otros comparte la vida social menos personal. La clave no es tener muchos amigos, sino los suficientes para satisfacer nuestra necesidad de relación ajena a la familia, los vecinos o el trabajo. Podemos tener muchos amigos y que, sin embargo, no nos "llenen". En ese caso, es hora de plantearnos la necesidad de cambiar o ampliar nuestra red de amigos.
Dar y recibir

La amistad es una relación de reciprocidad. No vale que se quiera mantener una amistad con alguien, ambas personas han de desearlo y deben participar de un similar concepto de lo que significa la amistad y de la implicación que conlleva. Para reflexionar y para decidir sobre nuestras dudas, para admitir sin derrumbarnos las frustraciones y el dolor, necesitamos experiencias, conocimientos y seguridades que han provenir también de nuestro exterior y de nuestra familia. Gracias a los amigos nos vamos conociendo, nos desarrollamos y tenemos la compañía necesaria para recorrer la vida sin miedo excesivo a las caídas, ya que actúan como amortiguador, como un punto de apoyo para seguir adelante. No con todos los amigos mantenemos la misma cercanía emocional. La diferencia estriba en cuánto y cómo compartimos, en el grado de implicación e intimidad en el que interactuamos. Las situaciones difíciles por las que todos pasamos se encargan de distinguir la calidad de nuestras amistades. Porque es muy habitual que amigos de toda la vida mantengan una relación superficial en la que compartir el tiempo de ocio es la única plasmación de la relación. Por otro lado, la relación que mantenemos con los amigos es diferente a la de pareja, actúan en planos distintos de nuestra vida, complementarios pero difícilmente asimilables. Podemos compartir amigos con nuestra pareja, pero es más rico mantener algunos que sean exclusivamente nuestros.
Frenos para tener amigos y amigas

Un estilo de vida poco abierto a los demás. Si no nos proporciona oportunidades de relacionarnos y no hacemos nada por cambiarlo, la soledad será nuestra única compañía.

La baja autoestima y el complejo de inferioridad. Si no confiamos en el valor de nuestra aportación, tenderemos a menospreciarnos y a aislarnos. Pocas personas resultan menos interesantes que las que tienen un bajo concepto de sí mismas. Si pensamos que no valemos nada, será difícil que iniciemos cualquier cosa, y menos si conlleva un riesgo de fracaso. Y cuando la propuesta de relación provenga del exterior, lo más probable es que, por miedo, no atendamos la llamada o no sepamos hacerlo eficazmente.

Los miedos. A no gustar, a no cumplir con las expectativas que creemos se tienen de nosotros, a no estar a la altura de las circunstancias. Miedo a que si se nos conoce a fondo, se nos abandonará.

La falta de habilidades de comunicación. Decir lo que se piensa no es el problema, sino la forma en que se dice. Empatía (ponerse en lugar del otro) y asertividad (expresarnos con libertad y sinceridad, sin herir ni menospreciar) son la clave.

El autoengaño. Creer que lo damos todo, que siempre estamos a disposición del otro y, por tanto, esperarlo todo de nuestras amistades. El acaparamiento y la tensión a que sometemos a los amigos hace que quien se acerca acabe alejándose y nos suma en un sentimiento de incomprensión que termina reforzando el autoengaño.

Pretender tener siempre la razón, conducirse de forma altanera, intolerante o mezquina.

La frialdad, tanto en el campo verbal como en el gestual. La falta de emotividad, de acercamiento, de un abrazo, de una caricia.
Para ser buen amigo...
Sal de tu caparazón: ahí fuera no están los peligros, sino las oportunidades de encontrarte a través de los otros.
Valora quién eres y tus habilidades, e intenta saber lo que estás aportando y lo que puedes aportar si te lo propones.
Cuida tus formas de expresión: mantén una actitud positiva y respetuosa. Pide lo que necesites. Da las gracias por lo que se te da y pide disculpas si has ofendido.
Muéstrate como eres, no como crees que los demás quieren que seas. La sinceridad comienza en uno mismo.
Sé generoso a la hora de compartir, tanto cosas como sentimientos y opiniones.
Dedica regularmente tiempo a tus amigos, que no son la solución para cuando no tienes otra cosa que hacer. Trasmíteles, con tu actitud cotidiana, que ocupan un lugar importante en tu vida
Mima la relación con interés y dedicación.
Muestra sensibilidad y afecto. Utiliza gestos amables y cariñosos. Cuando las palabras sobran, necesitamos apoyo, afecto y comprensión
Una buena amistad es un tesoro que debemos conservar. Apenas hay enfados que no puedan superarse entre amigos de verdad. Dejemos el orgullo a un lado, y hagamos lo posible por recuperar la concordia.
Y lo más importante: a un buen amigo se le atiende y se le escucha siempre que realmente lo necesite.

http://revista.consumer.es/web/es/20040201/interiormente/

domingo, 21 de junio de 2009

El factor invisible

 

Las cosas más poderosas son invisibles. Por ejemplo, las raíces de un árbol no se pueden ver; están bajo tierra, nutriendo silenciosamente el árbol visible. Una casa se sostiene gracias a sus cimientos, también en lo profundo de la tierra; si los cimientos son débiles, el edificio caerá cuando haya algún tipo de presión fuerte, como un terremoto. La esencia de la materia es el átomo; contiene una enorme cantidad de energía, pero no podemos verlo con nuestros ojos.
¿Podemos ver a Dios? Muchas personas han experimentado o sentido la presencia de Dios pero nadie le ha visto realmente. Sin embargo, millones de personas creen en ese Ser. De la misma forma, cuando se trata de conocer nuestro verdadero ser, nos preguntamos: “¿Cómo es el alma? ¿Dónde está situada?”.
Un ser humano es alma y cuerpo, espíritu y materia, funcionando conjuntamente en cooperación. El cuerpo es como el hardware de un ordenador y la energía espiritual, el alma, es un chip diminuto de luz, en el que están registradas todas las cosas; el programa completo del alma está ahí. Cuando entramos en un silencio introspectivo, es en este chip de luz, que realmente es un punto de energía luminosa, donde podemos recordar y redescubrir.
El diminuto chip de luz invisible empieza a funcionar efectivamente cuando se conecta con su conciencia original y reactiva esas cualidades originales, que permiten al alma funcionar y expresarse de forma natural. La conexión se consigue mediante el poder del pensamiento concentrado. A esto se denomina “conciencia del alma”. El proceso de experimentar la “conciencia del alma” se lleva a cabo en la meditación: juntando todos los pensamientos de la mente, creando un pensamiento concentrado y enfocándonos suavemente hacia el interior a fin de crear la conexión con el ser original, el alma.
Para dar esos primeros pasos de juntar los pensamientos, podemos usar la conciencia positiva de “yo soy”, o lo que llamamos conciencia de “Om Shanti”. “Om” quiere decir “yo soy”, con el significado profundo de que “yo soy un alma”. Con esta conciencia invocamos la experiencia de nuestra identidad espiritual original.
El alma tiene cinco cualidades primarias; podríamos decir que son los colores primarios de nuestra humanidad con los que pintar el cuadro de nuestras vidas. Éstos son:
Paz
Ésta es la cualidad original del alma. Paz es serenidad, el estado interior de no-violencia. En este estado de paz, armonizamos con todo y con todos a nuestro alrededor. La palabra “Shanti” significa paz, y éste es un pensamiento clave para experimentar en la meditación.
Pureza
Es un estado de honestidad y limpieza en el que somos lo mismo por dentro y por fuera, sin engañarnos a nosotros mismos ni a los demás. En consecuencia, no hay espacio para lo artificial. La pureza es el estado de verdad original en el que no se comete ninguna violencia hacia los demás, ni se puede perpetrar violencia alguna hacia uno mismo.
Amor
Quizás la cualidad original más difícil de conseguir, porque se ha mezclado mucho con el apego, la posesividad y la dependencia, hábitos profundamente arraigados que se han aceptado como normales. Debido a ello, es difícil comprender la forma verdadera del amor puro, que es incondicional. El amor espiritual verdadero nunca crea necesidad o dependencia, en la que los demás no pueden ser ellos mismos. El amor es el mayor poder y bendición en el Universo.
Conocimiento
Saber y ser lo que somos eterna y verdaderamente, y existir en esta conciencia, es lo que entendemos por conocimiento. No es saber acerca del alma, la paz, el amor, etc. sino que conocer es ser el alma, ser paz, ser amor. Reconocer y experimentar la conciencia original que existe más allá del falso ser o ego.
Felicidad
Es la expresión natural de la dicha de estar vivo e interactuar con los demás. La felicidad sólo es posible cuando expresamos lo que somos con respeto y compartimos con los demás lo que somos y lo que tenemos. Nos relacionamos con la naturaleza y con las personas y experimentamos la plenitud de la vida humana a través de las relaciones


Seamos nosotros mismos

 

Hace unos años vi un documental que me hizo reflexionar por un largo periodo de tiempo. Hoy en día todavía se cruza en mis pensamientos cuando veo profesionales muy válidos que no acaban de confiar en ellos mismos y esperan ansiosos y de forma periódica la palmadita en la espalda de sus jefes y el reconocimiento de su entorno por sus resultados laborales.

El mencionado documental tenía como escenario una aula ocupada por un grupo de adolescentes en una escuela de una pequeña población.

El primer día de clase del segundo trimestre escolar el tutor del curso se dirigió a sus alumnos indicándoles que en el transcurso de ese primer día de clase les visitaría una eminencia en el mundo de la psicopedagogía que había estudiado concienzudamente el coeficiente intelectual de los adolescentes durante muchos años y que gracias a sus estudios se habían obtenido unos resultados muy reveladores.

Por la tarde de ese primer día de clase apareció el personaje en cuestión y les mostró un sinfín de gráficos acompañados por una gran cantidad de cifras sobre pruebas realizadas a miles de adolescentes. Pues bien,el resultado final reflejaba que los chicos y chicas de ojos azules tenían un coeficiente intelectual un 20% superior al resto de sus compañeros.

En el transcurso de ese segundo trimestre, todos los profesores de ese grupo de estudiantes pudieron constatar que los alumnos de ojos azules prestaban mucha más atención a sus explicaciones que en el primer trimestre y el tipo de preguntas que les formulaban eran en su mayoría precisas, originales y en algunos casos hasta sensacionales. Estos chicos y chicas se empezaron a sentir día a día más seguros de si mismos y sus conversaciones tanto con sus compañeros como con las personas mayores de su entorno eran más fluidas y locuaces por que sentían en su piel que su nivel intelectual por encima de la media de la población juvenil les catapultaba al éxito en todo aquello que se propusieran.

Al empezar el tercer trimestre apareció de nuevo el experto en psicopedagogía y les comentó que sus últimas investigaciones le habían roto todos sus esquemas de largos años de investigación. Según sus últimos estudios, quedaba irrefutablemente demostrado que los adolescentes de ojos azules tenían un coeficiente intelectual un 20% inferior a la media de la población juvenil y por el contrario eran los chicos y chicas de ojos marrones y verdes los que tenían un coeficiente intelectual un 20% superior al resto de la población juvenil.

En el transcurso de ese tercer trimestre, los niños y niñas de ojos marrones y verdes experimentaron las mismas sensaciones de triunfo que sus compañeros de ojos azules durante el trimestre anterior. Por el contrario los alumnos de ojos azules prestaban menos atención que nunca a las explicaciones de los profesores y el tipo de preguntas que les formulaban eran en su mayoría imprecisas, poco originales y en muchos casos hasta anodinas. Estos chicos y chicas se empezaron a sentir día a día menos seguros de si mismos y sus conversaciones tanto con sus compañeros como con las personas mayores de su entorno eran menos fluidas y moderadas por que sentían en su piel que su nivel intelectual por debajo de la media de la población juvenil les catapultaba al fracaso en todo aquello que se propusieran.

Este experimento nos demuestra que es totalmente desaconsejable estar excesivamente pendientes de los estímulos y opiniones que podamos recibir del exterior. Hoy en día no nos valoramos a nosotros mismos ni calibramos nuestro trabajo mirando nuestro interior y extrayendo consecuencias de nuestra introspección. En vez de esto, en incontables ocasiones, estamos demasiado pendientes de la opinión que tienen los demás sobre nosotros y nos sentimos desmesuradamente felices y satisfechos cuando somos halagados por nuestros jefes y nuestro entorno. Por el contrario si recibimos una pequeña crítica hacia nuestro trabajo o incluso indiferencia nos sentimos miserablemente destrozados y abatidos.

Tenemos que pensar que nuestro entorno de trabajo está conformado por personas de diferente idiosincrasia y es lógico,natural y casi siempre necesario que escuchemos los ecos de nuestro entorno. De estos ecos tenemos que sacar conclusiones, pero no llegar a la euforia o al pesimismo por que esto nos hace vulnerables y totalmente dependientes de los demás que a la larga nos pueden reducir y transforman en simples marionetas.

Por tanto, no seamos como los adolescentes del experimento que cambiaban radicalmente su actitud ante la vida solamente porque alguien les aseguraba que eran más o menos inteligentes que los demás. Seamos nosotros mismos y no permitamos que los estímulos externos se amplifiquen de forma desmesurada en nuestro ser interior por que de esta forma sólo conseguiremos estar a merced de los demás.

Ignasi Pérez Valls
asesor-formador independiente
ignasiperez[ARROBA]infosintesis[PUNTO]net
http://www.infosintesis.net

miércoles, 10 de junio de 2009

Energía personal-Cómo pensar en positivo

Aprovechar la energía mental

Piense en esto: malgastamos nuestra energía personal. Las preocupaciones, el malhumor, los pensamientos negativos... nos matan la energía personal. Al cabo del día, en vez de tener brillo en la mirada, transmitir viveza en los ojos, nuestro aspecto da señales inequívocas de cansancio... mostrándonos ante los demás cansados, abatidos y tristes.

¿Sabe por qué? Pues porque desde la mañana, desde que nos hemos despertado, nuestra mente ha estado ocupada "cultivando" pensamientos que la agotan, "premiando" las preocupaciones, fomentando el pensamiento negativo sobre terceros y sobre uno mismo. En pocas palabras: desperdiciamos nuestra energía mental.

Tomar las riendas de nuestros impulsos emocionales

Recordemos que para tener energía mental debemos prácticar la técnica de "pensamientos opuestos" a pensamientos negativos. También tomar la rienda de nuestros impulsos emocionales a través del control y desarrollo de nuestra inteligencia emocional.

La fórmula es:

AUTOCONTROL EMOCIONES + AUTOMOTIVACIÓN PERSONAL +EMPATÍA =

= Control de nuestros impulsos emocionales=

= + ENERGÍA MENTAL

La energía mental se cultiva. Prueba a cultivar tu energía mental y observarás que tu mente se hace cada vez más fuerte y equilibrada, más despierta e inteligente.

He aquí algunas actividades que te ayudarán a aplicar la triple fórmula.

  • El Yoga es un gran aliado para el autocontrol de nuestras emociones. Su práctica quizás sea compleja para aquellos que no lo han practicado nunca. Sin embargo, es más fácil la respiración y la relajación. Practícala. Controla la respiración abdominal mientras realizas el autocontrol de tus emociones.
  • Cumple con tus obligaciones con tu familia y en el trabajo. Pasa tiempo con los tuyos: tu familia y tus buenos amigos. Practica la compresión, el afecto y el cariño, mientras pienses en la fuerza de la empatía. Practica la risa.
  • Cuida tu alimentación y tu salud. Tu cerebro debe estar siempre a punto y en las mejores condiciones. Una alimentación saludable, rica y variada. Practica ejercicio y todo lo que a tu salud en general y a tu cerebro en particular le convengan.
  • Lecturas positivas. Ver... Frases Motivadoras. Y Libros de autoayuda y motivación.

martes, 9 de junio de 2009

Solitario en el camino

 

La vida es como una gran carrera en bicicleta, cuya meta es cumplir la Leyenda Personal - aquello que, según los antiguos alquimistas, es nuestra verdadera misión en la Tierra.

En la línea de partida estamos juntos, compartiendo camaradería y entusiasmo. Pero, a medida que la carrera se desarrolla, la alegría inicial cede lugar a los verdaderos desafíos: el cansancio, la monotonía, las dudas sobre la propia capacidad. Nos damos cuenta de que algunos amigos ya desistieron en el fondo de sus corazones; aún siguen corriendo, pero es porque no pueden parar en medio de la pista. Este grupo se va haciendo cada vez más numeroso, con todos pedaleando al lado del coche que acompaña para apoyo, donde conversan entre sí, cumplen con sus obligaciones, pero olvidan las bellezas y desafíos del camino.
Nosotros terminamos por distanciarnos de ellos y entonces estamos obligados a enfrentar la soledad, las sorpresas de las curvas desconocidas, los problemas que pueda crearnos la bicicleta. En un momento dado, después de algunas caídas sin que haya nadie cerca para ayudarnos, terminamos por preguntarnos si vale la pena tanto esfuerzo.
Sí, vale. Se trata sólo de no desistir. El padre Alan Jones dice que para que nuestra alma tenga condiciones de superar esos obstáculos, necesitamos Cuatro Fuerzas Invisibles: amor, muerte, poder y tiempo.
     Es necesario amar, porque somos amados por Dios.
     Es necesaria la conciencia de la muerte, para entender bien la vida.
     Es necesario luchar para crecer, pero nunca dejarse ilusionar por el poder que llega junto con el crecimiento, porque sabemos que él no vale nada.
     Finalmente, es necesario aceptar que nuestra alma, aunque sea eterna, está en este momento presa en la tela del tiempo, con sus oportunidades y limitaciones. Así, en nuestra solitaria carrera en bicicleta, tenemos que actuar como si el tiempo no existiera, hacer lo posible para valorizar cada segundo, descansar cuando sea necesario, pero continuar siempre en dirección a la luz Divina, sin dejarnos afectar por los momentos de angustia.
     Estas Cuatro Fuerzas no pueden ser tratadas como problemas a ser resueltos, ya que están fuera de cualquier control. Tenemos que aceptarlas y dejar que nos enseñen lo que necesitamos aprender.
     Vivimos en un Universo que es al mismo tiempo lo suficientemente gigantesco como para rodearnos y lo bastante pequeño como para caber en nuestro corazón. En el alma del hombre está el alma del mundo, el silencio de la sabiduría. Mientras pedaleamos en dirección a nuestra meta, es siempre importante preguntar: "¿Qué hay de bueno en el día de hoy?". El sol puede estar brillando, pero si la lluvia estuviera cayendo, es importante recordar que eso también significa que las nubes negras se habrán disuelto en breve. Las nubes se disuelven, pero el sol permanece inmutable, y no pasa nunca. En los momentos de soledad es importante recordar eso.
     Finalmente, cuando las cosas llegan a ponerse muy duras, no podemos olvidar que todo el mundo ya pasó por eso, independientemente de raza, color, situación social, creencias o cultura. Una hermosa plegaria del maestro sufi Dhu'I-Nun (egipcio, fallecido el año 861 a. C.) resume bien la actitud positiva necesaria en estos momentos:
     "Oh, Dios, cuando escucho las voces de los animales, el ruido de los árboles, el murmullo de las aguas, el gorjeo de los pájaros, el zumbido del viento o el estruendo del trueno, percibo en todos ellos el testimonio de Tu unidad; siento que Tú eres el supremo poder, la omnisciencia, la suprema sabiduría, la suprema justicia.
     "Oh, Dios, te reconozco en las pruebas que estoy pasando. Permite, Oh, Dios, que Tu satisfacción sea mi satisfacción. Que yo sea Tu alegría, aquella alegría que un Padre siente por un hijo. Y que yo me acuerde de Ti con tranquilidad y determinación, incluso cuando resulte difícil decir "Te amo".

Paulo Coelho de Maktub

lunes, 8 de junio de 2009

El poder de afrontar

 

El poder de afrontar es la capacidad para enfrentarnos y superar con gran fe y coraje los obstáculos internos y externos, las pruebas y los retos. Una metáfora de este poder es la imagen de una vela encendida, en medio de una tempestad. La luz de nuestra conciencia, nuestra estabilidad y claridad interior, se han de preservar en medio de las vicisitudes, desafíos y retos del océano de la vida.
El viaje espiritual al hogar es un regreso a la conciencia total de lo que es verdadero y lo que es falso. Sin embargo hay muchos obstáculos, pruebas y retos en el camino. Es sólo con nuestra fuerza interior, la cuál se recupera mediante el conocimiento y el poder espiritual de la fuente, que somos capaces de afrontar.
En la meditación damos ese paso hacia adentro y volvemos a conocernos a nosotros mismos. Aprendemos a discernir lo verdadero de lo falso y recuperamos la fortaleza para afrontar. Tres de los principales aspectos que afrontamos:
1) Obstáculos: En nuestro viaje por la vida no sólo nos encontramos con obstáculos externos. Cuando comenzamos el viaje espiritual también nos encontramos con obstáculos internos que vienen de viejos patrones de comportamiento derivados de nuestra falta de comprensión y nuestras falsas creencias.
2) Pruebas: que desencadenan miedo u odio en nosotros. ¿Podemos encararlas y confrontarlas, sobrepasándolas con éxito? ¿Podemos descubrir las valiosas lecciones ocultas detrás de las mismas? ¿Podemos apreciar el aprendizaje enriquecedor que nos ofrecen? Estos son algunos de los indicadores de nuestro poder de afrontar. El miedo, la inseguridad y la falta de confianza en nosotros mismos pondrán a prueba nuestra capacidad para afrontarlas y seguir adelante. Nuestro éxito depende en gran medida de la fe que tengamos en nuestro ser y en la ayuda sutil del Ser Supremo, nuestro compañero invisible, con quien si estamos internamente conectados nos llenamos de coraje, valentía y confianza.
3) Retos: cada instante de este viaje es un reto, y los maestros anhelan los retos. No ven problemas sino oportunidades para aprender, crecer y ayudar a otros en el proceso. No existe tal cosa llamada fracaso; sólo estímulos. No existe otro momento que el presente. El mantra de un maestro es afrontarlo todo en el momento. Los maestros saben que el posponer se paga caro. El poder de afrontar nos da coraje y confianza para tratar con cualquier persona o situación. Este poder ayuda a conquistar todo tipo de miedos, inseguridades y dudas, especialmente con respecto a nuestras propias capacidades.

 

Brahma Kumaris World Spiritual University

miércoles, 3 de junio de 2009

Están locos los niños que hablan con sus amigos invisibles? O que viajan a países fantásticos? O que ven seres que nosotros los adultos no vemos?

Cuantas veces nos ha venido un niño explicando que le visita un extraño personaje que le cuenta historias...Cuantas veces, sin pararnos a pensar en nuestra infancia, le decimos que eso son imaginaciones, tonterías, o interpretamos que son alucinaciones?
Si recordamos nuestro mundo de la infancia también recordaremos, unos más que otros, que hemos tenido amigos invisibles, o la visita de seres que nos acompañaban...
"Se ha negado a los niños, y a toda la población en general, la costumbre de cuestionar la realidad" (Eduardo Punset)
"Quizás todos hemos tenido acceso a otras realidades pero algunos hemos perdido esa facultad. El físico cuántico Fred Alan Wolf destaca que los niños tienen la capacidad hasta los cinco años de atravesar otras realidades; lamentablemente, en algunas ocasiones cuando se van haciendo mayores, se les dice que dejen de jugar con sus amigos invisibles y de 'fantasear', y cuando llegan a los catorce años aproximadamente, han perdido por completo la capacidad de contactar con otras realidades y otros universos..."

Los niños son mentes no condicionadas por el sistema, mentes aún no sometidas a ver una sola realidad ... quizás también están aún en el proceso de encarnar en este cuerpo... aún no se han desprendido del todo de su 'hogar' celestial, y es por eso que pueden mantener contacto con los seres que están en realidades paralelas...
Cuando son pequeños, tienen acceso a estas otras realidades, a otros mundos, hasta que, cuando crecen, la presión del entorno les puede llegar a generar un sentido de verguenza por creer en 'esas cosas', tras lo cual van dejando de acceder a esas otras dimensiones. También el ir integrándose a la vida 'de este mundo' los hace ir alejándose, perdiendo contacto con las otras realidades...Es común que esto suceda en la época que el niño comienza a interactuar con sus pares, a salir de su ambiente familiar y entrar en contacto con la vida social de su comunidad, como por ejemplo cuando comienza a asistir a la escuela.
A veces, ya en la edad adulta, volvemos a 'contactar', volvemos a 'ver cosas' y a percibir la presencia de seres que muchos identifican con ángeles o seres sin cuerpo físico. Esto muchas veces sucede en ocasiones en que nos encontramos en otro estado de conciencia, ya sea debido a un estado de ensueño, meditación profunda, o quizas provocado por un episodio de crisis. También la enfermedad o la cercanía a la muerte parece ser un estado en que volvemos a sensibilizarnos y acercarnos a las otras realidades.
"Los niños no 'hablan solos', en realidad están manteniendo una conversación con su conciencia. a la cual tienen un libre acceso que muchos adultos han perdido; y la conciencia tiene acceso a todos los universos, al Todo."
"Tal vez tendremos que empezar a replantearnos el hecho de que, innatamente, el niño capta la vida energética que existe en todo lo que nos rodea y que, inicialmente, es capaz de comprenderla, de contactar e incluso dialogar con ella. En general, los niños son capaces de recibir mensajes y energías que nosotros los adultos somos incapaces de captar."
Mientras que ciertos grupos de gente, en general de origen oriental o con tradiciones espirituales fuertes, alientan a sus hijos para que sigan en el camino de acceder a otras realidades, los occidentales habitualemente tendemos a hacer lo contrario, llegando incluso a llevarlos a psiquiatras para que los desposean de eso que creemos que es anormal, de acuerdo a lo que hemos aprendido de nuestro paradigma social.