lunes, 16 de febrero de 2009

Una misa solemne en honor a la figura de Galileo

 

Lunes 16.02.2009

Por primera vez en la historia, la Iglesia le rindió homenaje al padre de la ciencia moderna

Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia

ROMA.- Condenado por el Santo Oficio por sus teorías científicas blasfemas, pero rehabilitado por Juan Pablo II, Galileo Galilei fue homenajeado ayer por el Vaticano, que por primera vez celebró una misa solemne en su honor en el 445° aniversario de su nacimiento, el 15 de febrero de 1564, en Pisa.

Oficiada por monseñor Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de Cultura, la ceremonia, que tuvo lugar en la basílica de Santa María de los Angeles -ante decenas de académicos de la Federación Mundial de Científicos, fue aprovechada por el Vaticano para hacer sentir claramente su aceptación del legado del ilustre científico, considerado el padre de la ciencia moderna.

Ravasi, que en su homilía explicó cómo Galileo solía distinguir las verdades científicas de las que "son necesarias para nuestra salvación", leyó un mensaje del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede. En éste, el segundo del Papa recordó que "Galileo fue justamente definido como un hombre divino".

"También en nuestra época emerge una nueva frontera de científicos que tras las huellas de Galileo no renuncian ni a la razón ni a la fe, y valorizan ambas en su reciprocidad", sostuvo Bertone.

Realidades diferentes

Con sus descubrimientos, que confirmaron la teoría heliocentrista copernicana, que chocaban con la doctrina de la Iglesia, que proclamaba que la Tierra era el centro de la creación de Dios, Galileo se convirtió en enemigo de la Santa Sede. Y en 1633 fue condenado por el Santo Oficio, que lo obligó a abjurar de sus convicciones. Fue entonces cuando se cree que el famoso científico -que inventó el telescopio hace 400 años, en 1609- pronunció la famosa frase Eppur si muove ("Y sin embargo se mueve"), que, al parecer, fue inventada por un periodista inglés en 1757.

Sólo en el siglo XX Galileo, que murió en 1642, comenzó a ser rehabilitado. Fue a partir del pontificado de Pío XII (1939-1958), que lo definió como "el más audaz héroe de la investigación [...] sin miedos a lo preestablecido y los riesgos en su camino, ni temor a romper los monumentos".

Juan Pablo II creó en 1981 una comisión que estudió el caso, que en 1992 concluyó que había habido errores. Esta indicó, sin embargo, que, en verdad, Galileo carecía de argumentos científicos para demostrar el heliocentrismo y sostuvo la inocencia de la Iglesia como institución y la obligación de Galileo de prestarle obediencia y reconocer su magisterio, lo que justificó la condena y evitó una rehabilitación plena.

El propio Benedicto XVI, siendo cardenal y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en 1990 sentenció: "En la época de Galileo, la Iglesia fue mucho más fiel a la razón que el propio Galileo. El proceso contra Galileo fue razonable y justo". Esta frase le significó al Papa en enero del año último tener que renunciar a una visita a la Universidad La Sapienza debido a fuertes protestas de un grupo de profesores, ofendidos por tal afirmación.

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