sábado, 17 de enero de 2009

Fenómenos paranormales tras el choque de trenes de Los Angeles

 

By admin • Noviembre 1, 2008

El 12 de Septiembre de 2008, un choque de trenes en Los Ángeles (EEUU) provocó 24 muertos y más de 135 heridos. La tragedia, que conmocionó a los norteamericanos, esconde un enigma.

Desde el momento del accidente, los equipos de emergencia se afanaron por encontrar a los posibles supervivientes, mientras cientos de familias seguían angustiadas los trabajos de rescate. Una de ellas, la de Chuck Peck, pasó horas pendientes del teléfono, esperando una llamada que arrojara alguna luz sobre la situación de Peck. Y ésta se produjo, aunque nunca hubieran sospechado la identidad del interlocutor.

Poco después del accidente, los miembros de la familia comenzaron a recibir insistentes llamadas que procedían del móvil del desaparecido. Sin embargo, cuando intentaban hablar con él, únicamente obtenían interferencias al otro lado de la línea. El primero en recibir las llamadas de Chuck fue su hijo. Más tarde, su prometida, sus hermanos y finalmente, su madrastra. En total, los parientes de Peck contabilizaron 35 llamadas desde el móvil de este, aunque en ningún caso lograron escuchar su voz.

Desde luego, todos interpretaron que seguía vivo, probablemente atrapado entre los hierros, y que intentaba avisarles para ser rescatado. Rápidamente, se pusieron en contacto con los bomberos, quienes rastrearon el origen de la llamada. Tras dos horas de búsqueda, dieron con Chuck.

Por desgracia, estaba muerto y, según dictaminaron los forenses, había fallecido  en el ¡momento del choque ¡ ¿ Quién entonces, había utilizado su móvil? Curiosamente, los familiares de Chuck Peck dejaron de recibir avisos en sus teléfonos poco antes de que el cadáver fuera encontrado.

Su prometida, Andrea Katz, explicó que las llamadas les ayudaron a mantener las esperanzas y a no derrumbarse hasta que, finalmente, se produjo el hallazgo. “La parte racional de mi cerebro me dice que todo fue un lamentable fallo en el servicio telefónico, pero el lado emocional me empuja a creer que Chuck, desde alguna parte, quería decirnos algo”.

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