domingo, 4 de diciembre de 2011

El ADN, fuente de la memoria genética


La estructura del ADN (ácido desoxirribonucleico) fue aclarada en 1953 por el americano James Dewey Watson y el inglés Francis Crick. Esta molécula tiene la forma de una doble hélice que se comporta como una tarjeta de memoria. Puede determinar los caracteres, por contener información, y explica cómo esta información puede ser hereditaria, es decir transmitida de división celular en división celular y de generación en generación. El ADN está formado por dos cadenas emparejadas la una a la otra y enrolladas en doble hélice. Cada cadena lleva cuatro clases de nucleótidos (Adenina A, timina T, citosina C, guanina G). Esta es la base química que difiere de un nucleótido a otro. Las dos cadenas son complementarias: A está siempre emparejado con T y viceversa; G está siempre emparejada con C y recíprocamente. La información genética reside en el encadenamiento o secuencia de los nucleótidos: cada hebra es como una larga frase escrita en un alfabeto de cuatro letras. La información producida por cada cadena puede dictar la que es llevada por la cadena complementaria, lo que permite, en el momento de la división celular, sintetizar dos dobles cadenas idénticas a partir de una sola: es lo que se llama la replicación.
El gen es un trozo de ADN. El conjunto de los genes forma el genoma de un ser vivo. Cada individuo posee un genoma que le es propio y fabrica por tanto proteínas particulares, de acuerdo con las recetas contenidas en su genoma (una proteína responde en efecto a un plan anatómico muy concreto, cuya receta de fabricación se encuentra en el gen).
Los ARN, transcriptores de ADN para la síntesis de proteínas
La segunda clase de ácido nucleico es el ARN (ácido ribonucleico). Los ARN son sintetizados en el núcleo mediante un proceso de copia del ADN, que se llama transcripción. Cada ARN es una copia de uno de las dos hebras de un corto segmento de ADN, es decir de un gen. Contrariamente al ADN, los ARN producen una sola cadena.
Hay tres clases de ARN, que juegan un papel esencial en la síntesis de las proteínas:
– los ARN mensajeros: son las matrices que llevan la información necesaria a la síntesis de las proteínas, síntesis que se realiza al nivel de los ribosomas, que son estructuras intracelulares; cada ARN mensajero se asocia transitoriamente con ribosomas donde se convierte en proteínas;
– el ARN de transferencia: es el que asegura la traducción; es capaz de leer el mensaje aportado por el ARN mensajero, escrito en código de cuatro letras (nucleótidos), y de traducirlo en alfabeto de veinte letras de las proteínas (aminoácidos)
– el ARN ribosomal: existe permanentemente en los ribosomas. Su papel es aún poco conocido.
Los organismos vivos se dividen en procariotas (organismos primitivos), que poseen solo una molécula de ADN que contiene millones de pares de nucleótidos encerrados sobre ellos en anillos, y en eucariotas (organismos evolucionados) que reagrupan varias moléculas de ADN abiertas que encierran decenas de millones de pares de nucleótidos. Los seres humanos son eucariotas.
Una visión global del hombre molecular
Cuando se considera el esquema de este hombre neuronal o de este hombre molecular, se plantean muchas cuestiones.
La idea base de la biología molecular es que existe un programa genético absolutamente comparable a un programa informático. La información es «codificada» por el ADN, «transcrita» en las moléculas de ARN y «traducida» en secuencias de aminoácidos cuando la proteína está sintetizada.
Sin embargo, hay que destacar que un programa informático es pensado siempre por la voluntad de un ser humano y que este programa es estudiado por el que lo concibe con vistas a una realización concreta y determinada. El ordenador no concibe nunca por sí mismo su programa y no se preocupa de los fines de su acción. Ahora bien, hablar de programa genético remite a considerar que son los genes los que han concebido el programa, es decir que el ordenador biológico se ha autoprogramado. Cuestión esencial a la que los biólogos no han respondido de momento.
     LA MEDICINA SUPERLUMINOSA: (2) Professeur Régis Dutheil y Brigitte Dutheil Capítulo_ II: La evolución de la medicina moderna