viernes, 7 de noviembre de 2008

Conferencia de Vicente Beltrán Anglada

 

Vicente Beltrán Anglada siguiendo las grandes corrientes espirituales de la Nueva Era, desarrolló una labor ashrámica que estuvo especialmente destinada a los grupos de aspirantes espirituales, al espíritu de trabajo en grupo y a la participación consciente grupal. Nunca se consideró un instructor espiritual de la categoría que fuere, sino que ha afirmado siempre su condición de discípulo pues, según su opinión, todos los verdaderos aspirantes espirituales son discípulos de algún grado en la dilatadísima jerarquización de la vida. Trató de cumplir adecuadamente su parte dentro de esta inmensa área de participación espiritual, irradiando a través de toda su obra de servicio su comprensión profunda de la Verdad. Vicente Beltrán Anglada afirmó que una de las condiciones rectoras de la Nueva Era en torno de instructores espirituales es la desmitificación. Así, nunca se presentó como un innovador o como un filósofo de la Nueva Era, tal como le han asignado algunos, sino simplemente, como una persona sencilla que trató de ajustarse lo mejor posible a los supremos dictados de los tiempos que estamos viviendo.

Conferencia del 7 de Marzo de 1980 - La Curación Esotérica III

La Ley de Restitución o Muerte. Ley de Nacimiento, Ley de Conservación y Ley de Restitución. Sobre el Sueño, la Muerte y la continuidad de Conciencia. De cómo se produce la Muerte en los 3 tipos psicológicos de seres. Muerte y Conocimiento de la misma. La Preparación para la Muerte. Los Iniciados y su dominio sobre el proceso de la Muerte. La Vista Etérica y el Correcto Contacto con los Muertos. La Visión de las Formas y Colores, la Audición del Sonido. El Karma en los Reinos y en el Hombre. Debemos primero estar Curados, antes de Curar a otros, la necesidad de Armonía al respecto. Cromoterapia y Curación. Todos llegaremos a la Iniciación. La Buena Voluntad es la base de la Curación.

Conversaciones Esotéricas

La Curación Esotérica – Acerca de la Muerte –  Primera Parte

Por Vicente Beltrán Anglada

Esta va a ser nuestra tercera conferencia acerca de la curación esotérica. El mes anterior nuestra conversación tuvo como centro de interés las tres grandes leyes kármicas, que luego analizaremos más profundamente. La Rueda de Samsâra, la ley de muerte y nacimiento, la ley del perdón y del olvido, la ley de la acción o de la causa y efecto.

También nos referimos al vehículo etérico, como vehículo inductor y proyector de la energía cósmica, proyectada desde los niveles causales a través de los vehículos físico, emocional y mental, teniendo en cuenta que al hablar de karma y, por lo tanto, al hablar de enfermedades, de vejez y de muerte, nos estamos refiriendo única y exclusivamente a los cuatro vehículos periódicos del ser humano, aquellos que utiliza el Alma para su manifestación en el tiempo y en el espacio, es decir, el cuerpo físico o denso, el vehículo etérico, el cuerpo emocional o astral y la mente, el vehículo mental; más allá del circuito o de la esfera de proyección de estos cuatro cuerpos no existe prácticamente el karma, no existe, por lo tanto, ni la enfermedad, ni la vejez, ni la muerte. Si existe karma, este karma —el karma de los Dioses—no está a nuestro alcance, por lo tanto, no podemos ni meditarlo, no podemos proyectarlo a través de una mente finita,  inmersa en tres dimensiones, en la limitación de espacio.

Hablamos también que, relacionado con la invasión de energía cósmica hacia nuestros vehículos de expresión, encontramos alojados en el cuerpo etérico los siete centros inductores o proyectores de la energía, llamados técnicamente chakras. Estos chakras a su vez, al coincidir en el cuerpo físico determinan una actividad glandular, a través de unas glándulas que llamamos endocrinas o de secreción interna, siendo el comportamiento físico, psicológico o somático de cualquier individuo, la calidad de sus secreciones hormonales o endocrinas porque esto viene derivado de la efectividad con que trabajan los centros etéricos o los chakras. Así que, al hablar del cuerpo etérico, de la vitalidad del cuerpo etérico, de la proyección de la energía cósmica a través del cuerpo etérico, hay que pensar siempre en algo muy importante y que a veces olvidamos, y es la evolución espiritual del individuo, el hombre, naturalmente, es el resultado de su comportamiento psicológico, de la actividad o del equilibrio entre las glándulas endocrinas o los centros etéricos, pero todo ello es debido a la evolución de la mente y a la evolución del cuerpo emocional, es decir, en síntesis, a la evolución de la conciencia o a la evolución espiritual, como quieran. Lo interesante es darse cuenta de que poseemos cuatro vehículos que merecen nuestra atención inmediata si de veras queremos desterrar del planeta Tierra todo cuanto tenga que ver con la vejez, con la enfermedad y la muerte; muerte no en un sentido antagónico de la vida, sino como una expresión de la vida, la muerte no es ni más ni menos que una expresión de la vida, es una vibración, y esotéricamente podríamos decir que la muerte es una entidad. Una entidad que está actuando desde el principio de las edades, antes y después del Universo la muerte ya existía, como existía la vida, no puede existir vida sin existir su contraparte que es la muerte, es el contrabalanceo de la ley, que al manifestarse a través de la rueda kármica de Samsâra se manifiesta como nacimiento y como muerte; el nacimiento como inductor de la vida en este conglomerado de cuatro vehículos que utiliza el Alma para manifestarse en el tiempo, tenemos también que la vida universal lo llena todo y que la muerte es la antesala del nacimiento y el nacimiento es la antesala de la muerte. Solamente hay algo que perdura y es la vida, y la evolución de la vida en el individuo es lo que llamamos evolución espiritual, lo que llamamos la integración en todos los sentidos imaginables.

Existe también, relacionado con los chakras y con las glándulas endocrinas, el sistema sanguíneo y el sistema nervioso. El sistema sanguíneo lleva el calor que dimana de la luz cósmica y el sistema nervioso trae la luz de las altas esferas universales. Se trata, por tanto, de algo que trasciende el entendimiento al buscar las causas remotas de la energía, solamente analizamos muy críticamente el fenómeno de lo que puede ser una enfermedad, lo que puede ser la vejez, el envejecimiento de las células, y lo que puede ser la muerte en sí, como una entidad, como algo que va y viene, que perdura, pero que creo que hemos dramatizado a su alrededor creando una serie de ideas que son negativas. La muerte para mí es liberación, y como tal hay que prestarle una atención muy específica, si es que de veras estamos buscando la liberación espiritual, y se nos dice místicamente que hay que morir un poco cada día preparándonos para la muerte, que es una transformación de la materia simplemente, por lo tanto, la vida continua en otra dimensión, en otro plano, en otra esfera, pero, continuando siempre dentro de ese sentido crítico de valores psicológicos.

Naturalmente, hablamos de los cromosomas y de las hormonas. Las hormonas, como dijimos anteriormente, son del presente, obedecen a la actualidad, a la evolución de los centros etéricos y a su relación armónica con las glándulas endocrinas, las secreciones van a la sangre y la persona a través de este vehículo, la sangre, que es el vehículo de la conciencia, lleva la vida a todo el cuerpo, y el sistema nervioso está relacionado con la luz de la conciencia causal, y que por lo tanto, entre la conciencia causal que lleva la memoria del pasado y, que por lo tanto, está relacionada con los cromosomas, se verifica un alta alquimia dentro del cuerpo que es la memoria celular, actualmente en estudio por la ciencia médica. Si admite la ciencia que los cromosomas tienen memoria, hay que admitir radicalmente que tienen autoconciencia, y entramos ya en una consideración de la vida mucho más amplia e incluyente de lo que hasta aquí ha sido considerado.

Entonces, para terminar, hablamos de la ciencia moderna de curación. Hasta aquí las enfermedades han sido tratadas a base de medicinas, prácticamente no se ha dedicado una atención a la causa de las enfermedades. Desde el momento en que videntes especializados e investigadores científicos de alta cualidad espiritual han podido ver representadas en los planos psíquicos a las entidades que centralizan los diferentes tipos de enfermedades que conocemos, desde las benignas hasta las más malas que puedan existir, el problema que se ha planteado es cómo puede ser vencida la entidad enfermedad a través del conglomerado de lo que poseemos, a través de nuestro cuerpo físico bien establecido, a través de una mente analítica reflexiva y razonable, buscando la intuición de las causas supremas de la vida, un cuerpo emocional muy sensible pero sin caer en la sensiblería, para llegar finalmente a la conclusión de que tanto la ciencia como el esoterismo, están ahora trabajando ahora en una dirección paralela, tratando de buscar en el infinito un punto de reunión. Quisiera admitir que llegará un momento en que confluirán las dos líneas —la ciencia médica y la esotérica— en un punto, en el cual se busque la causa de la enfermedad, no en el nivel somático sino en el nivel psíquico, mental y emocional, y tratar entonces de curar estas causas desde el plano donde se han provocado, y no en el plano de los efectos, donde solamente son aliviados los efectos perola causa permanece inmutable, por nuestro desinterés en las cosas profundas y esotéricas de la vida o porque no ha llegado todavía el momento en que la persona se oriente hacia el esoterismo puro y científico como es de desear.

Bien, el tema de este mes es la gran Ley de Restitución. ¿Qué hay que entender por esto? Simplemente la muerte. Existen tres grandes leyes enlazadas con el karma; la primera ley es la Ley de Integración de la Materia, técnicamente el nacimiento; viene después una Ley de Conservación o de Preservación, es el instinto innato de la materia de autoprotegerse, de autoafirmarse, de crecer o perpetuarse en el tiempo; y finalmente está la gran  Ley de Restitución, técnicamente descrita como la muerte, y la muerte, como digo, siendo una entidad desde el ángulo esotérico, contemplada desde el plano causal se la puede contemplar en su acción liberadora, habida cuenta que es una entidad que redime a la materia y libera el espíritu, en estas palabras: redención de la materia y liberación del espíritu, está circunscrito el gran secreto de la Iniciación, si podemos llegar a establecer el nexo entre ambas actitudes, entre ambas cualidades o ambas polaridades, la Iniciación será algo común a todos, no una vaga promesa como el Reino de los Cielos.

Entonces, he dividido la idea de la muerte en tres aspectos consustanciales, uno es la liberación del Alma; el segundo punto que quisiera tratar con ustedes es las causas de la muerte, para llegar finalmente a hablar del proceso universal de restitución, es decir, que la muerte no existe solamente en el plano físico, sino que va aumentando su progresión a través de los planos, porque todos los planos de nuestro sistema solar son materiales. Según se nos dice esotéricamente, nuestro sistema solar, con todos sus planetas, satélites y asteroides, no es sino el cuerpo físico de una Entidad cósmica, y hay que darse cuenta entonces, que todo cuanto existe en este Universo, desde el plano físico hasta el ádico, o el plano de la propia Divinidad, es material, que por lo tanto, lo que para nosotros mirando hacia arriba es espíritu, mirado desde los planos cósmicos es simplemente materia, solamente cambia el enfoque, la dirección, el orden, la ecuación de valores psicológicos, la tendencia a la síntesis que todos poseemos y la capacidad que tenemos de integrarnos cada vez más en los problemas humanos o en los problemas de orden universal.

Entonces..., ¿qué hay que entender por muerte? La muerte es una continuidad del sueño que realizamos cada noche. Cada noche al acostarnos y al dormir estamos verificando la muerte, entonces, ¿qué diferencia existe entre la muerte y el sueño?, simplemente que en la muerte el cordón umbilical, hilo de vida o Sutratma ha desaparecido del cuerpo, y el Alma a través de este hilo recogiendo los átomos permanentes se refugia en el plano causal. Y el sueño es exactamente lo mismo, sin que el cordón umbilical, sin que el hilo de la vida o el Sutratma se desapegue del lugar donde está anclado tal como se dice en los manuales esotéricos, anclado en el corazón, en el interior del átomo permanente. En tanto exista una pequeña porción de este hilo supremo del Sutratma dentro del corazón haciendo vibrar el átomo permanente, en esta vibración continuar bombeando el corazón y llevando la sangre al cuerpo y haciéndolo respirar no existe clínicamente la muerte. Esto lo ha reconocido la ciencia que clínicamente hay muerte cuando no existe en el corazón vida, cuando el Sutratma ha desaparecido, ha dejado de estar anclado en el corazón, el átomo permanente ya no lo registra y entonces desaparece, pero, cada noche estamos muriéndonos, todos hemos muerto, y cuando realizamos la experiencia de la muerte nos damos cuenta de que es familiar, que ya es conocida de siempre; y me pregunto las causas del dolor, el dolor de la muerte es muy significativo, ¿por qué tememos la muerte?, será porque no amamos suficientemente la vida, esto dicen que es la muerte.

El hombre que no vive íntegramente forzosamente tiene que tener temor a la muerte, el hombre que está completamente libre, desapasionado por completo, integrándose cada vez más dentro de sus propios elementos constitutivos espirituales, éste no teme a la muerte, está viviendo constantemente, es decir, lo que técnicamente podíamos decir buscando la analogía con el Iniciado perfecto, es que existe no solo una continuidad permanente de vida sino que existe también una continuidad perfecta de conciencia, que es lo que trata de buscarse en las meditaciones esotéricas, buscar una continuidad de conciencia porque entonces ya no hay temor a la muerte, porque la muerte es una entidad pero es también una ilusión, es decir, todo cuanto se ha creado a través de la muerte es una ilusión, no existe, es una figuración mental, tal como ocurre seguramente cuando alguien piensa de otra persona, ¿es verdad lo que una persona piensa de otra o no es más que una ilusión?

Dijimos una vez, y lo repetiremos, que de Cristo existen pinturas, fotografías, estatuas de todos los tiempos y para todos los gustos, y que cada cual, naturalmente, tendrá una idea de Cristo de acuerdo con la imagen que tiene en su cabecera o de la imagen que ha aprendido en las escuelas o que ha visto retratada en los templos, pero, ¿es realmente así, no será una ilusión mental todo esto?, una entidad causal, podemos decir, que puede estar en los planos superiores como una idea que amalgama la síntesis de las ideas de toda la humanidad acerca de Cristo, pero Cristo como entidad no esta allí. Lo mismo ocurre con la muerte, la que hemos adornado con terror, con desesperación, con odio, con repulsión, pero es una ilusión mental, porque no conocemos a la muerte, como no conocemos al Cristo ¿verdad?

Es innegable que si no conocemos exactamente la experiencia de la muerte en vida no podemos tener la experiencia completa de la muerte después de muertos, y es por lo tanto, que Platón aconsejaba a sus discípulos: "Morid un poco cada día y así alcanzareis la eternidad",  es como si dijéramos: "Soñad constantemente en lo superior para entrar en lo superior", porque hay una relación magnética entre la idea y la acción, entre la idea y la propia realidad. Es decir, que todo está en todo, especialmente en el corazón del hombre, y si tenemos en cuenta la prerrogativa de la acción, si tenemos en cuenta que todos estamos tratando constantemente de liberarnos del temor a la muerte empecemos por amar la vida, y amar la vida desde el ángulo esotérico es simplificación teniendo en cuenta que el temor es lo que menos simplifica la vida, lo que más la hace compleja.

Hay que vivir de una manera tan real, tan serena, tan audaz diría yo, que la muerte llegue a ser nuestra amiga querida, que la veamos constantemente sin tener miedo, entonces nos daremos cuenta de que la muerte es como un ángel, está velando por nosotros, pues es la única manera de liberarnos de las opresiones de la materia y de las opresiones del propio espíritu inmerso dentro de la materia, pues, de la misma manera que la redención de la materia es la liberación de ella misma, automáticamente la comprensión del mecanismo es para el espíritu la liberación de las ataduras que le impiden avanzar y entonces vienen unos momentos extraordinarios de serenidad, de paz y de alegría, dentro de los cuales la muerte no existe, existe una vida que se manifiesta cíclicamente como muerte, como nacimiento. Los pueblos orientales, que tienen una mente analítica, al menos las personas sensatas, están viviendo de manera en que la muerte la consideran su compañera inseparable, viven constantemente pensando en ella, adorándola, como el gran Dios que destruye la materia para crear cosas nuevas encima de la materia.

El mito del ave Fénix que resurge de sus propias cenizas es la muerte liberando, destruyendo para edificar cosas nuevas, ¿qué sería de la humanidad si no existiese la muerte?, no habría posibilidad alguna de redención y los millones de almas que animan la materia tampoco podrían liberarse, y según está escrito en los libros sagrados de no importa que religión, el Alma está en todas las cosas, estando el Alma en todas las cosas, y siendo el Alma una partícula de la propia Divinidad, existe un permanente deseo de liberación en toda cosa creada, lo cual hace que la muerte sea un fenómeno natural deseado, querido por toda la naturaleza excepto por el hombre, el hombre teme a la muerte. Hay una razón fundamental que hemos expresado, existe una Ley de Conservación, un instinto de preservación, pero, ¿qué añadimos a todo esto?, añadimos las posesiones, las complejidades, los deseos, las inquietudes, las esperanzas, los temores, y todo esto naturalmente,  repercute contra la integridad espiritual del ser, y así en una edad correspondiente a nuestra propia evolución, llega un día que nos damos cuenta de que la muerte realmente es el agente liberador de la vida,  y entonces ya no pensamos en ella con temor, la admitimos, nos recreamos con su presencia, y la admitimos como hacen los esotéricos, como el agente más grande que existe en el Universo aliado con el poder del 1º Rayo, que es el Rayo que lleva la destrucción de las formas gastadas, para que el 2º levante encima otra cosa nueva y así hasta la eternidad de las eternidades en tanto exista un átomo de materia kármica que necesite la liberación o que necesite su redención.

Bien, una cosa muy importante que hay que considerar con respecto a la muerte, es las tres clases de tipo psicológico a través de los cuales podemos apreciar como se realiza la muerte o la evolución del Alma como también se dice. En el sueño, cuando la persona se entrega al descanso, automáticamente hay una succión —por decirlo de alguna manera— de parte del Alma, que necesita que la conciencia funcione en todas las dimensiones de todos los cuerpos conocidos, y entonces, las personas de tipo instintivo sienten la atracción por el plexo solar, y por el plexo solar las personas instintivas —sin afán peyorativo alguno— surgen bajo la inhalación del Alma para pasar al plano astral en el subplano que les corresponda por evolución. Las personas de tipo sensible, las personas sentimentales, las personas predominantemente místicas, la succión la realizan a través del centro o de un lugar muy cercano al Centro Cardíaco y por allí se van al plano astral, y las personas pensantes que utilizan creadoramente materia mental, los discípulos mundiales, las personas de alta integración, realizan la aspiración superior hacia el plano astral a través de un punto situado muy cerca de la glándula pineal. Son tres lugares o tres puntos, en los cuales la vida se escapa de la materia, los fluidos vitales se escapan de allí, haciendo la salvedad de que en el sueño el Sutratma continúa anclado en el corazón, y que en la muerte desaparece totalmente y la inhalación del Alma se lleva la conciencia y sus vehículos más los átomos permanentes, y se refugia después el tiempo necesario de recapitulación que realiza el Alma en el plano causal.

Bien, entonces la rotura del Sutratma obedece a una razón fundamental, que es lo que vamos a analizar a través de las causas de la muerte. No puede romperse el Sutratma si no existe una ley coordinadora, solamente hay una excepción, el suicidio; el suicidio que es la capacidad que tiene el individuo de utilizar en forma negativa la voluntad de Dios que tiene dentro del corazón, y no es nuestro interés hablar del suicidio en nuestra charla de hoy, darnos cuenta sí de que la rotura del cordón plateado o del Sutratma es debido a tres razones fundamentales analizadas desde el plano causal:

1.      El cumplimiento del karma.

2.      La cesación del deseo de vivir.

3.      La retirada de la atención del Alma.

En el momento en que se produce la coordinación de estos tres aspectos, mental, emocional y físico, existe un tirón más fuerte que los anteriores, los que gobiernan el sueño de las criaturas vivientes en todos los reinos de la naturaleza que producen el fenómeno de la muerte, siendo como verán Uds. algo genuinamente científico, que podemos analizar técnicamente y que no es algo que nos venga importado del exterior por cuanto todos dormimos cada noche y nos damos cuenta de que funcionamos en otra dimensión y esta dimensión es aquella que habitaremos normalmente después de la muerte, y que por lo tanto, no tiene ninguna extrañeza, no tiene ninguna explicación utópica porque es algo que podemos comprobar todos eficazmente.

Y naturalmente hay también las causas físicas relacionadas con estos tres aspectos causales, del cumplimiento del karma, de la cesación del deseo de vivir y de la atención del Alma que se retira progresivamente, y es que la muerte física es debida o puede ser debida a accidentes, puede ser debida a enfermedades y por la propia vejez, lo cual no sucede porque envejecemos muy pronto en forma antinatural, por los métodos erróneos de vivir que tenemos todavía hoy, en el siglo casi XXI. Y naturalmente que al coincidir los tres aspectos, del cumplimiento del karma, de la cesación del deseo de vivir y de la intención del Alma que desaparece, se produce automáticamente la absorción, la inhalación del Alma, aquello que corrientemente definimos como el último suspiro, el Alma respira hacia sí desde el plano causal y atrae hacia sí todo cuanto ha constituido la vida kármica dentro del cuerpo, dentro de la emoción, dentro de la mente, y todo se refugia en el plano mental, en el plano astral y en cierto nivel del plano físico, y ahí empieza aquello que podemos ver aquí, que es muy interesante porque nos da la clave de lo que han experimentado —quizá algunos de Uds. lo habrán realizado— en el sentido de experiencia, de recordar en un solo momento en algo que escapa la ponderación porque no existe tiempo, en ciertos niveles etéricos, cuando están en un peligro de muerte, automáticamente existe un registro de hechos desde el plano causal, mirando que es lo que va a pasar, porque el Alma está interesada en guardar todos los recuerdos para refugiarlos dentro del átomo permanente como base de la próxima reencarnación o renacimiento.

Entonces, si se ha tenido esa experiencia, hay que recordar, y si no se ha tenido hay que observarla y hay que estudiarla, admitirla siquiera como una hipótesis mental, que en el momento en que el Sutratma ha desaparecido completamente del cuerpo físico, que el corazón ha dejado de latir, que la mente ha dejado de funcionar y que todo va desapareciendo lentamente por el orificio que le corresponde al ser humano, entonces queda refugiada toda la conciencia íntegramente en el 4º nivel del plano físico, tenemos el nivel sólido, el líquido, el gaseoso y el 1º etérico, llamado subatómico, que es el que refleja todas las memorias individuales a través del tiempo en el plano físico; pero automáticamente se está realizando una actividad paralela en el plano emocional, en el segundo subplano, en el cual el Alma en aquel momento de comprensión está recapitulando todos los hechos relacionados con los sentimientos, emociones, que tuvo durante la vida, y automáticamente también, siguiendo este proceso, en el plano mental, en el tercer subplano, la mente está relacionando todo cuanto hizo mentalmente durante toda su vida. Es algo que sucede en una fracción de tiempo imponderable, porque pertenece a otra dimensión, igual puede ser un siglo que un minuto o que un segundo, escapa a la medida del tiempo conocido, no hay relojes en el plano astral, por lo tanto, escapa por completo a la ponderación.

Lo que sí que es importante que sepamos es que en este momento cumbre de la muerte se produce un hecho singular, en el plano físico el recuerdo más vivo de cuanto hayamos realizado, aquel acto que mayor condensación de energía tuvo por sus consecuencias kármicas porque alteró completamente nuestra vida, se convierte en un montículo, en una cúspide, que el Alma registra automáticamente, porque todo esto, es una serie de recuerdos o de memorias acumuladas en el átomo permanente físico que van desfilando a la atención del Alma para que los vaya registrando y finalmente se produce un pináculo que es la síntesis de los recuerdos, y automáticamente todos los recuerdos físicos pasan a un departamento específico del átomo permanente físico y queda estacionado aquí a la atención del Alma, porque el Alma recopila también sus memorias, sus experiencias a través de aquella vida; y automáticamente en el mundo astral pasa lo mismo, el Alma absorbe de todos los contenidos memoriales, de todo cuanto sintió el Alma durante aquella encarnación y lo sintetiza en un punto clave que va ascendiendo hacia arriba y entonces toda la experiencia acumulada a través de este vértice, de este pequeño triángulo, penetra en el átomo permanente astral, llevando en sí toda la fuerza viva de los recuerdos del plano astral tal como vivió aquel individuo encarnado en el tiempo.

Y la mente lo mismo, hay una relación de valores sintónicos en la naturaleza, si aplicamos correctamente la ley de la analogía, y entonces, este punto mental de crisis, de tensión creadora buscando todo cuanto hizo mentalmente el individuo a través del tiempo, de la encarnación, también queda en una cúspide, que penetra en el átomo permanente mental, y entonces el Alma absorbe todo esto dentro  del cuerpo causal, que hemos simbolizado con un triángulo con tres puntos de interés que son los átomos permanentes, y entonces podemos decir que la muerte prácticamente ya es un hecho, ya no hay regresión posible, todo está condensado dentro del cuerpo causal en este sentido, igual podemos decir que va en un triángulo hacia arriba creando los vórtices de energía, que serán los que servirán para crear las estructuras de un nuevo cuerpo cuando el tiempo sea llegado. Y lo que va de uno a otro hemisferio, el paso de un plano a otro plano o de un subplano a otro plano, se denomina místicamente: "La Nave de Caronte".  Según nos dice la tradición mística la Nave de Caronte se simbolizada por un ángel resplandeciente de luz que espera al Alma para darle la bienvenida, yo creo más esta forma que la otra y no en un demonio que viene a buscar el Alma para llevarla Dios sabe dónde, todo está inmerso dentro de lo que hemos aprendido en religión a través del tiempo, entonces, la Nave de Caronte es la que lleva los puntos de crisis hasta sus últimas consecuencias, la que lleva al Alma del plano etérico al plano astral, del plano astral al plano mental y de éste al plano del Alma, al plano causal; y entonces, todo el proceso puede ser seguido de una manera científica, porque todas las personas que han experimentado una muerte aparente, que han estado al borde de la muerte coinciden en unos puntos principales, en que hay un Alma resplandeciente que les está aguardando, que les infunde confianza, que no quieren volver porque se encuentran mejor que en el plano físico naturalmente, no hay la opresión, no hay las cadenas del cuerpo físico.

Se dan cuenta también que no pueden pasar ni ponerse en contacto con esta entidad resplandeciente sin antes haber pasado por un proceso de recapitulación o de memorización, porque el renacimiento se produce, cuando el tiempo sea llegado, a través de las memorias acumuladas en los átomos permanentes; cuando nace a la vida de nuevo el ser vuelve a surgir el Sutratma del Alma Causal y como se dice esotéricamente, lanza los anzuelos otra vez al río de la vida, y uno se clava en el corazón conteniendo el átomo permanente, y es el átomo permanente que empieza a funcionar cuando ha habido la concepción, el fenómeno de la concepción que hemos analizado en otras conversaciones, es el principio del karma de un cuerpo físico, siguiendo adelante el proceso, anclando en el plano astral y anclando en el plano mental como base de la creación de los cuerpos nuevos que el Alma va utilizando en otro proceso de vida o de renacimiento.

Entonces, todo cuanto vemos aquí puede ser catalogado como científico, no podemos decir que esto sea tal como es, dense cuenta que estamos tratando de representar cosas de la cuarta y quinta dimensiones en términos de la tercera, y al situarnos en un plano se convierte en una segunda dimensión, y que es muy difícil que podamos comprender el proceso de una forma total, pero hay que intuir más bien que razonar, tratar de ver esto como una espiral en la cual está inmersa el Alma y va ascendiendo por esa succión del Ángel Solar, buscando su punto de complacencia mística y tratando de reproducir en el tiempo lo mismo que se está realizando en los Universos, en las Constelaciones y en las Galaxias, que es el fenómeno de la muerte y del nacimiento que existen por doquier, que es un fenómeno vivo de la naturaleza, que es algo que estamos haciendo constantemente, y por lo tanto, está dentro de la propia averiguación del propio ser, que no es algo que venga del exterior, es algo que todos podemos comprender acabadamente.

Y también al analizar este gráfico (Vicente explica esta conferencia en pizarra) hay que darse cuenta que hay una explicación muy científica del por qué en los anales esotéricos se dice que el 9 es el número del hombre, y que el 9 es el número de la Iniciación, vean ustedes, el cuerpo físico o la memorización física, se está realizando en el 4º Subplano del Plano Físico, que la restitución, memorización astral, se está efectuando en el 2º Subplano, y que la memorización o recapitulación mental se está realizando en el 3º Subplano, si contamos los subplanos veremos que está el número 9, cuatro, seis, nueve, que es el nueve máximo de la iniciación, según se nos dice, el Logos de nuestro sistema planetario posee la 9ª Iniciación y se le llama el Señor de la Estrella de Nueve Puntas. Esto para nosotros ¿qué puede significar?, no hablamos de estas cosas porque todavía no tienen un significado científico en nuestro pequeño cerebro tridimensional, pero nos da la idea de que el Logos mismo se comporta conforme a las leyes que Él mismo ha programado, que no se queda estático mirando su Universo, sino que interviene dando vida a todo el contenido de las formas, que está creando lo mismo por una tremenda alquimia que desconocemos, la liberación de sus propias características, y hay que admitir lógicamente desde el ángulo de vista de la analogía, que todo cuanto vemos en el Universo de objetivo es la expresión del karma que se expresa  a través de la Rueda de Samsâra, y que la Rueda de Samsâra con las cuatro edades, la infancia, la juventud, la edad madura y la vejez, se está realizando en todo el orbe conocido de lo ultradimensional, de todo cuanto existe en el Cosmos, y que todo cuanto llamamos un tipo kármico no es más ni menos que esta rueda más amplia que utilizan los Logos para programar su propia evolución; y que todo cuanto está dentro del alcance humano a través de la analogía es un hecho que podemos considerar como científico, y que siendo científico está atentando de una manera directa contra la autonomía de la mente para que se abra de esta autonomía y surja triunfante en la liberación. Y todo esto buscando la analogía que existe entre una pequeña entidad que es el ser humano con el propio Logos Absoluto.

Todo está en todo, y todo cuanto el hombre piense y desee puede ser una realidad, pero lo único que interesa en estos momentos, a pesar del aspecto científico de la cuestión que tiene una contraparte mística extraordinaria, —que analizaremos más adelante— es que la muerte no debe hacernos nunca perder la fe en nosotros mismos, y el temor a la muerte está creando muchas enfermedades, y el temor a la muerte incapacita a la mente para razonar, y el temor a la muerte implica siempre destrucción del yo, y que el temor a la muerte es algo inútil, es llenar el ser de complejidades, para llegar a la comprensión de que solamente hay que amar a la vida, y amar a la vida para mí es amarnos todos, dentro de un sentido incluyente, dinámico, vivo, no simplemente teórico, porque la palabra amor ha perdido eficacia a través del uso indebido, como la palabra Dios o del Cristo cósmico.  Por lo tanto, todo cuanto digamos acerca del amor si no lo aplicamos es falso, es demagogia y hoy se habla mucho de demagogia, y el hombre esotérico debe hablar con palabras sencillas, sin demagogia, tal como son, y la gente lógicamente aceptará  aquello que se le presente con rectitud de conciencia, con alteza de miras y sobre todo con buena voluntad.

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