lunes, 22 de septiembre de 2008

El Evangelio de Tomás (II)

 

Estos son los dichos secretos que Jesús en vida habló y que Judas Tomás el Gemelo registró.

Dicho 70

Jesús dijo,

“Si sacáis lo que está dentro de vosotros, lo que tenéis os salvará.

Si no tenéis eso dentro de vosotros, lo que no tenéis dentro de vosotros os destruirá.”

Dicho 71

Jesús dijo, “Destruiré esta casa, y nadie podrá reconstruirla.”

Dicho 72

Una persona le dijo, “Dile a mis familiares que dividan la propiedad de mi padre conmigo.”

El dijo, “Señor, ¿quién me hizo una persona que dividiese?”

Se volvió a sus discípulos y les dijo, “Yo no soy una persona que divida, ¿verdad?

Dicho 73

Jesús dijo, “La cosecha es grande pero los obreros son pocos, por tanto rogad al Señor que envíe obreros a la cosecha.”

Alguien dijo, “Señor, muchos están alrededor del pozo, pero nadie está en el pozo.”

Jesús dijo, “Muchos están al lado de la puerta, pero aquellos que estén solos entrarán a la cámara nupcial.

Dicho 74

Jesús dijo, “El reino del Padre es como un comerciante que tenía una provisión de mercancía y luego encontró una perla. Entonces el comerciante fue listo: vendió la mercancía y compró esa única perla para él.

“Así es también para vosotros: buscad el tesoro

inagotable,

permanente,

donde ninguna polilla viene a comérselo,

y ningún gusano lo destruye.”

Dicho 75

Jesús dijo,

“Yo soy la luz que está sobre todas las cosas.

Yo soy todo: todo salió de mí, y todo llegó a mí.

Partid un trozo de madera, y allí estoy yo.

Tomad una piedra, y allí me encontraréis.”

Dicho 76

Jesús dijo, “¿Por qué habéis salido al campo? ¿Para ver cómo el viento sopla sobre la hierba? ¿Y para ver a una persona con ropas costosas, como vuestros gobernantes y aristócratas?

Ellos visten con ropas costosas, pero no pueden entender la verdad.”

Dicho 77

Una mujer de la multitud le dijo, “Bendito es el vientre que te tuvo y los pechos que te alimentaron.”

El le dijo,

Bienaventurados los que han escuchado la palabra del Padre y verdaderamente la han guardado.

Porque llegará la hora en que diréis, ‘Bendito es el vientre que no ha concebido y los pechos que no han producido leche.’

Dicho 78

Jesús dijo,

“Todo el que ha venido a conocer el mundo ha descubierto el cuerpo,

y todo el que ha descubierto el cuerpo se merece más que el mundo.”

Dicho 79

Jesús dijo,

“Que el que sea realmente rico reine,

y que el que tenga poder renuncie a él.”

Dicho 80

Jesús dijo,

“Quien está cerca de mí esta cerca del fuego, y quien está lejos de mí está lejos del reino.”

Dicho 81

Jesús dijo, “Las imágenes son visibles a la gente, pero la luz interior está oculta en la imagen de luz del Padre. El se revelará, pero su imagen está oculta por su luz.”

Dicho 82

Jesús dijo,

“Cuando veis un retrato vuestro, os ponéis contentos.

Pero cuando veáis las imágenes de vosotros que fueron hechas antes que vosotros, y no mueren ni se hacen visibles, ¡cuánto seréis capaces de tolerar!”

Dicho 83

Jesús dijo, “Adán salió de un gran poder y una gran riqueza, pero no era digno de vosotros.

Pues si hubiese sido digno, no habría probado la muerte.”

Dicho 84

Jesús dijo, “Los zorros tienen guaridas y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reposar su cabeza y descansar.”

Dicho 85

Jesús dijo,

“Despreciable es el cuerpo que depende de otro cuerpo, y despreciable es el alma que depende de ambos.”

Dicho 86

Jesús dijo, “Los ángeles y los profetas vendrán a vosotros y os darán lo que es vuestro. Vosotros en respuesta, dadles lo que tenéis, y decíos a vosotros mismos, ‘¿Cuándo vendrán a tomar lo que es suyo?’

Dicho 87

Jesús dijo, “¿Por qué laváis la parte de fuera de la copa? ¿No comprendéis que quien hizo la parte de dentro también hizo la parte de fuera?”

Dicho 88

Jesús dijo, “Venid a mí, pues mi carga es ligera y mi mandato es suave, y encontraréis paz para vosotros.”

Dicho 89

Ellos le dijeron, “Dinos quién eres para que podamos creer en ti.”

El les dijo, “Estudiáis la superficie del cielo y de la tierra, pero no habéis llegado a conocer al que está ante vosotros, y no sabéis como estudiar este momento.”

Dicho 90

Jesús dijo, “Buscad y encontraréis. En el pasado no contestaba todas vuestras preguntas. Ahora estoy dispuesto a contestarlas, pero ya no preguntáis.

Dicho 91

“No deis lo que es santo a los perros, porque pueden soltarlo en un montón de estiércol.

No arrojéis perlas a los cerdos, porque pueden dejarlas sin valor.”

Dicho 92

Jesús dijo,

“Quien busque encontrará,

a quien llame se le dejará entrar.”

Dicho 93

Jesús dijo,

“Si tenéis dinero, no lo prestéis con intereses. Mejor, dádselo a alguien que no lo vaya a devolver.”

Dicho 94

Jesús dijo, “El reino del Padre es como una mujer que tomó un poco de levadura, la metió en una masa, e hizo grandes barras de pan. Quien tenga oídos debe escuchar.”

Dicho 95

Jesús dijo, “El reino del Padre es como una mujer que llevaba una jarra llena de harina. Mientras caminaba por un camino lejos de casa, el asa de la jarra se rompió y la harina se derramó tras ella por el camino. Ella no lo sabía: no se había dado cuenta del problema. Cuando llegó a su casa, bajó la jarra y descubrió que estaba vacía. 

Dicho 96

Jesús dijo, “El reino del Padre es como alguien que quiso dar muerte a una persona fuerte. Sacó su espada en casa y dio una estocada en la pared, para averiguar si su mano la atravesaría. Después mató a la persona fuerte.”

Dicho 97

Los discípulos le dijeron, “Tus hermanos y tu madre están fuera.”

El les dijo, “Aquellos que están aquí que hacen la voluntad de mi Padre son mis hermanos y mi madre. Ellos entrarán en el reino de mi Padre.”  

Dicho 98

Le mostraron a Jesús una moneda de oro y le dijeron, “La gente del César exige que paguemos los impuestos.”

El les dijo,

“Dad al César lo que es del César,

dadle a Dios lo que es de Dios,

y dadme a mí lo que es mío.  

Dicho 99

“Quien no odie a su padre y madre como yo no puede ser mi discípulo, y quien no ame a su padre y madre como yo no puede ser mi discípulo.

Pues mi madre...,1

Pero mi verdadera madre me dio la vida.”  

Dicho 100

Jesús dijo, “Ay de los Fariseos, pues son como un perro que duerme en el comedero de las vacas; ni come el perro ni deja comer a las vacas.”  

Dicho 101

Jesús dijo,

“Bienaventurada la persona que sabe cuándo van a entrar los ladrones.

Puede entonces la persona ponerse en movimiento, reunir los bienes, y prepararse para la acción antes de que irrumpan los ladrones.”  

Dicho 102

Ellos le dijeron, “Ven, recemos hoy, y ayunemos.”

Jesús dijo, “¿Qué pecado he cometido, o en qué he errado?

“Mejor, cuando el novio salga de la cámara nupcial, que la gente ayune y rece.”  

Dicho 103

Jesús dijo, “Quien reconozca a su padre y madre será llamado el hijo de una ramera.”  

Dicho 104

Jesús dijo,

“Cuando hagáis que los dos sean uno, os haréis hijos del hombre, y cuando digáis, ‘¡Montaña, muévete!’ se moverá.”  

Dicho 105

Jesús dijo, “El reino es como un pastor que tenía cien ovejas. Una de ellas, la más grande, se extravió. El pastor dejó las noventa y nueve y buscó a ésa hasta que la encontró. Después de tener este problema, el pastor le dijo a la oveja, ‘Te amo más que a las noventa y nueve.’  

Dicho 106

Jesús dijo, “Todo el que beba de mi boca será como yo,

y yo seré esa persona,

y lo que está oculto le será revelado.”  

Dicho 107

Jesús dijo, “El reino es como una persona que tenía un tesoro oculto en un campo pero no lo sabía. A su muerte el propietario dejó el campo a su hijo. El hijo tampoco tenía conocimiento del tesoro, pero tomó posesión del campo y lo vendió. El comprador estuvo arando y descubrió el tesoro, y comenzó a prestar dinero con intereses a quien le pareció.”  

Dicho 108

Jesús dijo,

“Que el que encuentre el mundo y se haga rico, renuncie al mundo.”  

Dicho 109

Jesús dijo, “Los cielos y la tierra serán enrollados ante vosotros, pero todo el que viva del Viviente no conocerá la muerte ni el miedo.”  

Dicho 110

Jesús dijo, “Quien encuentre el yo se merece más que el mundo.”  

Dicho 111

Jesús dijo,

“¡Ay de la carne que depende del alma!

¡Ay del alma que depende de la carne!”  

Dicho 112

Sus discípulos le dijeron, “¿Cuándo vendrá el reino?”

“No vendrá por buscarlo. Ni tampoco por decir, ‘¡Mirad, aquí! ¡Mirad, allí!’ Más bien, el reino del Padre está extendido por la tierra, pero la gente no lo ve.”  

Dicho 113

Simón Pedro les dijo, “Que María nos deje, pues las mujeres no son dignas de la vida.”

Jesús dijo, “He aquí, yo la conduciré para hacerla un varón, para que ella pueda también hacerse un espíritu viviente como vosotros los hombres. Pues toda mujer que se haga varón entrará en el reino del cielo.”

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